¿Qué se sabe de la nueva hepatitis infantil de origen desconocido?
La Organización Mundial de la Salud ha lanzando la voz de alerta: una hepatitis de origen desconocido que afecta a niñas y niños (e incluso adolescentes) se ha detectado en varios países.
Son, de momento, pocos casos los que la OMS ha reportado: unos 196 en todo el mundo. Pero la preocupación existe porque se trata de una hepatitis muy agresiva que ha llegado a hacer necesarios trasplantes de hígado.
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Los casos de esta hepatitis de origen desconocido afectan a niñas y niños (e incluso adolescentes) de entre un mes y 16 años.
El mayor número de casos se ha dado en Reino Unido pero también ha habido infecciones en España, Israel, Estados Unidos, Dinamarca e Irlanda, según datos de la OMS.
De momento, la OMS reporta un fallecimiento por este tipo de hepatitis pero sí que alerta sobre la gravedad de los casos que ha habido: en el 10% de esos casos ha sido necesario un trasplante de hígado.
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Eso sí, la OMS ha tenido ya que desmentir un bulo que comenzaba a circular: esta hepatitis no está provocada por la vacuna contra la Covid. Una razón de peso es que afecta a niñas y niños que, por su edad, no han sido vacunados.
La pregunta principal que han de responder los expertos es si estamos ante un nuevo tipo de adenovirus que crea una hepatitis totalmente nueva. Ni la OMS ni los científicos lo tienen claro.
Se ha creído detectar en muchos de los casos una variante del adenovirus denominada F4. Pero nunca este subtipo de adenovirus ha causado efectos tan graves. Con que los médicos se hallan confundidos.
Podría, por tanto, haber surgido un nuevo subtipo de adenovirus o, quizá, una reacción más potente ante un adenovirus ya existente. Una reacción que, según algunas teorías, podría ser más grave por el tiempo en que niños y adultos han estado aislados de patógenos por confinamientos y mascarillas.
Imagen: De http://phil.cdc.gov/PHIL_Images/08101998/00042/B82-0142_lores.jpg, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=814098
Según informaba la BBC, el servicio de salud británico sospecha sobre el adenovirus que ha causado esta hepatitis que "su impacto en los niños pequeños, que no entraron en contacto con ninguno de los virus normales durante el encierro cuando eran bebés, podría estar detrás del aumento actual".
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Pero algunos médicos de Israel (el tercer país del mundo en número de casos) sospechan que la Covid puede tener algo que ver con esta hepatitis agresiva. El pediatra Yael Mozer-Glassberg declaró a Hareetz: "El denominador común hallado en todos los casos es que todos habían contraído el coronavirus alrededor de tres meses y medio antes de que apareciera la infección".
Aunque, de momento, la conexión hepatitis-Covid es una tesis difícil de probar. Como indicio, no obstante, cabe recordar que se ha demostrado que el coronavirus deja secuelas en órganos más allá de los pulmones: sea el corazón o, de modo, muy evidente, en el cerebro (así es el efecto destructivo de la Covid en el cerebro).
Lo importante es prestar especial atención al niño o niña cuando veamos algún síntoma que puede conducir a diagnosticar hepatitis. Cuanto antes acuda al médico, mejor. ¿Y cuáles son esos síntomas?
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Un malestar general, vómitos, diarrea y, sobre todo, el característico color amarillo en la piel que avisa sobre un mal funcionamiento de nuestro hígado. La ictericia (ese color amarillo insano) se percibe, antes que en ningún sitio, en los ojos. Ante cualquiera de esos síntomas, ir al médico cuanto antes.
Desde Reino Unido, su sistema de salud ha reportado que este tipo de hepatitis concreto en niñas y niños se manifiesta con síntomas gastrointestinales muy agudos. Pero no en todos los casos. Por eso hay que prestar mucha atención al estado general de salud de los más pequeños.
Obviamente, el lavado de manos y la higiene extrema son herramientas para evitar el contagio. Poco más. La contaminación es del tipo "oral-fecal".
Es cierto que, hasta el momento en que redactamos este artículo, ha habido un fallecimiento. Pero lo habitual es que la hepatitis responda al tratamiento aunque, en algunos casos, haya que recurrir a algo tan radical como el trasplante hepático.
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De momento, los casos se reparten por el mundo de un modo que no guarda conexión. La OMS admite que, tal vez, simplemente se trate de la hepatitis de siempre agudizada y que la vigilancia extrema en los servicios sanitarios haya hecho emerger el dato y provocar la alerta. Sea como sea, hay que prestar atención a este fenómeno y ver si va a más.