La verdadera historia de Monica Lewinsky y Bill Clinton
Monica Lewinsky, una joven recién graduada de 21 años, llega a Washington D.C. en 1995 con la ilusión de servir a su país como becaria en la Casa Blanca. Sin embargo, su vida toma un giro inesperado cuando se involucra en una relación con el presidente Bill Clinton.
Podría parecer el guión de una película de Hollywood. Pero no: lo sucedido fue real. La revelación de la relación entre Monica Lewinsky y el presidente Bill Clinton en 1998 sacudió Washington. Lo ocurrido fue un suceso que causó polarización en la sociedad.
Lewinsky, en el ojo del huracán mediático, se enfrentó a un escrutinio implacable tanto de los medios como del público. He aquí la cronología de un escándalo: la verdadera historia de Monica Lewinsky. O al menos, lo que se ha contado sobre lo ocurrido hasta la fecha.
Pocas semanas después de llegar a la Casa Blanca, la joven Lewinsky obtiene un cargo remunerado en la Oficina de Asuntos Legislativos, donde se encarga de manejar las cartas de los miembros del Congreso. Con frecuencia, lleva el correo directamente al Despacho Oval, lo que aumenta su proximidad con el entonces presidente Bill Clinton.
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En 1996, Evelyn Lieberman (en la foto), jefa de personal adjunta de la Casa Blanca, traslada a Monica Lewinsky a un puesto como asistente del portavoz del Pentágono, citando un "comportamiento inadecuado e inmaduro" y falta de atención al trabajo.
Mientras trabaja en el Pentágono, Monica Lewinsky entabla una amistad con Linda Tripp (en la foto). Durante sus conversaciones, Lewinsky le confiesa su relación con Bill Clinton. Tripp graba secretamente estas confesiones.
En octubre de 1997, Linda Tripp (en la foto en una entrevista con la NBC) se reúne con periodistas de Newsweek, incluidos Michael Isikoff, Lucianne y Jonah Goldberg, en un apartamento en Washington. Durante la reunión, Tripp presenta la grabación de sus conversaciones con Monica Lewinsky, desatando así un escándalo que sacudiría la Casa Blanca.
Mientras tanto, el presidente Clinton se enfrenta a acusaciones de acoso sexual en 1994 por parte de otra mujer, Paula Jones (en la foto), añadiendo más presión sobre su administración.
En enero de 1998, Monica Lewinsky firma una declaración jurada negando haber tenido una relación íntima con el presidente Clinton, a solicitud de los abogados que representaban a Paula Jones.
Sin embargo, días después, el abogado Kenneth Starr recibe 20 horas de grabaciones de Linda Tripp que contradicen esta versión. El escándalo Lewinsky-Clinton se intensifica, atrayendo una atención creciente de los medios y la opinión pública.
El 27 de enero, la primera dama Hillary Clinton aparece en el programa The Today Show para defender a su esposo de las acusaciones de un supuesto escándalo. En una declaración contundente, Clinton asegura que se trata de una “gran conspiración de derecha” que ha estado conspirando contra su esposo desde el inicio de su carrera política.
El mismo día, Andy Bleiler, quien había mantenido una larga relación con Monica Lewinsky, hace una afirmación explosiva: Lewinsky le había confesado haber mantenido una relación privada e íntima con el presidente Clinton. Estas nuevas revelaciones agregan más combustible al creciente escándalo y aumentan la presión sobre Clinton y Lewinsky.
En febrero, el agente retirado del Servicio Secreto, Lewis C. Fox, se convierte en la primera persona en declarar públicamente haber visto al presidente Clinton y a Monica Lewinsky solos juntos, según informa el Washington Post. En respuesta, el presidente Clinton toma medidas para evitar que sus principales asesores declaren sobre las conversaciones privadas que tuvieron con él, intensificando la tensión y el misterio en torno al caso.
A pesar de la reticencia del presidente a abordar el escándalo públicamente, el presidente Clinton recibe una citación para testificar, lo que indica una escalada en la investigación y el escrutinio en torno al caso Lewinsky. La situación se torna aún más tensa y el escándalo parece inevitablemente dirigirse hacia un punto crítico.
(Foto: Clinton en Daily News)
El 29 de julio de 1998, Clinton acepta testificar voluntariamente ante el gran jurado. Además, se toma una muestra de sangre de Clinton para realizar una prueba de ADN y contrastarla con las manchas del vestido azul de Monica Lewinsky, evidenciando la gravedad y la profundidad de la investigación en curso.
El 17 de agosto, el presidente Clinton testifica ante el gran jurado, admitiendo un "contacto íntimo inapropiado" con Monica Lewinsky. También hace una confesión en un discurso televisado dirigido a la nación: "Tuve una relación con la señorita Lewinsky que no era apropiada. De hecho, estuvo mal. Constituyó un error y un fracaso personal del que soy única y completamente responsable", declara.
En diciembre de 1998, se abre un proceso de destitución, impeachment en la jerga norteamericana, en la Cámara de Representantes contra el presidente por cargos de perjurio y obstrucción a la justicia, relacionados con sus aventuras amorosas en el Despacho Oval.
En el Senado, competente para la votación definitiva, Clinton emerge victorioso del juicio político, dejando atrás uno de los capítulos más controvertidos en la historia política de Estados Unidos.
(Foto: The New York Times)
Tiempo después, Monica Lewinsky contrata a Andrew Morton para escribir su biografía, poniendo al autor de la vida y confesiones de Diana de Gales frente a otra historia escabrosa. En lugar de los adulterios en la realeza, se enfrentaban a las infidelidades del presidente de EEUU.
Durante un tiempo incursiona en el mundo del showbusiness con cameos en programas de televisión, lanza una línea de bolsos llamada The Real Monica, firma contratos para promocionar productos de adelgazamiento, protagoniza un especial de HBO y participa en el programa 'Mónica en blanco y negro'.
En una entrevista para promover la campaña con Reformation, Monica Lewinsky aborda una actitud tranquilidad decidida. Después de soportar lo que describe como una humillación global por el asunto Clinton, Lewinsky declara sentirse ahora muy a gusto consigo misma. Ha logrado aceptarse a sí misma, su vida y su situación actual, marcando así un camino hacia la autoaceptación y el crecimiento personal.