Putin se acerca aún más a los talibanes y toma una decisión "al más alto nivel"
Los talibanes han sido eliminados de la lista de organizaciones terroristas de Rusia, una decisión que ha sido tomada "al más alto nivel", según la agencia estatal de noticias rusa, TASS.
En julio, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, dijo de los talibanes que eran unos "aliados de confianza" en su lucha contra el terrorismo del Estado Islámico del Gran Jorasán (ISIS-K), un grupo escindido del Estado Islámico activo principalmente en Pakistán y Afganistán.
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El ISIS-K fue el grupo que reclamó la autoría del fatal ataque que tuvo lugar en el ayuntamiento de Moscú en marzo 2024, en el que fallecieron 144 personas. Aunque de forma oficial, Rusia culpó a Kiev, claramente se cree que el ISIS-K estuvo detrás de este atentado.
Rusia lleva iniciando un acercamiento al grupo talibán desde que estos tomaran el control de la capital afgana, Kabul, en agosto de 2021, seguramente con la intención de contar con su apoyo a la hora de deshacerse del ISIS. Un hecho cuanto menos irónico dada la histórica ocupación de Rusia durante 10 años (1979-1989) contra los Muyahidines, grupo del que emergieron los talibanes.
La organización talibana y el ISIS son dos grupos yihadistas islámicos radicales que siguen variaciones del islam suní extremista y que buscan liberar al mundo de la amenaza contra el islam que se impone desde la cultura occidental. Aunque los talibanes siguen creencias algo más moderadas con respecto al ISIS y cuenta con un número mayor de seguidores.
Ambos grupos unieron fuerzas en 2001 para luchar contra la invasión liderada por Estados Unidos de Afganistán, después del 11-S, aunque finalmente los grupos acabarían enemistándose de nuevo, debido a que el ISIS ha continuado con su campaña armada contra los talibanes, incluso ahora que estos están de nuevo en el poder.
Sin embargo, actualmente, los talibanes niegan oficialmente que haya militantes del ISIS en su territorio, lo que podría indicar que Rusia va a tener dificultades a la hora de persuadir a los talibanes de que estos apoyen su campaña contra el ISIS.
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Aun así, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, está defendiendo a los talibanes y pidiendo a los países de Occidente que levanten sus sanciones contra su régimen de facto, un gobierno que, hasta la fecha, no ha sido reconocido oficialmente por ningún país del mundo.
"Pedimos de nuevo a los países de Occidente en una llamada de urgencia que acepten su responsabilidad a la hora de realizar una reconstrucción postconflicto de Afganistán, levanten las sanciones restrictivas y devuelvan los activos requisados de Kabul", eran las palabras de Lavrov citadas por Politico.
Lavrov también lanzó palabras de elogio hacia el actual régimen afgano por su éxito en la lucha contra la producción de opio y por contener al ISIS, durante un congreso en el que estuvo presente el ministro de asuntos exteriores del gobierno talibán, Amir Khan Muttaqi.
Sin embargo, Lavrov no hizo mención alguna acerca del tratamiento atroz que reciben las mujeres por parte de los talibanes, unas injusticias que no solo dejaron en shock a todo el mundo, sino que han llevado a Alemania, Canadá, Australia y Países Bajos a dar el primer paso formal para llevar estos hechos al Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) de las Naciones Unidas.
En una nueva ley aprobada en agosto y promovida por el Ministerio de Propagación de la Virtud y Prevención del Vicio, es decir, la policía de la moral talibana, se prohibía que las mujeres pudieran hablar en espacios públicos, como la calle.
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Para las mujeres afganas, que ya han perdido su derecho al trabajo y a la educación, esta ley ha sido el último golpe deshumanizador que han tenido que vivir en el país, según señalaba la BBC.
Aunque ningún gobierno internacional ha reconocido la administración talibana, China y Emiratos Árabes Unidos sí que han permitido la llegada de sus embajadores a sus capitales.
China ha estado gradualmente acercándose al vacío que dejó el abandono de Afganistán por parte de las fuerzas estadounidenses en 2021, realizando inversiones y participando en proyectos en el país, según informa Al Jazeera. Parece que ahora Rusia quiere seguir también estos pasos.
La web de noticias especializada, Carnegie Politika, explica que, además de querer que los talibanes estén de su parte por razones de seguridad, Rusia ha comenzado también a hablar de utilizar Afganistán como un centro de tránsito para la exportación de gas natural ruso a la india y de otros bienes hasta puertos en Pakistán.
Pero Carnegie Politika también señala que Afganistán en estos momentos no es el país más fácil en el que poder invertir debido a la falta de instituciones en funcionamiento del Estado. Además, no está claro quién está al mando del país, ya que hay rumores de que el líder supremo de los talibanes, Haibatullah Akhundzada, en realidad está muerto.
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