'Efecto Diderot': qué es y cómo puede llegar a arruinarte
Es un sentimiento de sobra conocido por todos: hablamos de esa espiral de consumismo que a veces nos posee y que no nos permite dejar de comprar.
Está estudiado desde el siglo XVIII y tiene una explicación: se llama efecto Diderot, en honor del enciclopedista, filósofo y escritor francés de la Ilustración Denis Diderot (1713-1784), aunque fue acuñado en la década de los 80 por el antropólogo canadiense Grant McCracken.
Pero en qué consiste realmente y, sobre todo, ¿qué podemos hacer para remediarlo?
Denis Diderot lo explicó a la perfección en el ensayo “Lamento por mi bata vieja. Aviso a quienes tienen más gusto que fortuna”, en el que relata cómo la llegada a su vida de una nueva bata, regalo de un amigo, casi le lleva a la ruina.
En concreto cuenta que aquella prenda era tan maravillosa y de tal calidad que todo a su alrededor desmerecía, por lo que comenzó a comprar otros artículos, como cuadros, muebles, cortinas o alfombras, para que su apreciada bata estuviera acorde con el resto de elementos de su hogar.
Lo que ocurrió es algo previsible: sin darse cuenta, a raíz de la aparición de esta nueva bata de color escarlata, había cambiado toda la decoración de su casa y, lo que es peor, se había arruinado y ni siquiera se sentía a gusto en su propia casa.
"Yo era el amo absoluto de mi vieja bata, pero me he convertido en esclavo de la nueva", puede leerse en la obra de Diderot.
Pero salvando los tres siglos que nos separan de Diderot, lo cierto es que es una tendencia que sigue ocurriéndonos en la actualidad.
Porque, ¿quién no ha ido a un comercio con intención de adquirir una única prenda y ha acabado adquiriendo todo un look completo? O realizar una pequeña reforma en casa y acabar remodelándola entera…
Esto ocurre ya que tendemos a relacionar unos objetos con otros, de manera que los percibimos en su conjunto y buscamos que se relacionen con armonía y equilibrio.
Las empresas lo saben y cada vez es más habitual que se fomenten las ventas cruzadas, práctica que se da en la actualidad tanto en tiendas físicas como en las plataformas e-commerce, con recomendaciones relacionadas con el producto que acabamos de adquirir.
La cosa se complica especialmente en las compras online, ya que todo está pensando para tener lo que deseamos al alcance de un “click”. A cualquier hora, en cualquier momento de la semana.
¿Y qué hacer para evitar caer en ello? En primer lugar ser conscientes del problema, ya que una vez conocemos cómo funciona, podemos hacerle frente con más herramientas y determinación.
Por otro lado, hay que tratar de tener claro cuáles son nuestras necesidades reales; aquéllas que nos han llevado a realizar una compra concreta.
Una buena técnica es, siempre que las circunstancias lo permitan, no apresurarnos e intentar esperar unos días antes de llevar a cabo una compra. Dejar pasar el tiempo y solo llevarla a cabo si, una vez transcurrido, nos sigue pareciendo una buena idea.
Otra es tratar de comprar acorde al tipo de artículos que ya poseemos, incluso favoreciendo la compraventa de segunda mano, un fenómeno completamente en auge.
Aunque lo más importante es siempre gastar en la medida de nuestras posibilidades y no endeudarse.
En palabras del empresario e inversor estadounidense Warren Buffet, hay que gastar después de ahorrar y no gastar y después ahorrar.
Para evitar el consumismo compulsivo e irracional, lo mejor es, aunque parezca una obviedad, comprar con cabeza (y mantenernos alejados de la tarjeta de crédito).
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