México: ¿puede una mujer cambiar a un país machista?
El único candidato hombre, Jorge Álvarez Máynez, de Movimiento Ciudadano, cuenta apenas con un 4.8%, según la misma encuesta.
La directora de Enkoll, Heidi Osuna dijo a El País que cree que el hecho de que la mayoría de los hombres favorezcan a las candidatas mujeres sobre el hombre, se debe a que el candidato de Movimiento Ciudadano no es lo suficientemente “macho”.
“Samuel García (gobernador de Nuevo León) sí era ese perfil más macho, conservador, con esposa, hijos, iglesia”, dijo Osuna a El País, mientras Máynez no encaja ese perfil, por lo que no cree que los hombres sean menos machistas por apoyar a las candidatas, sino, quizá lo contrario.
Por otro lado, hay ciertos estereotipos sexistas que han favorecido a las candidatas. Por ejemplo, un 64% cree que una mujer, independientemente de quién sea, podría combatir mejor la corrupción.
Esta idea quizá proviene de un estereotipo que pinta a las mujeres como más inocentes y honestas: menos corruptas, lo cual no es necesariamente verdad.
(Foto: Protesta por el incidente del metro que colapsó por un caso de corrupción y negligencia en el que Sheinbaum estuvo presuntamente involucrada)
Osuna, la directora de Enkoll, cree que las respuestas de la encuesta se basaron en la expectativa de género más que en casos conocidos de mujeres en el poder.
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Un impactante 87% de mujeres y un 89% de hombres cree que con una mujer en el poder la situación para las mujeres en México mejoraría.
La realidad, sin embargo, es que el hecho de tener una mujer presidenta no garantiza que se vaya a combatir el machismo en el país.
Helena Varela Guinot, coordinadora del Doctorado en Estudios Críticos de Género de la Universidad Iberoamericana, lo explica bien: “No es cuestión de quién ocupa el poder sino de cómo se ejerce dicho poder”, escribe.
Para que las condiciones de vida de las mujeres en México cambien, se necesita gobernar con una agenda de género progresista, dice Varela, algo que la experta no percibe de ninguna de las dos candidatas a la presidencia.
Varela cree que ni Sheinbaum ni Xóchitl harían prioritarios temas como la violencia de género, la brecha salarial, el acceso a la educación y la garantía de los derechos sexuales y reproductivos, problemas que solo pueden resolverse con políticas específicas y un compromiso con la agenda de género, según la experta.
Que una mujer llegue a la presidencia por primera vez en la historia de un país con fuerte presencia del machismo, sin embargo, no deja de ser histórico, aunque quizás se quede meramente en un hecho simbólico y no en un cambio para el país.