Unos 80.000 japoneses desaparecen como si nada cada año: el misterio de los 'Johatsu'
En la sociedad japonesa se ha creado y desarrollado un curioso fenómeno: cada año, miles de hombres y mujeres desaparecen de un día para otro sin dejar rastro. Y no, el motivo no es un secuestro.
Ni siquiera se trata de la sinopsis de una nueva serie de Netflix, se trata de una realidad que es un tabú en Japón. Las personas desaparecen de repente por su propia y espontánea voluntad, a menudo planificándolo con tiempo.
De un día para otro, estos japoneses cortan el contacto con su familia, sus amigos y su trabajo para comenzar una nueva vida desde cero. El fenómeno está tan extendido que ahora existe un término japonés para describir a estos individuos que desaparecen: los "Johatsu" (literalmente, los "evaporados").
Según la policía japonesa, cada año desaparecen voluntariamente entre 80.000 y 90.000 japoneses. Una cantidad equivalente a prácticamente pueblos enteros.
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Sin embargo, según las asociaciones que trabajan sobre esta materia, el número anual de personas que 'desaparecen' es mucho más alto, llegando a casi 200.000 personas cada año. Esta cifra no registrada se explica porque la mayor parte de las familias no denuncia la desaparición de sus familiares a las autoridades.
El fenómeno de los Johatsu es un tema tan tabú en el país del sol naciente que las familias japonesas prefieren mantener en secreto la desaparición de sus seres queridos, tal y como señala la periodista Léna Mauger en su libro "Les Evaporés du Japon".
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La sociedad japonesa le da una gran importancia al honor de la familia y a la obediencia de las normas sociales. Las desapariciones van en contra de estos valores y, por lo tanto, son consideradas una vergüenza para las familias de los johatsu. De hecho, es la vergüenza lo que impulsa a estas personas a huir de su propia vida.
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No existe un perfil característico de los johatsu, pero todos han preferido huir antes que enfrentarse a algo incómodo en sus vidas. No poder pagar las deudas es uno de los motivos principales de las desapariciones voluntarias en Japón, pero hay muchos otros.
Tener un amante, ser despedido o incluso suspender un examen son algunos de los otros motivos de las desapariciones. En algunas familias japonesas es preferible desaparecer que pedirle el divorcio a tu pareja.
Uno de los ejemplos del libro de Léna Mauger es la historia de un hombre que se fue porque no podía pagar las facturas de su madre enferma. "Le daba tanta vergüenza no poder pagar las facturas que prefirió abandonar a su madre enferma antes que quedarse con ella", contó la autora al medio 'Europe 1'.
Si bien el término "Johatsu" apareció por primera vez en Japón en los años 60, este extraño fenómeno existe desde hace siglos. Sin embargo, experimentó un gran crecimiento en los 90, cuando el país atravesaba una dura crisis económica. En aquel momento, muchos japoneses estaban en bancarrota y no vieron otra salida que desaparecer o quitarse la vida.
Tal y como explicó Léna Mauger a la cadena de radio 'Europe 1', es "más fácil" desaparecer en Japón que en nuestras sociedades occidentales, ya que "la documentación está menos centralizada que en Europa". No hay un intercambio de información entre distritos, por lo tanto, las personas desaparecidas pueden iniciar una nueva vida sin necesidad de cambiar ni siquiera de identidad.
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En efecto, no es difícil desaparecer en Japón. Hay además manuales que te dan consejos sobre cómo desaparecer e iniciar una nueva vida. También existen empresas especializadas que ayudan a los japoneses a desaparecer legalmente, conocidas como "yonuge-ya" ("mudanzas nocturnas").
Una de las particularidades de Japón es que la policía no busca a las personas desaparecidas. Cuando una persona importante parece haberse ido voluntariamente y no hay riesgo de que se trate de un crimen o de un accidente, la policía simplemente decide no indagar en el tema.
Algunas familias recurren a detectives privados para encontrar a sus familiares. Pero esos servicios son caros: según el medio 'France 24', el precio puede alcanzar unos "500 euros al día". Algunas asociaciones locales ofrecen sus servicios gratuitamente para intentar encontrar a los johatsu.
Pero la tarea es complicada. Por culpa de la ley japonesa de protección de datos, que garantiza la privacidad, es prácticamente imposible obtener información sobre alguien sin su consentimiento.
Algunos johatsu pueden reaparecer meses, o incluso, años después cuando sienten la necesidad de reconectar con sus seres queridos. Sin embargo, no es lo habitual, la mayoría de los johatsu construyen una nueva vida, a veces con un nombre nuevo, nuevas relaciones y un nuevo trabajo, dejando atrás su pasado para siempre.
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