1. Ingredientes para 4 personas: 1 barra de pan (del día anterior), 1/2 litro de leche, 3 huevos, 1 litro de aceite de oliva suave, azúcar blanco, canela.

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2. El pan. Elígelo blanco (si no, las torrijas quedarán demasiado oscuras) y generoso de miga (para que ganen en esponjosidad). Por último, procura comprarlo uno o dos días antes de cocinar para que al mojarlo no se rompa fácilmente.

3. La leche. Si utilizas leche de vaca, mejor que sea entera que desnatada. ¿Una alternativa vegetal? Emplear leche de avena o de arroz. Que, además de hacerlas más ligeras, aromatizarán las torrijas dándoles un toque muy especial. En ambos casos, sácala de la nevera un rato antes.

4. Los huevos. Escógelos de buena calidad y con mucha yema. A poder ser, ecológicos. Y, antes de empezar, lávalos bien en agua tibia para eliminar posibles impurezas de la piel que puedan ser arrastradas al cascarlos.

5. El aceite. Mejor si es de oliva suave (evita las modalidades virgen y virgen extra, demasiado amargas para freír torrijas).

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6. El azúcar. Te recomendamos usar azúcar blanco por meros motivos estéticos (al igual que sucede con el pan integral, el azúcar moreno puede oscurecer demasiado las torrijas, dándoles un aspecto poco apetecible que puede confundirse con el quemado).

7. La canela. ¿Un consejo? Cómprala en rama y muélela tú mismo con ayuda de un rallador y un molinillo (¡o incluso con la Thermomix!)

8. El primer paso es cortar rebanadas de pan de entre uno y dos centímetros de ancho, colocando el cuchillo de tal forma que el corte quede en diagonal.

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9. Luego, vierte la leche en un recipiente hondo y, si te gustan las torrijas muy dulces, diluye dos o tres cucharadas soperas de azúcar en ella. ¿Otras opciones? Aromatizarla con vino tinto, cáscara de naranja rallada o una pizca de clavo y anís.

10. Bate los huevos.

11. Pasa las rebanadas de pan por la leche. Antes de sacarlas, deja que se empapen durante unos segundos por ambas caras.

12. Saca las rebanadas y déjalas escurrir en una bandeja con el fondo cubierto por papel de cocina absorbente.

13. Mientras, pon el aceite a calentar en una sartén honda. Ten en cuenta que debe cubrir las torrijas completamente, por lo que no escatimes con la cantidad.

14. Rebózalas en el huevo e, inmediatamente después para que no se deshagan, échalas a la sartén con el aceite bien caliente.

15. Fríe por los dos lados hasta que estén doradas.

16. Coloca las torrijas en otra bandeja con papel de cocina absorbente para eliminar el exceso de aceite.

17. Mezcla en seco dos partes de azúcar por una de canela con la ayuda de una cucharilla (esta es la proporción, pero la cantidad va por gustos). Si quieres, puedes prescindir de la canela o incluso sustituir el azúcar por miel.

18. Espolvorea las torrijas.

19. Déjalas enfriar durante dos o tres horas y... ¡a disfrutar!

20. Como sugerencia, te recomendamos acompañarlas con una copa de vino tinto con mucho cuerpo; o incluso con un Jerez o un licor dulce de almendras, regaliz o frutos rojos. ¿Quién dijo que las torrijas solo combinaban bien con el café de la merienda?

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