Creciente tensión entre EE UU y México
A poco más de un mes de la conclusión de su mandato, Amlo sigue estando al centro de la atención. En la recta final del sexenio, el mandatario quiere cumplir su promesa a toda costa: llevar a cabo su proyecto de reforma judicial.
La ley, ya aprobada en Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados, tiene ahora que pasar por el pleno del Congreso, donde muy probablemente no habrá sorpresas, ya que el partido oficialista tiene la mayoría. Se espera que la reforma se apruebe a principios de septiembre.
Esta norma, sin embargo, ha sido atacada por todos los frentes, especialmente por un punto que incluye el texto: la elección popular de jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia. Si la ley logra la aprobación, en 2025 alrededor de 1.600 cargos deberán renovarse en las urnas.
Esto está generando mucha incertidumbre y temor entre los funcionarios por su futura carrera laboral, y en estos días se están manifestando para pedir mayor seguridad y una negociación con el gobierno.
Pero una de las consecuencias más graves de esta noticia, que ha traspasado las fronteras del país, es la tensión diplomática con Estados Unidos. El embajador del país norteamericano en México, Ken Salazar, dejó de lado su tono cordial para manifestar su posición sobre la reforma morenista.
En una rueda de prensa, el funcionario dijo que el voto directo de los jueces representa “un riesgo para la democracia en México” y se mostró convencido de que no servirá para erradicar la corrupción en el Poder Judicial, un mal endémico del país.
Asimismo, como recoge el diario El País México, Salazar apuntó que esta medida también podría mermar la confianza tanto de los inversores en el país, como de los aliados comerciales como Estados Unidos.
De hecho, a nivel económico, la casi certeza de que esta reforma prosperará, también ha devaluado el peso, tras un periodo de bonanza y fortaleza, como reporta el periódico Reforma.
Pero más allá de los números, se teme también que el poder judicial pueda perder la autonomía respecto al poder ejecutivo y que el crimen organizado se haga espacio en la justicia mexicana.
El comentario del embajador sorprendió a López Obrador que mostró su enfado sin ambages. La Secretaría de Relaciones Exteriores envió una nota a la embajada, recogida por El País México: “[La declaración] representa una acción inaceptable de injerencia, contraviene la soberanía de los Estados Unidos Mexicanos y no refleja el grado de respeto mutuo que caracteriza las relaciones entre ambos países”.
Mientras, en una mañanera, el mandatario criticó la “política prepotente” de EE UU y su “burda actitud intervencionista”. Definió las palabras del embajador como “desafortunadas” e “imprudentes”, y pidió que no haya ningún otro tipo de intromisión por parte de la potencia extranjera.
Ante la reacción del mandatario mexicano, Salazar advirtió que estaba dispuesto a dialogar. Claudia Sheinbaum, que defendió el proyecto político de Amlo, se ha mostrado abierta a hablar sobre el asunto, pero ha advertido de que “hay cosas que solo les corresponden a los mexicanos”.
AMLO se defiende: este es el polémico proyecto que acaba de inaugurar
Salazar ha sido una figura clave en México para restablecer la buena relación diplomática de la que gozaban los dos países antes de la llegada de Donald Trump. Con su nuevo interlocutor, Amlo quería dejar claro que se trataba de dos estados soberanos, despejando toda idea de subordinación a EE UU. Ambos han recordado en varias ocasiones el trabajo hecho en los últimos años.
Pero el embajador estadounidense no fue el único en expresar su preocupación ante la reforma. Como reporta Infobae, su homólogo canadiense, Graeme C. Clark, también ha mostrado sus dudas sobre la reforma, alertando de que podría mermar la confianza entre los inversores.
Pese al intento de calmar los ánimos, Amlo parece no perdonar a los dos funcionarios. De hecho, según el periódico Reforma, ha anunciado que las relaciones con ambos países están “en pausa”. “¿Cómo le vamos a permitir al embajador que él opine que está mal lo que estamos haciendo?”, dijo el mandatario.
López ha asegurado que no se trata de una “ruptura” y que los embajadores no tendrán que abandonar el país. Pero les avisó: “Tienen que aprender a respetar la soberanía de México”.