La verdadera historia sobre los hermanos Lyle y Erik Menéndez

El 20 de agosto de 1989, los hermanos Lyle y Erik Menéndez conmocionaron a la comunidad de Beverly Hills al acabar con la vida de sus padres. En 1996, fueron condenados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.

El caso Menéndez se convirtió en uno de los sucesos más célebres de finales del siglo XX, impulsado por una mezcla explosiva de drama familiar, conexiones con Hollywood y un juicio televisado que acaparó la atención nacional. A medida que avanzaban las audiencias, quedaba claro que Lyle y Erik habían acabado con la vida de sus padres. La verdadera incógnita era el porqué detrás de todo lo ocurrido, según Biography.

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Tal y como se expuso en el juicio, en 1989, Erik y Lyle Menéndez, de 18 y 21 años, acabaron con la vida de sus padres en su lujosa mansión de Beverly Hills. José Menéndez, un poderoso ejecutivo de Hollywood, fue alcanzado en numerosas ocasiones con un arma que sus hijos habían comprado días antes, mientras su madre, Kitty, recibió diez impactos.

Los hermanos Menéndez usaron escopetas calibre 12 que habían adquirido días antes del ataque. Tenían una coartada y al principio, aseguraron a la policía que encontraron a sus padres sin vida al regresar a casa, y debido a la falta de un motivo aparente, no fueron considerados sospechosos en las primeras fases de la investigación.

Para los fiscales, la versión de los Menéndez era una mentira bien elaborada. Tras acabar con sus padres, los hermanos no mostraron signos de arrepentimiento ni angustia; en cambio, desataron una ola de gastos extravagantes. El primer juicio, que comenzó en 1993, concluyó en juicio nulo cuando los jurados no lograron ponerse de acuerdo sobre si actuaron por miedo a un abuso continuo o si todo fue parte de una fría estrategia para hacerse con su fortuna.

Durante su segundo juicio conjunto, el juez excluyó las pruebas de los supuestos abusos de la defensa. Un jurado los declaró culpables y en 1996 fueron condenados por asesinato en primer grado y conspiración. Ambos recibieron cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.

Después de ser condenados, los hermanos Menéndez fueron enviados a prisiones distintas. Lyle fue recluido en la prisión estatal de Mule Creek, en Ione, California, mientras que Erik fue trasladado al centro correccional Richard J. Donovan, en San Diego.

Durante más de 20 años, Lyle y Erik Menéndez estuvieron separados en diferentes cárceles, manteniéndose en contacto solo a través de cartas y jugaban ajedrez enviando sus movimientos por ese medio, según Robert Rand, periodista que ha cubierto el caso desde 1989 y fue asesor de un programa de televisión de 2017 sobre los Menendez, según informó BBC News.

En febrero de 2018, Lyle Menéndez fue trasladado a la misma prisión que su hermano Erik, lo que permitió un emotivo reencuentro. Según Rand, ambos "rompieron a llorar inmediatamente" al verse por primera vez desde 1996, como informó Esquire.

(En la imagen, una escena de la ficción  Law & Order True Crime: The Menendez Murders)

Con el paso de los años, los hermanos Menéndez han aprendido a adaptarse a su realidad tras las rejas. Han establecido rutinas y encontrado maneras de ocupar su tiempo, buscando mantener una sensación de normalidad dentro de las limitaciones de la vida en prisión.

Argumentos científicos sobre la inmortalidad del alma

Tammi Menéndez (en la imagen de blanco) se sintió conmovida al ver la cobertura del juicio de 1993 y decidió escribirle a Erik. Así comenzaron una relación por correspondencia. Tras la muerte de su esposo, Tammi visitó a Erik en la prisión estatal de Folsom, y en 1999 se casaron. Su libro autopublicado busca dar voz a la versión de los hermanos Menéndez sobre los hechos ocurridos en su infancia, según un artículo publicado en Time.

En 2003, Lyle Menéndez se casó con Rebecca Sneed en la zona de visitas de máxima seguridad de la prisión estatal de Mule Creek. Este fue su segundo matrimonio tras las rejas, ya que su primer enlace con la ex modelo Anna Eriksson terminó en divorcio, según Esquire.

(En la imagen, una escena de la ficción  Law & Order True Crime: The Menendez Murders)

Aunque las visitas familiares a los presos condenados por delitos violentos contra un familiar están prohibidas, Lyle Menéndez compartió su experiencia con ABC News. Según publicó Esquire, Lyle afirmó: "He descubierto que puedo tener un matrimonio sano, aunque complicado, basado en la conversación y en encontrar formas creativas de comunicarnos y compartir, sin los elementos típicos del matrimonio, como salir a cenar o pasar tiempo íntimo juntos”.

(En la imagen, una escena de la ficción  Law & Order True Crime: The Menendez Murders)

En mayo de 2023, Lyle y Erik Menéndez presentaron una petición de "hábeas corpus" ante el Tribunal Superior del Condado de Los Ángeles, alegando nuevas pruebas que podrían cambiar su situación, tras estar encarcelados desde 1996.

La reciente petición para revocar las condenas de los Menéndez incluye el impactante testimonio de Roy Rosselló (en el centro de la imagen), ex integrante del grupo Menudo, quien alegó haber sido abusado por José Menéndez en los 80. Además, se presentó una carta de Erik a un primo, escrita ocho meses antes de lo ocurrido, en la que revela el abuso que sufría.

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Revocar condenas es poco común en el sistema judicial estadounidense. En declaraciones a People, su abogado, Mark Geragos, afirmó que "los hermanos Menéndez son cautelosamente optimistas" respecto a su futuro.

El caso de los hermanos Menéndez ha vuelto a ser objeto de atención pública gracias a la serie de Netflix 'Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menendez', que reaviva el debate sobre su culpabilidad y los eventos que rodearon lo ocurrido. En la imagen, Javier Bardem, Nicholas Chavez, Cooper Koch and Chloë Sevigny en la premiere de la película.

Expertos legales, como el ex fiscal del Condado de Los Ángeles Dmitry Gorin (en la imagen) y el abogado defensor Neama Rahmani, se muestran escépticos sobre la posibilidad de que las nuevas pruebas alteren el resultado del caso Menéndez. “Es más de lo mismo”, señaló Gorin. “Aunque es trágico que hayan sufrido abusos, esto no cambia materialmente la evidencia del crimen”.

Durante su estancia entre rejas, los hermanos Menéndez han intentado reinventarse. En junio de 2024, Lyle obtuvo su licenciatura en sociología en UC Irvine (en la imagen), junto a 23 compañeros de prisión, y actualmente está cursando una maestría en planificación urbana, según un artículo en People.

Más de tres décadas después de lo sucedido, la historia de Lyle y Erik Menéndez sigue fascinando al público, planteando preguntas sobre la justicia y la redención. Con la audiencia de su nueva petición a la vista, su futuro sigue en la cuerda floja. ¿Serán suficientes las nuevas evidencias para liberarlos, o seguirán cumpliendo una condena que ya dura más de 30 años?

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