El gran enigma de la guerra de Ucrania: ¿quién voló el gasoducto Nord Stream?
Los gasoductos que sostenían el envío de combustible ruso a Alemania y a otro países europeos sufrió un sabotaje en forma de bombas en septiembre de 2022. Quedaron prácticamente inservibles. ¿Quién realizó ese ataque? Las teorías son diversas.
En su edición de este 7 de marzo de 2023, The New York Times incluyó una información sustentada en datos provenientes de fuentes de inteligencia estadounidenses según la cual un grupo armado proucraniano habría sido el autor del sabotaje a los gasoductos Nord Stream.
Los funcionarios estadounidenses con quien habló The New York Times no tienen constancia de que dicho ataque no fue ordenado por Zelenski, quien podría haber sido absolutamente ajeno a esa acción.
La operación contra los gasoductos por parte de ese misterioso grupo proucraniano la voluntad de cortar el suministro de gas ruso a Europa y, así, suprimir uno de los elementos con los que cuenta Putin para presionar a países como Alemania.
La información sobre la autoría de una facción proucraniana se publica en The New York Times después de que viera la luz una crónica periodística en la que se apuntaba a Joe Biden como el hombre que ordenó destruir Nord Stream.
Seymour Hersh, veterano periodista ganador del premio Pulitzer por desvelar la matanza de My Lai en la guerra de Vietnam, publicó en su blog personal un artículo de investigación con un título contundente: 'Cómo Estados Unidos eliminó el gasoducto Nord Stream'.
Según Seymour Hersh, el presidente Joe Biden ordenó a buzos especializados de la Marina de los EE. UU. que colocaran bombas para ser explotadas de modo remoto.
Los buzos estadounidenses, aprovechando los ejercicios BALTOPS 22 de la OTAN, realizados en aguas bálticas, habrían colocado las bombas en junio de 2022.
Tres meses después, siempre según la versión de Seymour Hersh (que asegura tener una fuente que participó en la operación), los explosivos se detonaron de modo remoto provocando la detrucción de parte de las tuberías A y B de Nord Stream 1 y la tubería A de Nord Stream 2.
El periodista ganador del Pulitzer agregaba en su artículo que “desde sus primeros días, el Nord Stream 1 fue visto por Washington y sus socios antirrusos de la OTAN como una amenaza para el dominio occidental”.
“El presidente Joe Biden vio los gaseoductos como un vehículo con el que Vladímir Putin podía utilizar el gas natural para sus ambiciones políticas y territoriales”, escribió Seymour Hersh. Biden (siempre según la versión de Hersh) quería que Europa no tuviera el suministro de los Nord Stream garantizado y romper un factor de presión en manos de los rusos.
“El problema no era si hacer la misión sino cómo hacerla sin que se supiera quién era el responsable”, concluye Seymour Hersh.
Desde la Casa Blanca y la CIA se desmintió rotundamente la información de Seymour Hersh. Además, otros periodistas señalaron algunos errores en su relato. En general, se consideró una noticia dudosa.
Funcionarios de la OTAN y de la Unión Europea afirmaron, en su momento, que las explosiones de los gasoductos fueron actos de sabotaje y tuvieron cuidado de nombrar directamente a un culpable, pero hubo numerosas insinuaciones que señalaban a Putin.
The Washington Post, por su parte, publicó en diciembre de 2022 que no había evidencia firme alguna que conectase seriamente las explosiones con el Kremlin.
Las explosiones del Nord Stream siguen siendo un misterio sin resolver. Si la información de Seymour Hersh resultaba dudosa, la de The New York Times señalando a un grupo proucraniano tampoco aporta gran detalle y se basa en difusas "fuentes de inteligencia".
En 2021, la Unión Europea importó el 83% de su gas natural y la mitad de ese gas provino de Rusia y de su empresa estatal Gazprom.
La invasión de Ucrania por parte de Rusia en febrero de 2022 provocó que el oleoducto Nord Stream 1 fuese utilizado por Rusia para presionar a Europa. El Nord Stream 2 estaba pendiente de funcionar al 100%. La BBC informó que Moscú tuvo que reducir el suministro de gas en casi un 90% por causa de las explosiones.
La dependencia del gas ruso que tienen algunos países hizo que la Comisión Europea tomase medidas drásticas para prepararse para el invierno, incluyendo severas restricciones a industria y usuarios, algo que disgustó a no pocos miembros de la Unión Europea.
Entre las acusaciones lanzadas en el ardor de la guerra, está la del ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, que acusó a Estados Unidos de haber volado el gasoducto. Fue antes de que cualquier información publicada apuntase tal teoría.
El presidente Vladímir Putin, por su parte, definió los ataques al gasoducto como “un acto de terrorismo internacional sin precedentes”.
Así que la voladura de los gasoductos Nord Stream continúa siendo un enigma que, quizá, jamás se descifre.
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