Vida después del horror: qué fue de Natascha Kampusch
Acaparó las portadas de numerosos medios a nivel internacional tras su secuestro y, ahora tiempo después, hay quien se pregunta qué fue de ella. ¿Qué pasó con Natascha Kampusch?
Empecemos por el principio de esta historia. Tenía tan solo diez años cuando, una mañana de marzo de 1998 y mientras iba de camino a la escuela, desapareció sin dejar rastro. Tiempo después, la joven austriaca Natascha Kampusch consiguió escapar de su cautiverio para contarle al mundo lo sucedido aquella mañana: había sido secuestrada por un hombre y, tras ocho años encerrada en un sótano, logró huir.
Ahora, más de quince años después de deshacerse de las garras de su secuestrador, muchos se preguntan: ¿qué fue de ella?
Natascha Kampusch ha superado la treintena y vive una vida más o menos tranquila en Viena, su ciudad natal. Tras años y años de dura terapia, parece que la joven austriaca ha conseguido superar parte de su traumático pasado. Sin embargo, para comprender su presente y su futuro, primero es mejor echar la vista atrás y ver qué es lo que pasó con ella.
La vida de Natascha Kampusch cambió en una mañana de marzo de 1998. Como cada día, la joven (que por aquel entonces tenía 10 años) se dirigía sola a la escuela. Sin embargo, nunca llegó a su destino.
El colegio de Natascha se encontraba en el distrito de Donaustadt, en Viena. Cuando la niña había recorrido ya 600 metros desde su casa y tan solo quedaban otros 300 metros para llegar a su destino, una camioneta blanca se paró a su lado metiéndola dentro a la fuerza.
Con el tiempo se supo que quien la introducía en el interior del vehículo era un hombre de 36 años llamado Wolfgang Přiklopil, técnico de telecomunicaciones en desempleo que secuestró a la joven Natascha Kampusch cuando estaba a punto de llegar al colegio. Tras meterla en la furgoneta, llevó a la pequeña a su casa de Strasshof an der Nordbahn, en el estado de Baja Austria, para no dejarla salir nunca más.
Přiklopil había transformado, previamente, un viejo pozo que estaba bajo el garaje de su casa, en una especie de mazmorra. La habitación, de unos 2,3 metros de alto, 2,5 de largo y 1,8 de ancho, no tenía ventanas ni apenas luz. Contaba con una pequeña cama, una mesa, un televisor, otros muebles y un inodoro y un pequeño lavabo.
La habitación había sido diseñada para que nadie la viera. Era el lugar perfecto para que la niña secuestrada permaneciera en su interior sin levantar sospechas.
La propia Natascha Kampusch desveló que, desde su secuestro, estuvo hasta seis meses dentro de este habitáculo sin poder salir de él. Con el tiempo, su secuestrador le permitió subir al resto de la casa para, entre otras cosas, poder asearse.
La propia Kampusch, tras librarse de su secuestrador, contó que, con el paso del tiempo, este le permitió salir de su cautiverio. Pequeños paseos junto a Přiklopil e, incluso, un viaje a esquiar lejos de la ciudad fueron algunos de sus respiros. Eso sí, el secuestrador se aseguraba, en todos estos casos, que la joven no tuviera contacto con nadie.
La joven también desveló que, mientras estaba bajo las garras de su secuestrador, fue víctima de abusos físicos.
Al parecer, Přiklopil estaba fascinado por el nazismo y, mientras ella estaba bajo su influencia, decidió afeitarle la cabeza para que pareciera una víctima de ese oscuro periodo histórico.
Durante su secuestro, la joven austriaca también tuvo que realizar duros trabajos que su captor le encomendaba. Kampusch relató que tuvo que renovar un apartamento del que, posteriormente, su secuestrador sacó bastante dinero.
Pasaron un total de 3.096 días secuestrada hasta que Natascha Kampusch se armó de valor y decidió escapar. Aprovechó que Přiklopil se encontraba fuera de casa lavando su auto para salir de la casa. Lo primero que hizo fue correr a casa de unos vecinos para dar la voz de alarma y contar su pesadilla. Rápidamente, estos llamaron a la policía que acudió en su ayuda.
Wolfgang Přiklopil fue encontrado muerto el mismo día. Al parecer, al enterarse de la huida de la joven Natascha Kampusch, decidió quitarse la vida arrojándose a las vías del tren.
Terminaban así los días de cautiverio para la joven Natascha Kampusch. Sin embargo, comenzaban otros tantos de dura sanación psicológica.
Tras salir de aquel cuarto en Baja Austria, Natascha Kampusch fue ingresada en un hospital de Viena. Posteriormente, fue trasladada a un piso en el que contó con una compañera de cuarto y fue atendida por un equipo especializado en su terapia.
Con el tiempo, la joven pudo reencontrarse con su madre, Brigitta Sirny (en la foto), y con su padre, Ludwig Koch. Su primer encuentro fue algo frío y se limitó a un pequeño abrazo.
El caso de Natascha Kampusch dio la vuelta al mundo rápidamente: todos querían conocer la terrible historia de aquella joven austriaca. Pronto fue ella la que decidió hablar con la prensa para contar lo ocurrido de primera mano.
Fue entonces cuando Natascha Kampusch concedió varias entrevistas en varios medios de comunicación, siempre contando su experiencia y pidiendo respeto y privacidad.
Con el tiempo, la joven secuestrada en Viena se convirtió en todo un reclamo en aquellos medios que contaban con su historia. La imagen y las palabras de Kampusch ocupaban portadas en todo el mundo.
Así, en septiembre de 2006 se emitió su primera entrevista en la televisión pública austriaca.
En 2008, Natascha Kampusch se puso al frente de un pequeño espacio televisivo llamado 'Natascha Kampusch trifft' en el que contaba con la visita de celebridades alemanas.
Ese mismo año, la joven obtuvo dos tercios de la propiedad de su captor. El tercer tercio fue para la madre de su secuestrador a la que, con el tiempo, Natascha Kampusch terminó comprándole dicha parte.
La propia Natascha contó que no sabía muy bien qué hacer con esta propiedad. Hubo quien quiso comprarle la casa pero ella rechazó todas las ofertas: "Parecía que el dinero no les importaba. Querían, sobre todas las cosas, tener esa casa en concreto. Por eso rechacé sus ofertas" dijo Kampusch al periódico alemán 'Bild-Zeitung'.
En 2010, Kampusch publicó su primera autobiografía: '3096 Days'.
El mismo año se estrenó un documental basado en el libro. En 2013, llegó la adaptación del mismo en el cine.
También en 2013 se publicó otro libro, 'Vermisst' ('Desaparecida') de Alan Hall. Se dice que en él se recogen las dudas que el padre de Natascha, Ludwig Koch, tuvo tras escuchar la historia del secuestro de su hija.
Tal y como desvela el semanario alemán 'Der Spiegel', en dicho libro se puede leer: "La chica del sótano era toda una leyenda. (Natascha Kampusch) esperó hasta tener 18 años para huir ya que no quería regresar a su hogar junto a su familia".
En 2016, diez años después de su huida, Kampusch publicó una segunda autobiografía, '10 años de libertad'.
En 2019, Kampusch decidió publicar un tercer libro que se componía de pequeños relatos en los que hablaba sobre los celos y la discriminación hecha a través de las redes sociales.
Dos años antes, la austriaca creo su propia colección de joyas: 'Fiore'. Los diseños eran suyos y las joyas estaban fabricadas en plata por la creadora Gerda Guggenberger.
El porqué de elegir una flor para su marca lo explicaba ella misma a través de su web oficial: "una flor es un ser que siempre renace, sin importar ni el dónde ni el cuándo".
En dicha web se puede leer: "Natascha nunca abandonó sus esperanzas y su voluntad de vivir en libertad nuevamente. Tuvo que depender de sus propios medios para liberarse, sin ninguna ayuda. Hoy florece en todo su esplendor e irradia vibraciones positivas. ¡Finalmente puede sentirse libre, fuerte y hermosa!"
Natascha Kampusch también ha estado relacionada, durante todos estos años, con la lucha humanitaria. En 2011, con la ayuda de una asociación, consiguió abrir un hospital infantil en Sri Lanka.
A sus 35 años no se le conoce pareja y vive en Viena.
Preguntada sobre su deseo de formar una familia, Kampusch respondió en 2018 en la revista 'Closer': "Prefiero estar sola. Cuando me preguntan, muchas veces respondo: '¿Quién sabe?'. Pero no quiero casarme. Y no puedo imaginar tener hijos. Aunque creo que sería una buena madre".
Sobre la búsqueda de pareja, Kampusch contó en una entrevista en televisión de 2022 que era muy difícil encontrar a alguien con quien comenzar una relación. "Mucha gente duda de mi historia. (...) Y no todos quieren tener una vida pública. Lamentablemente, no hay nada que pueda hacer yo al respecto".
"Voy casi todos los días al establo a montar a caballo, es algo que me ayuda a relajarme", apuntaba Natascha Kampusch en dicha entrevista. Sobre su principal fuente de ingresos, confesaba vivir de la venta de sus libros.
"Si alguien puede encontrar otra forma de ganar dinero, hágamelo saber. Seminarios, cursos, tareas de presentación. Estaría encantada de que contaran conmigo".
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