El efecto Pablo Iglesias: 10 consecuencias de su irrupción en la batalla de Madrid
En un gesto inédito en la política española, Pablo Iglesias deja el Gobierno de la nación para lanzarse a la pugna electoral que decidirá el mando de la Comunidad de Madrid. ¿Qué efectos tiene esta decisión¿ Pues, como mínimo, cambian 10 cosas y en muy diferentes ámbitos: del ejecutivo de Sánchez a Ciudadanos pasando, por supuesto, por el PP de Díaz Ayuso.
Pablo Iglesias convierte la batalla por la presidencia de la Comunidad de Madrid en un escenario de política estatal donde se libra una pugna más allá de lo local: la lucha entre el bloque de la derecha (con PP y Vox uniendo fuerzas) y un bloque progresista en el que estaría incluido el PSOE. Una primera vuelta de las próximas generales.
Más Madrid, la marca errejonista, ya ha dicho no a una lista conjunta. Ello implica que Íñigo Errejón y Pablo Iglesias vuelven a medir fuerzas (aunque la candidata sea Mónica García, hábil parlamentaria regional y médica que ha logrado una importante relevancia regional). Si Más Madrid aplasta a Podemos, tanto Pablo Iglesias como el proyecto morado quedan en serio peligro.
Teme cierto progresismo que la derecha active su voto frente a la amenaza que puede suponer Pablo Iglesias. Desde Podemos, sin embargo, se argumenta que el voto derechista estaba ya movilizado y que lo que se provoca con la candidatura de Pablo Iglesias es la movilización del voto progresista.
En un escenario tan polarizado como el que ha logrado imponer Pablo Iglesias con su presencia ("comunismo o libertad" tuitean desde el PP) poco puede hacer Ciudadanos con un discurso centrista. Dicha polarización puede, además, animar a los últimos votantes naranjas a abandonar el barco y buscar el voto útil en Díaz Ayuso o, incluso, en Vox. Desde la marcha de Albert Rivera no se ha logrado detener la fuga de electores.
Yolanda Díaz es la elegida por Pablo Iglesias para sustituirle en la Vicepresidencia. Supone un cambio en el Gobierno pero también un primer paso hacia la sucesión en el liderazgo de la formación morada: se asume que en una próxima convocatoria electoral sería Yolanda Díaz cabeza de lista de Podemos y no, por ejemplo, Irene Montero, a quien siempre se ha mencionado como posible recambio de Pablo Iglesias.
Pedro Sánchez no lamentará la marcha de Pablo Iglesias del Ejecutivo. A partir de ahora, el presidente no tendrá que responder por las opiniones a veces incendiarias de Pablo Iglesias (disturbios, Puigdemont, etc). No es Yolanda Díaz partidaria del ruido así que, si hay discrepancias (que las habrá), quedarán en el interior del Gobierno.
A Vox también le puede ser útil que Pablo Iglesias sea candidato en Madrid. La formación busca siempre un antagonismo extremo y Pablo Iglesias es, para su electorado, un personaje odiado y capaz de movilizar voto a la contra.
Para una formación en horas bajas (el último CIS coloca a la formación morada por debajo del 10% a nivel estatal) se da por hecho que la presencia de Pablo Iglesias en Madrid logrará que, al menos, Unidas Podemos obtenga el 5% necesario para lograr diputados regionales. En las anteriores elecciones lo logró por unos 15.000 votos. Había dudas sobre si en estas del 4 de mayo lograría de nuevo representación en la Asamblea de Madrid.
A la espera de lo que digan las primeras encuestas con cierta credibilidad, la decisión de Pablo Iglesias de irrumpir en Madrid rompe todas las previsiones. Se ha dado una patada al tablero y lo mismo hay quien apuesta por una mayoría absoluta de Díaz Ayuso concentrando el voto útil de la derecha que por una victoria progresista sumando las tres corrientes principales de la izquierda.
Pablo Iglesias se la juega en Madrid. Asume un enorme riesgo. Si sale bien parado, puede consolidar a medio plazo su fortaleza como político. Si fracasa, puede ser borrado del mapa. Fin o principio de etapa. Sin medias tintas. A Pablo Iglesias le gusta apostar fuerte.
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