Este es el problema que podría suponer la 'muerte' del Open de Australia

El Open de Australia, famoso por su ambiente eléctrico y aficionados entusiastas, será objeto de análisis en profundidad en relación con el comportamiento de su público que acudió al Melbourne Park en 2025.

Los últimos incidentes de abucheos y comportamientos inapropiados han oscurecido el excelente funcionamiento del tenis en el torneo, aumentando considerablemente la presión sobre la Federación Australiana y su intervención en el asunto.

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Si bien la pasión del público del Abierto de Australia le valió el apodo de 'Happy Slam' a la competición, tanto los jugadores como los comentaristas temen que esta característica esté virando a un comportamiento irrespetuoso.

En el torneo de 2025 se han vividos momentos polémicos en los que se han visto involucrados los aficionados de las gradas. La estadounidense Danielle Collins fue abucheada y ridiculizada durante su encuentro frente a la australiana Destanee Aiava, partido que concluyó con la victoria tensa de la americana por 7-6 (4), 4-6, 6-2.

Durante todo el partido, Collins interactuó intensamente con el público, lanzándole besos sarcásticos e, incluso, dirigiéndose a un grupo de aficionados y diciéndoles "callaos", debido al exceso de ruido. A pesar de los intercambios con el público, Collins mantuvo la compostura cuando se hizo con la victoria.

"Me encanta jugar ante un público lleno de energía, a excepción de los que abucheaban", afirmaba Collins tras la victoria, según recogía The Guardian. "Este ambiente me motiva mucho, es algo realmente positivo, sobre todo en los momentos en los que no estoy jugando al cien por cien".

Incluso Novak Djokovic, que ha descrito Melbourne como su "segunda casa", se quedó muy sorprendido por el alboroto generado por el público, sobre todo durante el partido de Collins.

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"He oído algunos comentarios que decían que ella (Collins) no debería haber dicho esto o aquello", explicaba Djokovic, según citaba Sporting News. "Creo que lo ha gestionado muy bien. No creo que yo hubiese sido tan educado".

Pero también Djokovic tuvo que enfrentarse a esta situación: durante su trayectoria en el Open de Australia de este año, el tenista fue abucheado cuando, por desgracia, tuvo que retirarse en la semifinal contra Alexander Zverev.

Y mientras estrellas de alto nivel como Djokovic y Collins consiguen gestionar este nivel de presión, para los jugadores de niveles inferiores o menos experimentados en públicos vociferantes, este ambiente hostil podría marcar la diferencia entre una victoria o una derrota.

Sin embargo, el director del torneo, Craig Tiley, no cree que el público, que este año ha alcanzado cifras de récord, sea un problema. Tiley ha defendido a los aficionados del Open, subrayando que su energía convierte la competición en un torneo especial.

"En realidad no ha sido diferente respecto a los años anteriores, a pesar de que hemos tenido un público más numeroso entrando por nuestras puertas", ha afirmado Tiley, según The Guardian. "El público australiano, creo que está entre los más educados del mundo, y entre los que más se divierten en los partidos, y eso es lo que hemos visto".

La notable afluencia de público ha generado más consumiciones en los bares, contribuyendo a un aumento de las bebidas y, en consecuencia, un mayor número de casos de personas alcoholizadas. Novak Djokovic y Danielle Collins han subrayado esta circunstancia como una de las causas principales del comportamiento turbulento del público australiano.

Solo queda ver cuánto es de probable que los organizadores del evento hagan una intervención importante, tomando ejemplo de otros eventos deportivos en el resto del mundo, ya que hay algunas medidas que ya se implementan que podrían ser impuestas en el Open de Australia.

En primer lugar, podrían publicar un mensaje en las pantallas antes de los partidos para informar a los aficionados de la importancia de mantener el respeto hacia todos los jugadores.

Por otro lado, los árbitros y el personal de seguridad podrían ser más proactivos a la hora de gestionar a los espectadores indisciplinados, expulsando incluso a los infractores reincidentes.

Aunque seguramente no sea una medida popular entre los australianos, limitar la venta de las bebidas alcohólicas durante las sesiones nocturnas podría ayudar a reducir los comportamientos indeseados relacionados con los excesos.

Mantener el entusiasmo y un elevado nivel de competitividad puede ser una tarea difícil. Sin embargo, por ahora, el Abierto de Australia se arriesga a perder su reputación de 'Happy Slam' entre los tenistas si la situación no mejora.

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