De Siria a Ucrania: paralelismos entre dos guerras
La imagen es de Alepo, ciudad mártir durante la guerra civil sirias. Un conflicto en el que Putin hizo participar a las tropas rusas en apoyo de Bashar al Assad, gobernante del país. Entre aquella guerra y la que se desarrolla en Ucrania haya similitudes en cuanto a estrategia y modos (brutales) de actuar militarmente.
Al Jazeera recurrió a Mohammad al Shebli, un portavoz de la Defensa Civil Siria o Cascos Blancos (grupo voluntario de búsqueda y rescate) para abordar el asunto. “Es el escenario idéntico que se repite en Ucrania" aseguró. Y añadió detalles concretos de cómo las fuerzas rusas actuaron en Siria y ahora vuelven a hacerlo en Ucrania.
Mohammad al Shebli sentenció en Al Jazeera: "Todo lo que proporciona vida y sostenibilidad a los civiles es un objetivo para los ataques rusos".
Tanto en Siria como en Ucrania, el presidente Putin y sus generales utilizaron indiscriminadamente el poderío aéreo, lo que provocó un gran número de víctimas civiles.
Aunque Rusia niega haber atacado a civiles en la "operación militar" de Ucrania, tanto en Siria como en el actual conflicto que se desarrolla se han visto imágenes de hospitales, escuelas y áreas residenciales civiles bombardeadas..
Y no parece que las cosas vayan a mejorar para los civiles en Ucrania en el corto plazo, especialmente desde que Putin asignó al general Aleksandr Dvornikov (conocido por sus enemigos como el "carnicero de Siria) la tarea de comandar y coordinar la guerra en Ucrania.
Las personas muertas o heridas en Siria o Ucrania son, en la mayoría de los casos, mujeres y niños, ancianos y personas con discapacidades. Personas que no deberían ser objeto de ataques dada su condición y que deben estar protegidas por el derecho internacional y las reglas de la guerra.
Human Rights Watch condenó un ataque ruso sucedido el 3 de marzo y que tuvo como objetivos un hospital ucraniano y varios edificios residenciales y comerciales, incluida una farmacia.
Amnistía Internacional anunció el 9 de marzo que una investigación había demostrado cómo un ataque aéreo ruso con al menos ocho bombas aéreas no guiadas mató a decenas de civiles en Chernihiv, en el norte de Ucrania, un ataque que la organización considera un crimen de guerra.
Los datos recopilados por las Naciones Unidas indican que un mínimo de 691 civiles, de los cuales 48 eran niños, han muerto desde que Rusia comenzó su guerra contra Ucrania. La propia ONU reconoce que los números reales probablemente sean mucho más altos.
Diana Semaan, investigadora sobre Siria de Amnistía Internacional, aseguró a Al Jazeera: “Las fuerzas rusas usaron bombas no guiadas en áreas densamente pobladas y municiones de racimo (intrínsecamente indiscriminadas) en Siria. Estas mismas tácticas se están utilizando en Ucrania”.
Putin no parece estar preocupado por estas acusaciones. Al fin y al cabo, se alió a Bashar al-Assad. gobernante que libró una guerra cruenta contra parte de su propio pueblo en Siria y cuyo historial en materia de vulneración de derechos humanos es conocido.
Con Putin y el apoyo del ejército ruso, Assad gaseó químicamente a sus ciudadanos, encarceló a niños, torturó a miles de personas, mató de hambre a ciudades enteras mediante asedios y envió a millones de refugiados fuera de su país.
Durante el asedio de Alepo en 2016, Putin ayudó enviando aviones de combate rusos, que atacaron sistemáticamente hospitales y a los Cascos Blancos de ayuda humanitaria.
Más de 440 civiles murieron durante el asedio de Alepo. Recién nacidos, médicos, estudiantes y al menos 90 niños. Todas esas muertes constituyen, sin duda, crímenes de guerra.
La comunidad no estuvo muy preocupada por los crímenes en Siria (en todo caso, preocupó más que en dicho conflicto creciera el grupo radical Estado Islámico). Con Ucrania se ha sido más vigilante y por eso Rusia se cuida de negar sistemáticamente todo ataque a civiles aunque queden, como en Bucha (en la imagen), evidencias de matanzas terribles.
Vladímir Putin está utilizando una campaña de terror para desgastar el espíritu de lucha del presidente ucraniano Volodimir Zelenski y también para trater de atemorizar al pueblo ucraniano.
Según la ONU, las acciones de Putin han obligado a más de 12 millones de ucranianos a abandonar sus hogares: 5 millones han huido al extranjero y más de 7 millones están desplazados dentro de Ucrania.
La huida de las masas es otra similitud entre los conflictos de Ucrania y Siria. Millones de refugiados abandonaron Siria durante la guerra y huyeron a otros países en busca de seguridad.
Otro paralelismo entre la guerra en Ucrania y Siria es, según Ruslan Trad, un analista que habló con Al Jazeera, "el patrón de implementar asedios y establecer breves 'corredores humanitarios' para desplazar a la población".
Ruslan Trad sostuvo en Al Jazeera que la táctica de asedio y evacuación fue practicada por las tropas rusas en Siria.:“Los ejemplos más obvios son Alepo y Guta Oriental” (..) Es en estas áreas donde el ejército ruso asesoraba a las fuerzas de Bashar al Assad y también tomaba notas sobre la efectividad de las estrategias”.
Otra táctica que usa Putin y que también usó en Siria es la desinformación. O el mero silencio sobre sus acciones como método de desinformación. The Guardian informó de que "hasta la fecha, Rusia no admite haber matado a un solo civil en Siria y no tiene un mecanismo conocido para medir el impacto en la población civil de sus acciones militares".
Desde que Rusia atacó a Ucrania en febrero, Putin ha impuesto una férrea censura. Llamar guerra a lo que el Kremlin dictamina como "operación militar especial" puede costar la cárcel.
En Siria, Rusia también utilizó la desinformación, siendo quizás el caso más exitoso la campaña contra el grupo de rescate civil llamado Cascos Blancos.
Los Cascos Blancos ganaron fama internacional por compartir videos de sus rescates de civiles después de los bombardeos rusos. Sin embargo, el Kremlin logró convencer a muchos de que los videos eran falsos. (El famoso grito de "Fake News!" de Trump funciona entre cierta opinión pública).
Cuando comenzó la guerra en Ucrania, algunos expertos sostuvieron que Vladímir Putin no aplicaría a Ucrania las mismas tácticas brutales que usó en Siria, sobre todo por los estrechos vínculos entre rusos y ucranianos. Pero, de momento, se ha demostrado que Putin es implacable y que, incluso en áreas ucranianas con alto porcentaje de población prorrusa, está dispuesto a emplear la fuerza con toda la violencia posible.