Cómo sería Venezuela si Chávez nunca hubiera sido presidente

En el escenario político de Venezuela, la elección de Hugo Chávez como presidente en 1998 marcó un cambio histórico para la nación. Sin embargo, hay quien se pregunta: ¿cómo sería la situación actual si la historia hubiera tomado un rumbo diferente?

La elección de alguien como Chávez en Venezuela parece inevitable. La crisis económica y los tumultos sociales definieron el día a día del país sudamericano desde el llamado Viernes Negro en 1983, cuando los precios petroleros internacionales se desplomaron.

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Algo que no ayudaba el panorama era una élite política definida por el bipartidismo entre Acción Democrática y COPEI y las medidas neoliberales recomendadas por el Fondo Monetario Internacional. Un cambio era inminente.

Fue en ese ambiente tenso que un teniente coronel, de nombre Hugo Rafael Chávez Frías, intentó un golpe de Estado contra el presidente Carlos Andrés Pérez. Aunque la intentona fracasó, convirtió Chávez en un icono.

De no haber sido Hugo Chávez, no es difícil imaginar que quizás otros de sus compañeros de armas, como Francisco Arias Cárdenas, hubiera ocupado el rol histórico de “Comandante Supremo” de la Revolución Bolivariana.

En nuestro tiempo, Francisco Arias Cárdenas comenzaría siendo rival político de Chávez, para convertirse en militante del chavismo y gobernador de Zulia, el segundo estado más poblado de Venezuela.

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Otra alternativa es que, en vez de votar por militares implicados con un golpe de Estado, el viraje de Venezuela hacia el izquierdismo fuera más moderado, democrático y civilista.

Uno de los grandes críticos de Hugo Chávez desde la izquierda venezolana fue el político y periodista Teodoro Petkoff, un antiguo combatiente guerrillero marxista que cambió las armas por los votos después de romper con la URSS.

Petkoff, que llegó a encabezar la tercera fuerza política más importante de Venezuela, fue ministro de Planificación en los años 90, bajo el Gobierno de Rafael Caldera. De haber sido presidente, quizás el país sudamericano hubiera sido liderado por su versión de Lula o Pepe Mujica.

Sea quien fuera presidente de Venezuela, es probable que no hubiera tenido la capacidad de acción y convencimiento que tuvo Hugo Chávez en su momento, logrando disolver el Tribunal Supremo y aprobar una nueva Constitución casi al llegar a la presidencia.

Hay eventos internacionales que hubieran afectado al país sudamericano de maneras muy distintas. La llegaba al poder de Chávez no sólo generó un gran cambio para el país sudamericano, sino también para todo el continente, siendo parte de la llamada “marea rosa” que redefinió la política latinoamericana en los 2000.

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A pesar de los roces entre Chávez y George W. Bush, la nación sudamericana nunca dejó de venderle petróleo a su vecino del norte. Eso sí, otro líder aparte de Chávez quizás hubiera llevado de forma más cordial las relaciones entre Caracas y Washington.

El alza de los precios del petróleo en los 2000 a raíz de la invasión de Estados Unidos a Irak, generó la entrada de mucho dinero a Venezuela, ayudando a financiar la Revolución Bolivariana.

De haber otro Gobierno, es probable que los programas sociales masivos que hizo el chavismo se hubieran planteado de otra manera. Quizás con mayor transparencia y menor corrupción. Aunque, sea cual sea el Gobierno, la tentación de la corrupción puede superar barreras políticas e ideológicas.

Alguien diferente de Hugo Chávez, y su sucesor Maduro, asimismo hubieran afrontado la crisis mundial de 2008 y el colapso de los precios petroleros de otra manera.

La crisis económica que definió Venezuela a lo largo del 2010 quizás pudo haberse evitado con un cambio de Gobierno y adopción de medidas diferentes.

Esto, a su vez, hubiera evitado la migración masiva de millones de venezolanos, lo cual ha convertido un país que tradicionalmente fue receptor de inmigrantes en una de las grandes crisis humanitarias del siglo 21.

Al final, todo queda en especulación, un mero ejercicio mental. No obstante, el pueblo venezolano debe tener la última palabra sobre su propio destino.

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