"Cuando sufres una conmoción cerebral, una parte de tu cerebro mueres y nunca la recuperas. ¿Te imaginas eso? En 10 años he tenido demasiado daños cerebrales".

Esta reflexión ha sido compartida por Heather Hardy en su cuenta de Instagram, para anunciar que no disputará su próxima pelea y que, obviamente, está barajando dejar el boxeo profesional.

Heather Hardy, nacida en enero de 1982, lleva boxeando de forma profesional desde 2012 y ha sido campeona mundial de peso pluma, un título que ha implicado recibir muchísimos golpes.

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Llegados a este punto, la púgil baraja las consecuencias de seguir peleando y las cuentas no le salen, por lo que la opción de una retirada es cada vez más plausible.

Y es que, como ella misma confirma en Instagram, si sufre alguna conmoción cerebral más, "no podré ver, ni correr, ni trotar, ni saltar la cuerda, ni recibir golpes en la cabeza...".

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Por tal motivo, Heather Hardy ha suspendido la pelea contra Christine Ferea, campeona de peso mosca de Bare Knuckle FC (boxeo sin guantes), en lo que iba a ser su debut en esta modalidad.

Foto: Instagram - @heathertheheat

El motivo de tomar esta decisión también está relacionado con su última pelea, celebrada en agosto de 2023, en la que Amanda Serrano le propinó la tercera derrota de su carrera, por 24 victorias. Curioso que Amanda Serrano ha sido la responsable de dos de las tres derrotas de Heather Hardy. Su auténtico némesis.

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"Tras mi pelea con Amanda, tuve la visión borrosa unos días. Fui a hacerme una resonancia magnética, me revisaron la vista y me diagnosticaron secuelas de una conmoción cerebral", comenta en Instagram.

No es para menos, cuando la propia Amanda Serrano, en otra pelea celebrada en 2019, llegó a propinar 278 golpes a Heather Hardy. Tiene que pasar factura y, en ocasiones, fractura.

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De hecho, allá por 2020, también en redes sociales, Heather Hardy afirmaba haber tenido "más de 60 puntos en mi cara y numerosas conmociones cerebrales".

Pero el sufrimiento no sólo viene por los golpes. "He pasado noches en las que casi me desmayo en la sauna, tratando de alcanzar el peso", añadía en sus confesiones.

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Ante tal tesitura, elegir entre su cerebro y el boxeo, Heather Hardy lo tiene claro. "Después de ver a un médico, me dijo que había tenido demasiadas conmociones", así que la elección parece sencilla.

Y es que, según ha confesado la boxeadora, todo lo que ha hecho y ha peleado ha sido por su hija, no parece razonable arriesgarse a que se quede sin madre. Entre salud y familia y boxeo, la elección de Heather Hardy parece tomada.

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