Alexander Dvórnikov, el misterioso general que dirige la guerra de Ucrania

Fue nombrado jefe de la "operación militar especial" en Ucrania a mediados de abril, cuando resultó evidente que los errores estratégicos de Rusia sobre el terreno habían sido abundantes. Putin recurrió a uno de sus hombres más fieles, con fama de duro entre los duros y un cierto halo de misterio en su biografía.

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"Carnicero de Siria" es el apodo peyorativo que muchos medios occidentales utilizan para referirse a Alexander Dvórnikov (en la imagen -segundo por la izquierda- recibiendo la visita de Serguéi Shoigú, Ministro de Defensa, durante la campaña siria). Se la atribuye una extrema violencia en el empleo de sus técnicas militares sobre territorio sirio, donde Rusia apoyó a Bashar al-Assad en la guerra civil que comenzó en 2011.

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Se ha escrito mucho sobre los paralelismos militares entre las guerras de Siria y Ucrania pero hay uno que resume todo y que define, supuestamente, el carácter de Alexander Dvórkinov: en su concepto de la guerra, las víctimas civiles no son un elemento prescindible.

El secretario de prensa del Pentágono, John Kirby, al conocer el nombramiento de Alexander Dvórnikov como jefe militar de la invasión de Ucrania, recordó (según recogió The Washington Post) el "total desprecio" de este militar a evitar daños civiles.

Sin embargo, esa visión de villano no se corresponde con la estima que las autoridades rusas tienen a Dvórnikov, quien fue en 2016 nombrado "héroe de la Federación Rusa" por sus méritos militares.

Fue Putin quien, por decreto, le nombró general el 23 de junio de 2020.

Alexander Dvórnikov nació un 22 de agosto de 1961 en Ussuriisk (en la imagen), localidad en la región de Primorie, con línea de costa al mar de Japón. En Ussuriisk comenzó su carrera militar en 1978 y después viajó a Moscú para ingresar en la Escuela de Mandos.

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Desde el Pentágono, el portavoz Jake Sullivan, anticipó desde el principio que con Alexander Dvórnikov al mando lo previsible es que en las fuerzas rusas aplicasen una política de "tierra quemada", destruyendo todo lo que encontrasen a su paso.

Alexander Dvórnikov es un militar implacable, obediente con las consignas de Putin y, en realidad, poco dado al protagonismo. Su carrera ha sido, hasta que el mundo le conoció en Siria, anodina. Y, de hecho (y como puede apreciarse en esta galería), no abundan sus imágenes. Sus acciones en el campo de batalla, muy brutales, le definen.

Uno de los errores que se atribuyen a la estrategia militar rusa durante la primera fase de su invasión de Ucrania es la falta de un liderazgo sólido. Por eso generales y otros altos mandos han tenido que ir hasta primera línea y, según algunas fuentes, más de una veintena de militares de alta graduación han muerto en Ucrania. Dvórnikov vendría, en principio, a ejercer ese liderazgo.

Según la mayor parte de los análisis publicados, uno de los principales factores que han movido a Putin a colocar a Dvórnikov como jefe de la guerra ha sido su conocimiento del terreno: desde 2016 es jefe del Distrito Militar Sur, que incluye las áreas fronterizas con el Donbass.

Otra de las conclusiones a las que llegan los analistas es que Putin ha decidido que Ucrania será un conflicto largo. En declaraciones a la NBC, el militar estadounidense retirado James Stavridis opinaba que la elección de un "duro" como Dvórnikov significa que Putin apuesta por una guerra que durará "meses o, incluso, años".

Pero, más allá de sus antecedentes militares en la guerra de Siria, Alexander Dvórnikov es un misterio fuera de Rusia. De esta guerra saldrá convertido en héroe o villano, según a quien se pregunte.

La fidelidad a Putin se le supone a Alexander Dvórnikov, ya que es este un rasgo que el presidente ruso valora en extremo.

Coincidiendo con el nombramiento de Alexander Dvórnikov, las autoridades ucranianas aseguraron que Putin había realizado una purga de mandos militares, destituyendo a altos cargos por su ineficacia en Ucrania. En la imagen, Putin y su ministro de Defensa, Sergei Shoigu.

Así que Alexander Dvórnikov, a sus 60 años, tiene un gran peso sobre sus espaldas: ganar la guerra en Ucrania lo más rápidamente que se pueda y teniendo a la opinión pública mundial en contra. Si el conflicto continúa y se instala una sensación de parálisis en el Kremlin, Dvórnikov podría sufrir las consecuencias.

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