¿Cuál es el salario perfecto para ser feliz?
¿Cuánto más dinero, más felicidad? No necesariamente. Varios estudios han buscado cuál sería el sueldo perfecto para ser feliz. Uno de ellos está firmado por todo un Premio Nobel. Y la cifra a la que se apunta es elevada pero está muy lejos de lo que Elon Musk o Jeff Bezos perciben anualmente.
Según un estudio que recogieron medios como Forbes, Angus Deaton (Premio Nobel de Economía en 2015 -en la imagen-) llegó a la conclusión junto a su colega Daniel Kanheman de que 75.000 dólares (algo más de 76.000 euros) anuales eran la cifra de la felicidad en lo que a sueldo se refiere.
En Bussines Insider se citaba el estudio de Deaton y Kandheman, en el que se afirma: "Quizás $75,000 es un umbral más allá del cual mayores aumentos en los ingresos ya no mejoran la capacidad de las personas para hacer lo que más importa para su bienestar emocional, como pasar tiempo con las personas que les agradan, evitar el dolor y la enfermedad y disfrutar del tiempo libre".
Imagen: Jacqueline Munguía / Unsplash
Dicho en otras palabras: a partir de cierto nivel de patrimonio, no hay mucho más (de importancia) que podamos comprar. El tiempo, el amor o la salud (una vez cubiertas ampliamente nuestras necesidades) no aumentan en función del incremento de nuestra cuenta bancaria.
La cifra del estudio tiene como referencia el marco económico de los países ricos, por supuesto. En otros contextos, esa cifra puede resultar inalcanzable para una inmensa mayoría de la población. Pero hay otros estudios que mencionan cuántos millones de dólares nos hacen felices.
Imagen: Roberto Júnior / Unsplash
En un artículo de The New York Times firmado por Seth Stephens-Davidowitz se afirmaba: "Un estudio con miles de millonarios dirigido por investigadores de la Escuela de Negocios de Harvard encontró un aumento en la felicidad que se activa cuando el patrimonio neto de las personas supera los $ 8 millones".
Continuaba Seth Stephens-Davidowitz sobre esa felicidad activada tras pasar la barrera de los 8 millones: "Pero el efecto fue pequeño: un valor neto de $ 8 millones ofrece un impulso de felicidad que es aproximadamente la mitad del aumento de felicidad que supone casarse". Resumiendo: encontrar pareja hace más feliz que 8 millones de dólares.
Imagen: Álvaro CvG / Unsplash
De cualquier modo, no es sólo el propio salario sino el de los demás lo que puede provocar felicidad (o tristeza).
Imagen: Jacek Dylag / Unsplash
Jean Twengue, profesora de psicología de la Universidad de San Diego, aseguraba en un artículo publicado en The Conversation que las sociedades mas desiguales (donde hay grandes diferencias de salarios) son más infelices. Parece lógico.
Imagen: Matt Collamer / Unsplash
Lo cierto es que si revisamos el Informe Mundial de Felicidad 2022 elaborado por la ONU, vemos que los países ricos donde la redistribución de la riqueza funciona mejor encabezan la lista de naciones mas felices: Finlandia, Dinamarca, Islandia, Suiza, Países Bajos, Luxemburgo...
Imagen: Tapio Haaja / Unsplash
Haciendo la media de los salarios en esos "países felices" según el ranking de la ONU, podríamos establecer en torno a los 68.000 dólares anuales el precio de la felicidad.
Imagen: Baptiste Gousset / Unsplash
Curiosamente, el gran país del capitalismo, Estados Unidos, no se cuenta entre los diez más felices del mundo (siempre según el índice de la ONU) sino que se situaría en el puesto 16. ¿Quizás por la desigualdad?
Imagen: Jason Hutchison / Unsplash
Claro que, frente a ese Informe Mundial de Felicidad elaborado por Naciones Unidas, es casi un tópico periodístico titular que Bután (un país no muy rico) es el lugar más feliz del planeta. ¿Es esto cierto?
Imagen: Adii Wahid / Unsplash
En realidad, en el ranking de la ONU de 2022, Bután se halla en el puesto 97 en lo que a felicidad se refiere. Pero este reino ha sabido vender al mundo lo felices que son sus habitantes y sus autoridades crearon el Índice Nacional de Felicidad para medir y fomentar la alegría de sus habitantes. ¿Propaganda o realidad?
Imagen: Gaurav Bagdi / Unsplash
En todo caso, los estudios realizados (sea por psicólogos, sociólogos o economistas) coinciden en que llegar a billonario no es una garantía para la felicidad pero vivir en la miseria, padeciendo necesidades, evidentemente nos impide ser felices.
Y luego hay casos como el de la millonaria Christine Onassis, hija del famoso armador y cuya vida estuvo repleta de tristeza. A ella se le atribuye la frase: "Soy tan pobre que no tengo más que dinero". Murió a los 37 años y la biografía que sobre ella escribió William Wright se tituló 'All the pain that money can buy (Todo el dolor que el dinero pueda pagar)'.
Claro que quizá la pregunta más complicada de responder con precisión podría enunciarse así: ¿qué es ser feliz? Más allá del dinero que poseamos.