'Stretchflation': cómo este curioso efecto está impactando en su bolsillo
Es probable que esté familiarizado con el término "shrinkflation", una práctica que ha sido recientemente regulada. Esta estrategia de distribución masiva implica reducir sutilmente la cantidad de producto ofrecido mientras se mantiene inalterado el precio al consumidor.
Más recientemente, es posible que también haya oído hablar de la "cheapflation", otra práctica de los distribuidores que implica utilizar ingredientes de menor calidad y más económicos en productos que se venden al mismo precio o incluso a precios más altos.
Presentamos al recién llegado: la “stretchflation”. Derivada del verbo inglés “to stretch” (estirar), esta expresión describe un ingenioso y novedoso fenómeno. Descubre todos los detalles a través de imágenes.
Esta vez se trata de incrementar sutilmente la cantidad de producto, pero aumentando el precio de manera más significativa para disimular la inflación.
En su página web, el periodista especializado en distribución masiva Olivier Dauvers ilustró este fenómeno con un caso descubierto en un supermercado: los panes rellenos congelados, vendidos a 2,93 euros los 400 gramos, ahora también se pueden encontrar a 3,99 euros los 460 gramos.
Así que la cantidad aumentó un 15%, pero el precio total subió aproximadamente un 35%. Con un aumento de 7,33 a 8,67 euros, el precio por kilo refleja claramente esta subida: es importante que los consumidores estén atentos a este indicador para no verse afectados en un entorno de inflación constante.
Pero esto no siempre es posible. En Francia, la Dirección General de Competencia, Consumo y Lucha contra el Fraude, citada por BFM TV , recuerda que determinados productos preenvasados están “por razones técnicas, exentos de esta indicación”.
Este organismo menciona, por ejemplo, "bolsitas de hierbas aromáticas de menos de 30 g, ciertos azúcares, mermeladas de menos de 50 g y ciertos quesos vendidos por unidad", que no están obligados a mostrar el precio por kilogramo.
Foto: Daria Volkova / Unsplash
BFM TV señala que hay otros productos que están exentos de esta obligación, como ciertos líquidos, agua, helados y sorbetes, así como pan y productos de panadería.
La "stretchflation" es el más reciente ejemplo de las estrategias que la distribución masiva emplea para reforzar sus márgenes, en un momento en que la inflación persiste. ¿Se anticipa una regulación por parte de las autoridades públicas para controlar esta práctica en un futuro cercano?
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