La guerra en Ucrania vista desde el lado ruso: las razones de Putin
Toda guerra plantea dos puntos de vista. El de Occidente, empeñado en la defensa de Ucrania, es obvio: una nación soberana y democrática ha sido atacada por un régimen autocrático. Pero conviene conocer las razones del otro lado: ¿cuáles son los argumentos de Putin (y, seguramente, de buena parte de la población rusa que le apoya)? Veamos.
Hay una realidad incuestionable: los lazos culturales y sociales que unen Ucrania y Rusia son fortísimos. Históricamente han compartido mucho ambas naciones y, además, tenían una misma identidad como partes de la Unión Soviética. Pero esa hermandad se ha ido rompiendo y Ucrania decidió acercarse a Europa. Lo cual, para las fuerzas más conservadoras en Rusia, supuso una traición. Porque Putin y muchos de los suyos, en realidad, piensan que Rusia y Ucrania forman un todo indivisible.
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En el discurso con que, horas antes de la invasión, Putin justificó la guerra, dijo el líder ruso: "Lucharemos por la desmilitarización y desnazificación de Ucrania". En esa intervención televisiva, Putin habló una y otra vez de la II Guerra Mundial como referencia para la actual intervención militar: así que la invasión de Ucrania sería una lucha patriótica que continuaría la heroica lucha contra Hitler.
Uno de los argumentos de quienes acusan al gobierno ucraniano de connivencia con peligrosos sectores nazis es la existencia del Batallón Azov, que tiene su origen en un grupo paramilitar de Mariupol pero está integrado en la reserva del ejército de Ucrania y depende de su Ministerio del interior. La influencia nazi queda clara en su escudo, una runa que se parece demasiado a la esvástica. Su pertenencia a la extrema derecha resulta inequívoca.
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Otro elemento a tener en cuenta para entender la actuación de Rusia no sólo en Ucrania sino en otras regiones en las que se ha implicado militarmente (Chechenia, por ejemplo) es la nostalgia del Imperio Soviético.
La grandeza perdida de la URSS es un trauma nacional. Tal y como recordaba James Hershberg en un artículo de Foreing Policy, Putin cree que la disolución de la URSS fue trágica y catastrófica ("he famously called the collapse of the Soviet Union' genuine traged'” and 'the greatest geopolitical catastrophe' of the twentieth century).
Otro argumento no sólo de Putin sino de quienes ponen en cuestión el argumentario de Occidente con respecto a Rusia es la "temeraria" actitud de la OTAN, que llevaría años tratando de atraer a Ucrania a su órbita sin tener en cuenta las advertencias de Rusia, que no quiere bases de un potencial enemigo en sus fronteras.
Se ha utilizado mucho como justificación de la actuación militar de Putin en Ucrania la crisis de los misiles que en 1962 colocó a Estados Unidos y la Unión Soviética al borde de la guerra, cuando los soviéticos colocaron misiles en la isla de Cuba, a pocas millas de Florida. Finalmente los misiles fueron retirados.
El paralelismo con la crisis de los misiles conduce a la pregunta: ¿por qué, si Kennedy vio amenazada la seguridad de Estados Unidos y logró que Jruschov retirase los misiles de Cuba, no puede Putin exigir a la OTAN que se aleje de Ucrania? Y si Ucrania no es clara al respecto de su desvinculación de la OTAN, el ataque estaría justificado (aunque Ucrania, una vez comenzó la invasión, anunció su decisión de no entrar en la Alianza Atlántica).
También hay quien cree que tras las actuaciones de Putin hay un afán expansionista que se basa en las ideas de Alexander Duguin, pensador de ideología ultranacionalista que defiende un Imperio Eurasiático que vaya más allá de las fronteras rusas y plante cara a Estados Unidos. Duguin plantea crear un bloque de naciones con valores cristianos, estatalistas y antiLGTBIQ que vaya "de Lisboa a Vladivostok".
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El patriarca Kirill, máximo líder religioso de la Iglesia Ortodoxa, también ha abundado en los argumentos morales que justifican la guerra en Ucrania: una batalla "contra el mal" y contra los valores occidentales pervertidos que el patriarca, en un sermón, ejemplificó en "el orgullo gay". Según recogió Delia Gallagher en un artículo para CNN, Kirill considera que la invasión de Ucrania es "un rechazo fundamental de los llamados valores que ofrecen hoy en día quienes reclaman el poder mundial".
Otro argumento "prorruso" habitual es relativizar los presuntos crímenes de guerra que las tropas de Putin hayan podido cometer (como, por ejemplo, se está investigando en Bucha, donde se mató con dardos a civiles). Según esta opinión, es la violencia de toda guerra y se da en ambos bandos. Y, sí, es cierto que también a los ucranianos se les ha acusado, por ejemplo (y hubo vídeos al respecto que publicaron medios como BBC) de ejecutar a soldados rusos capturados.
En un artículo publicado en The New York Times se hablaba de "cinco teorías de la conspiración" promovidas por Putin para justificar su guerra. Su autor, Ilya Yablokov, las enunciaba una a una: la primera se resume en la frase "Occidente quiere dividir el territorio ruso".
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La segunda teoría (de la conspiración, siempre según el articulista Ilya Yablokov) seria que "la OTAN ha transformado Ucrania en un campo militar".
El tercer argumento de Putin citado por The New York Times sería que "la oposición (rusa) quiere destruir Rusia desde dentro y cuenta con el apoyo de Occidente". La mano dura con opositores como Navalni (actualmente encarcelado) estaría plenamente justificada.
"El movimiento LGTBIQ a nivel mundial es una conspiración contra Rusia" es otra de las frases que resumen la que sería cuarta teoría de la conspiración que, según Ilya Yablokov, apoya la idea de que Putin está sólo defendiendo a un pueblo y sus valores profundos.
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Y como quinta teoría entramos en una acusación muy grave: que Ucrania estaría preparando armas biológicas para atacar a Rusia. Según Ilya Yablokov, el mismísimo Lavrov (poderoso ministro de Exteriores -en la imagen-) difundió esta información para calentar el conflicto.
Todas estas teorías y argumentos antes expuestos son insistentemente difundidos por los hegemónicos grandes medios rusos. ¿Logra eso que la población rusa apoye mayoritariamente la guerra? Resulta muy difícil saberlo: los más exaltados exhiben la Z de apoyo a Putin pero también ha habido manifestaciones contra la invasión (duramente reprimidas).
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Siempre se ha repetido que, según las encuestas realizadas en Rusia, Putin jamás ha bajado del 60% de apoyo entre la población. Con la guerra en Ucrania en marcha, según Forbes, un sondeo de finales de marzo lanzaba un dato rotundo: el 83% de los rusos aprobaban la gestión del mandatario.
Con ese nivel de apoyo, sería difícil calificar a Putin de dictador. Gana elecciones, dicen sus partidarios. Aunque en esas elecciones la oposición apenas tenga oportunidad de presentarse en las mismas condiciones que el oficialismo.
Pero hay quien discrepa. El oligarca Oleg Tinkov (en la imagen) desde Instagram lanzó una dura diatriba contra Putin asegurando, según recogieron medios como la BBC, que el 90% de los rusos está en contra de la guerra y que "los imbéciles son el 10% en cualquier país".
Hay que asumir que la propaganda, en tiempos de guerra, está en ambos bandos. Por eso, el conocimiento de las razones de la otra parte tiene su importancia.
Comprender a quien está al otro lado resulta útil, aunque no vayan a convencernos sus razones. Y, quizás, sirva (de algún modo) para lograr el único objetivo legítimo: la paz, el fin de la violencia.
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