Se ofrece búnker con piscina donde pasar el fin del mundo
Si el mundo de acaba, hay alguna opción de sobrevivir bajo tierra en un búnker muy especial. Se sitúa en Estados Unidos y tiene piscina comunitaria y otras comodidades.
A mediados del siglo XX, en plena Guerra Fría, tener un búnker nuclear en el patio trasero de la casa (o aspirar a ello) era casi tan habitual como tener un garaje. La tensión entre Estados Unidos y Rusia era permanente. Luego las cosas se suavizaron y parecía que la guerra nuclear era cosa del pasado. Pero llegó el conflicto de Ucrania y el búnker regresó como objeto de deseo.
La realidad es que los avisos del fin del mundo se han multiplicado y, obviamente, hay quienes han sabido sacar un notable rédito económico de ello. Es el caso de Larry Hill, quien ha convertido un silo nuclear de la Guerra Fría situado en algún lugar indeterminado Kansas, en una opción de salvación de lujos de unos cuantos privilegiados millonarios.
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'Survival Condo' es la empresa que ha convertido un lúgubre espacio vertical en un complejo bunkerizado de 15 plantas subterráneas, con apartamentos privados de lujo para protección y supervivencia de 75 personas. Obviamente, formar parte de este reducido grupo tiene un (elevado) coste.
El complejo cuenta con todo lo necesario para proteger y sustentar a sus habitantes durante al menos cinco años, en caso de apocalipsis nuclear. Eso sí, los integrantes de esta curiosa comunidad deben elegir entre los tres tipos de viviendas disponibles.
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Los apartamentos más económicos tienen 84 metros cuadrados, capacidad para 3 a 5 personas, con una o dos habitaciones, además de baño, salón y cocina y su precio es de 1,5 millones de dólares.
A 3 millones de dólares se van las viviendas de 170 metros cuadrados, con capacidad de 6 a 10 personas y 3 dormitorios, dos baños, comedor, salón y cocina.
La opción premium costaría 4,5 millones de dólares y cuenta con 335 metros cuadrados y un espacio personalizable a gusto del comprador. Hasta el fin del mundo tiene opciones premium.
Esta comunidad subterránea cuenta con seguridad privada, es autosuficiente y dispone de sistemas de filtrado de agua y de aire, además de sistemas de cultivo hidropónico y piscifactoría privada.
Uno de los retos de vivir bajo tierra en caso de crisis nuclear, implicaría el factor psicológico de no saber cuánto tiempo deberían pasar las familias encerradas en estos apartamentos bajo tierra, según recogía 'The Guardian', haciéndose eco de un informe de los años 60 de la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
Para mitigar el impacto de una situación extrema como ésta, 'Survival Condo' dispone de zonas comunes que replican la vida cotidiana en la superficie, con espacios como cine, biblioteca, piscina, gimnasio, un centro sanitario con quirófano y pantallas que simulan ser ventanas con vistas a una pradera o dibujos de una playa.
Resulta curioso ver cómo lo que en su momento fue un almacén de misiles balísticos Atlas F con cabezas nucleares, se haya transformado, 70 años más tarde, en un complejo de supervivencia contra un ataque nuclear y con toques de capítulo de 'Black Mirror'. El futuro distópico empieza a ser no tan futuro.
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