En tiempos de cambio climático y sequías voraces no resulta adecuado quejarse de que llueva, incluso en Reino Unido y durante la coronación de Carlos III. La gente salió a celebrar igual.

Los toldos sirvieron para protegerse de la lluvia a los fieles súbditos de Carlos III.

En la imagen, público en Hyde Park, donde las pantallas gigantes exhibieron la coronación paso a paso. Nunca sobra la Union Jack en un evento así.

Este fanático real cambió un sombrero impermeable por una impresionante corona de crochet. Seguralmente le costó mucho esfuerzo su elaboración y la lluvia no iba a cambiar sus planes.

Imagen cerca de Trafalgar Square. Repetimos: a un británico la lluvia no le afecta.

Mantas y picnics: una forma verdaderamente británica de ver el espectáculo real. En Hyde Park.

Algunos incluso llegaron a ponerse túnicas y coronas reales y beber de copas de inspiración nobiliaria. Todo en honor al Rey.

Por supuesto, un evento real no estaría completo sin las máscaras de los personajes principales del día.or miles.

Hubo alegría a lo largo de la ruta  sonrisas por todas partes. Este jovencito consiguió ponerse una gorra de policía a cambio de prestarle la suya al oficial por un rato.

Fuera en la calle o en lugares donde la gente se reunió, abundaron banderas, globos y banderines con los colores y símbolos del Reino Unido, como puede verse en la imagen, tomada en el Centro Comunitario para Sordos de St John.

El día también fue especial para las familias,  los niños y las mascotas. Los miembros del público dentro de la catedral de Truro vieron una proyección en vivo de la coronación.

En todo el Reino Unido se festejó. Los protestantes de Irlanda del Norte no dejaron escapar la ocasión y lanzaron una salva de 21 cañonazos en el castillo de Hillsborough, cerca de Belfast.

Los partidarios reales en Gales también instalaron un campamento fuera del castillo de Cardiff para ver el evento en pantallas gigantes.

Aquellos que estaban más interesados en estar presentes en los partidos de fútbol de la Premier League pudieron combinar la coronación retransmitida en pantallas gigantes ubicadas cerca de los estadios con los eventos deportivos.

La multitud se agolpó para seguir esta coronación y celebrar el advenimiento de Carlos III.

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