La pelea que hizo saltar por los aires los cimientos de Tesla
No es poca la gente que considera a Elon Musk como fundador de Tesla. La realidad, las fechas y los datos confirman que no es así.
Fueron Martin Eberhard y Marc Tarpenning quienes fundaron la compañía en julio de 2003. No sería hasta 2004 cuando Elon Musk entraría en la compañía como inversor, tras aportar 7,5 millones de dólares que le elevaron a presidente del Consejo de Administración.
De hecho, en la propia web de Tesla, es presentado como cofundador de la compañía. "Elon Musk co-founded and leads Tesla, SpaceX, Neuralink and The Boring Company". Aún así, Martin Eberhard se mantendría como CEO de Tesla hasta 2007, lo que le dio tiempo a supervisar el desarrollo del primer y legendario coche de la compañía: Tesla Roadster.
El propio Martin Eberhard, en una entrevista a 'Business Insider' ha confesado las desavenencias que tuvo con Elon Musk y el motivo por el que no le habla desde 2009.
Todo comienza en 2007 cuando el consejo de administración de Tesla despide a Martin Eberhard, acusándole de acumular retrasos con el Tesla Roadster y disparar el presupuesto de la compañía. Elon Musk le sucedió como CEO de la compañía.
Martin Eberhard confiesa que los desencuentros con Elon Musk fueron constantes desde su llegada a Tesla, pero éstas alcanzaron su punto álgido en 2009, cuando Martin Eberhard demandó a Elon Musk por calumnias y difamación. Finalmente, no se celebró el juicio y ambas partes llegaron a un acuerdo del que no trascendieron los detalles económicos y en el que, obviamente, se firmó un acuerdo de confidencialidad que se ha mantenido durante años.
En el acuerdo firmado por ambas partes, Martin Eberhard se comprometía a reconocer a Elon Musk, junto a JB Straubel e Ian Wright, como cofundadores de Tesla. Esa fue la última vez que hablaron. A pesar de todo, parece que ninguno olvida al otro. Tal es así, que Elon Musk llegó a calificar a Martin Eberhard de ser "la peor persona con la que he trabajado", en una entrevista para el podcast 'Third Row Tesla' ya en 2020.
Por su parte, Martin Eberhard reconoce a 'Business Insider' que tiene "a Elon Musk bloqueado en mi feed de noticias. No necesito leer nada más sobre él. Me provoca indigestión. El problema es que cuando hace alguna afirmación descabellada en Twitter, un montón de periodistas quieren hablar conmigo. Así es como me entero".
Eso sí, reconoce que ahora ve a Elon Musk más involucrado en sus empresas que antaño. "No se implicaba más que cualquier otro miembro del consejo. No tenía despacho. No acudía con regularidad. No daba instrucciones a mis empleados. Era un miembro del consejo", apunta al citado medio.
Obviamente, esta afirmación le sirve a Martin Eberhard para refrendar que "la idea de Elon Musk sentado trabajando en el coche (Tesla Roadster) es, simplemente, falsa. No estaba allí", recuerda. Pero Martin Eberhard tiene claro que las fricciones entre ambos comenzaron cuando Tesla empezó a recibir atención mediática.
"Su comportamiento cambió drásticamente cuando empezamos a tener prensa sobre Tesla. Se enfadaba si se escribía algo sobre Tesla y no aparecía su nombre en lugar destacado. Ahí me di cuenta que había un exceso de ego que no supe reconocer antes", apunta a 'Business Insider'.
Es más, a Martin Eberhard le apodaban 'Mr. Tesla', por lo que cuando Elon Musk no aparecía en un artículo sobre la compañía, "me llamaba y me gritaba".
Tras salir de Tesla, Martin Eberhard pasó por Volkswagen, Lucid o SF Motors, incluso lanzó dos empresas de baterías para vehículos eléctricos como 'Inevit' y 'Tiveni'.
Además de afirmar tener en su poder el segundo Roadster fabricado en 2008, con la matrícula 'Mr. Tesla', reconoce que aún tiene acciones de Tesla aunque no confirma cuántas.
Por otro lado, confirma que mantiene contacto habitual con Marc Tarpenning, el otro fundador de la compañía, con quien queda para tomar café todos los miércoles desde 1998. "Fue en ese café donde soñamos con Nuvomedia, el rocket eBook y también donde soñamos con Tesla", señala a 'Business Insider'.
A día de hoy, Martin Eberhard se define como "empresario retirado" y reconoce que "no hay mucho que pueda hacer" por cambiar lo que pasó o cómo han ido las cosas. "Simplemente lo acepto".