El misterio de Pyramiden: una ciudad abandonada en el mar Ártico
Conocida como 'La Ciudad Fantasma del Ártico', Pyramiden alguna vez fue hogar de cientos de habitantes. Actualmente, esta localidad cuenta con apenas un residente permanente encargado de su mantenimiento y, durante el verano, la población puede ascender hasta diez personas. En nuestra visita exploramos este territorio dominado por el oso polar.
Nos situamos en el Archipiélago de Svalbard en el que para moverse entre islas, es necesario hacerlo por mar, aire o con motonieve, pues no hay una sola carretera.
Uno de los motivos es que en todo el archipiélago no hay más de 2.500 habitantes. De ellos, tan sólo uno vive de forma permanente en Pyramiden. Según Wikipedia, en 2017 se instaló en esta ciudad fantasma un hombre llamado Alexander Romanoski.
Para empezar, según una crónica de BBC Travel, la época para llegar a Pyramiden se sitúa entre mayo y octubre, pues es cuando el hielo marino que rodea la ciudad no está congelado y se puede navegar hasta la isla.
Durante los meses de invierno, al frío extremo de la zona y la soledad absoluta, se suma el hecho de que la oscuridad es casi permanente las 24 horas del día.
Cuesta creer que no hace demasiado, Pyramiden era un punto de referencia para la caza de ballenas y morsas y, más tarde, desde principios del siglo XX, de la minería del carbón.
Por aquel entonces, todo Svalbard era compartido por varios países como Dinamarca, Noruega o Reino Unido, entre otros, que se organizaban para explotar sus recursos de forma conjunta.
Todo cambió en 1920, cuando Noruega se hizo con su soberanía, en un tratado firmado por todos los países que les permitía seguir explotando sus recursos naturales en igualdad de condiciones, pero bajo el protectorado noruego.
Pero en 1927, Suecia decidió, aprovechando los recovecos legales del acuerdo, vender Pyramiden a la Rusia de Stalin y durante décadas, los rusos explotaron en exclusiva los recursos de la ciudad.
La población empezó a crecer y desde Rusia levantaron una ciudad al uso, con casas, un hospital, cafetería, piscina climatizada, centro cultural y todo lo que hay en una localidad normal que, a principios de los 80, superaría las 1.000 personas.
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Pero la URSS cayó en 1991 y, con ella, comenzó la decadencia de Pyramiden. Las minas dejaron de ser rentables en 1998 y, sin ellas, no había razón para seguir viviendo en una zona tan extrema.
En poco tiempo, Pyramiden pasó a ser 'La Ciudad Fantasma del Ártico' pues, a pesar del paso del tiempo, los edificios de la ciudad, los edificios están intactos. De hecho, el frío polar de la zona lleva a estimar que esos edificios seguirán siendo visibles durante cinco siglos.
Es más, Pyramiden no tiene restricciones para ser visitada y cualquiera puede ir, lo que está prohibido es entrar en los edificios, a pesar de que tengan las puertas abiertas, por prevención de accidentes.
¿Irías a Pyramiden?