Lo que hay que saber sobre el ‘fishing’ en las citas online
En estos nuevos tiempos en los que la tecnología lo mueve el mundo, la forma de relacionarnos y de buscar pareja ha cambiado abruptamente. Si antes encontrábamos a nuestra media naranja en los bares o en el trabajo, por poner algunos ejemplos, ahora lo hacemos especialmente a través de las aplicaciones de citas.
Sin embargo, esta nueva forma de ligar también tiene sus particulares inconvenientes etiquetados con anglicismos que pueden convertir la experiencia de buscar pareja en un golpe directo a nuestra autoestima.
Tras prácticas como el 'ghosting' -dar plantón en la primera cita-, el 'breadcrumbing' - dar pequeñas señales de interés sin un compromiso real para avanzar en una relación-, o el 'cricketing' -hacer esperar contestando a sus mensajes-, por poner algunos ejemplos, ahora última moda es el 'fishing', otra forma con la que minar la confianza de cualquiera haciendo añicos su corazoncito.
El objetivo del 'fishing' es conseguir una cita al precio que sea, sin pensar en los demás, sólo en uno mismo y, para ello, utilizan varias vías con las que llegar a sus contactos, bien a través de las redes sociales o, sobre todo, por aplicaciones de citas, donde tienen la posibilidad de llegar a un gran número de personas.
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Con esta premisa, el 'fisher' que busca su ligue a través de estas plataformas envía mensajes proponiendo una cita a números contactos a la espera de ver cuántos de ellos le responden o quiénes son los primeros en hacerlo y, a partir de ahí, decidir entre la ‘manada’ a aquel que más le interese.
Según el periódico británico The Independent, la técnica se ha popularizado porque es relativamente fácil y no implica dedicarle mucho tiempo. Ahora bien, aunque los 'fishers' intenten mandar mensajes a muchas personas a la vez, no necesariamente implica que vayan a quedarse con la primera persona que les conteste al mensaje.
No es un concepto nuevo para ligar, como destacan en la revista GQ, pero es cierto que las redes sociales son un arma magnífica para poder practicarlo al máximo, con posibilidades infinitas, porque, en ellas, encontramos a millones de personas de todas partes.
El término le viene que ni pintado, porque la táctica que se utiliza es la misma que haría cualquier pescador, que lanza su caña al río o al mar para ver cuántos peces pican y es capaz de pescar para luego comérselos (o en este caso empezar con una o varias primeras citas).
Este método le sirve a los que lo practican para incrementar de forma exponencial sus posibilidades de lograr el éxito entre un gran número de candidatos que le han dado el sí como respuesta a su mensaje.
Además, los que lo llevan un escalón más allá, puede incluso que no se decidan por la mejor de las opciones que han conseguido, sino que apuesten por seguir 'pescando' en persona, probando a los 'ganadores' con una cita (o en este caso varias) ya en persona.
La técnica más depurada no se ciñe a un mismo mensaje para todos los destinatarios que puedan interesarle, sino que se pueden incluir pequeños detalles para personalizarlos con cuestiones que destacan en sus perfiles y que podrían allanar el camino para que muerdan el anzuelo.
Al final, el 'fishing' se convierte en un juego para la persona que lo practica, que pone todos sus esfuerzos en ilusionar a sus 'víctimas' engañándolas, mientras que estas, tras darse cuenta del fraude reciben un importante revés, que puede llegar a minar su confianza y autoestima, pues no dejar de ser personas reales con sentimientos de verdad.
En ocasiones, esta técnica no se utiliza para buscar una relación, sino simplemente para conseguir un plan puntual en un momento específico, sin ningún interés especial por la persona con la que se contacta. Y es por ello que, se busca 'pescar' entre un mar de opciones antes que buscar a la mujer o el hombre perfectos.
El 'fishing' en sí no tiene porqué considerarse malo (especialmente desde el punto de vista del que lo practica), si el objetivo real es buscar una pareja y no jugar con los sentimientos de las personas implicadas, aunque, por regla general, suele venir de la mano de este segundo punto, lo que deja en mal lugar a sus potenciales ligues.
¿Y cuáles serían las señales para identificar que podemos ser víctimas y no caer en la trampa del 'fishing'? Según destaca la revista GQ, "mensajes genéricos, respuestas lentas, alguien que no muestra demasiado interés o alguien que tiende a mandarte mensajes cuando ya es demasiado tarde para hacer un plan real".
Y, ¡ojo! que no debemos confundir esta técnica con otra parecidas como el 'catfishing', cuyo objetivo final es manipular los sentimientos, o incluso, vaciarte la cartera de manos de alguien que finge ser otra persona, pero hay que tenerla muy en cuenta ni no queremos un buen traspiés emocional.
En los tiempos que corren, hay que tener muy en cuenta a la hora de buscar pareja a través de este tipo de aplicaciones la superficialidad y la falta de compromiso y respeto a los sentimientos de muchas de las personas que allí podemos encontrar, y es importante estar muy atentos para no caer en sus redes para evitar llevarnos un buen chasco.
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