"Armas y mantequilla": la promesa incumplida de Putin al pueblo ruso en plena crisis
El presidente Vladímir Putin ha reconocido que las sanciones internacionales y los recortes de personal están afectando negativamente a la economía de Rusia. En una reunión con los altos funcionarios económicos del gobierno en octubre, Putin admitió que la economía nacional enfrenta dificultades significativas.
Comprender lo que está ocurriendo en la economía rusa es una cuestión ciertamente compleja si se desconoce cómo ha cambiado el frente económico del país a causa de la guerra. La falta notable de hombres para el ejército lleva la voz cantante de los problemas en Rusia.
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Según un artículo del 27 de octubre de The Washington Post, la economía rusa está "caldeada y corre el peligro de sobrecalentarse" debido a un factor clave: el ingente gasto militar. Los elevados salarios de los soldados rusos están alimentando la inflación en el país.
El problema no es solo que Rusia pague a sus soldados, sino más bien los intentos del sector privado por mantenerse, ya que el dinero está siendo destinado a potenciales voluntarios militares, y poder seguir atrayendo empleados a sus plantillas.
El ciclo de fondos crecientes en las empresas está alimentando un ciclo de inflación dentro de Rusia que ha hecho elevar la tasa de interés del Banco Central del país hasta niveles insospechados. El 25 de octubre, los tipos de interés en Rusia subieron del 19% hasta el 21%.
Una tasa de interés del 21% es la mayor tasa experimentada en la historia moderna de Rusia y la más elevada desde al menos 2003, según apuntaba Reuters, medio que destacó que esta acción había sido una reacción al incremento masivo del gasto estatal para combatir la inflación.
El 25 de octubre, la tasa de inflación de Rusia permanecía en un 8,4%. Cuando elevaron la tasa de interés de Rusia al 21%, los reguladores afirmaron que harían falta más ajustes en la política monetaria del país para curvar la inflación hasta llegar al objetivo del 4% para 2025.
"Las dificultades y desequilibrios siguen presentes en la economía", explicaba Putin el 28 de octubre en una reunión telemática con sus dignatarios económicos y funcionarios gubernamentales, en la que participó también la gobernadora del Banco Central de Rusia, Elvira Nabiúllina, según informaba Newsweek.
"[Las dificultades] están causadas principalmente por las complejas condiciones en las que construimos el potencial industrial, agrario y financiero", añadía Putin. Sin embargo, el presidente se mostró esperanzador ante el futuro económico de Rusia al hablar de los datos positivos provenientes del Fondo Monetario Internacional (FMI).
A pesar de los problemas de inflación de Rusia, el FMI espera que el país experimente un crecimiento modesto de su Producto Interior Bruto (PIB) de un 3,6% en 2024, contrario a las estimaciones anteriores de la organización que hablaban de un 3,2%. Sin embargo, Rusia sigue lidiando con graves problemas económicos.
Tanto las "sanciones externas" como "los recortes de personal, tecnología y logística" son elementos que Putin señaló como conductores de las "dinámicas de los precios del consumidor" en Rusia, y estos problemas no podrán resolverse pronto debido a las necesidades que Rusia experimenta por la guerra.
Rusia continuará sufriendo las sanciones de Occidente en el futuro inmediato y seguirá centrada en obtener hombres para su lucha, un compromiso activo desde el gobierno y el sector privado, para mantener sus altos niveles de reclutamiento.
Moscú está reclutando en la actualidad a casi 30.000 hombres al mes. Para ello, las autoridades locales ofrecen bonus significativos para los potenciales reclutas que estén dispuestos a unirse al ejército, según informaba el Instituto para el Estudio de la Guerra.
Las dinámicas subyacentes señaladas por Putin no van a cambiar, algo que seguramente justifique el porqué los reguladores rusos han predicho que se necesitarán más ajustes económicos para poder mantener bajo control la inflación del país.
Cuánto tiempo podrá jugar Rusia con sus propias políticas económicas es algo que se desconoce, pero sus necesidades derivadas de la guerra en Ucrania y las necesidades de sus ciudadanos en su territorio no parecer estar inclinando a los legisladores del país a realizar cambios. Moscú se encuentra ahora en aguas económicas desconocidas.
Vasily Astrov, experto en economía rusa del Instituto Internacional de Viena de Estudios Económicos, contó a Newsweek que el intento de Rusia por ajustar la inflación mediante la subida de los tipos de interés es una estrategia errónea que podía acabar perjudicándoles.
"Suprimir esto con medidas pertenecientes a una política monetaria draconiana solo les llevará a un parón de las inversiones privadas, lo que exacerbará en el futuro el problema de cuello de botella del lado de la oferta, algo que el banco central y muchos otros ya están lamentando", explicaba Astrov.
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