Se filtra una información que revela un posible colapso de las aerolíneas rusas

A finales de este mes de noviembre de 2023, la Dirección Principal de Inteligencia publicó un documento filtrado de la Agencia Federal de Transportes de Rusia, 'Rosaviatsiya', en el que se revelaba que la industria aérea del país no estaba atravesando un buen momento e, incluso, podría colapsar.

Según The Kyiv Post, la Dirección Principal de Inteligencia publicó los documentos obtenidos en su cuenta de Twitter y en su canal de Telegram. Gracias al medio ucraniano se cuenta con los detalles sobre los problemas más preocupantes de las aerolíneas rusas descubiertos por la agencia de inteligencia del país.

"Había 150 informes de averías técnicas en los aviones durante los 9 primeros meses de 2023, en comparación con los menos de 50 que se produjeron en el mismo período en 2022", señalaba The Kyiv Post.

Los principales problemas que sufrieron las compañías aéreas rusas estaban relacionados con "los sistemas hidráulicos, los flaps y los software de los aviones". Además, la información publicada indicaba que las aerolíneas rusas habían empezado a utilizar piezas para la reparación "no certificadas" en sus aviones con la ayuda de aliados como Irán.

Se estima que 820 aviones de civiles construidos en el extranjero habrían sufrido reparaciones no certificadas con piezas de repuesto falsas y la información obtenida también mostraba que el 35 % de la flota rusa construida en el extranjero podría tener que ser desmontada en 2035 para mantener a los aviones en el aire.

"Solo en enero de 2023, 19 de los 220 aviones Airbus sufrieron fallos técnicos; ocurrió lo mismo en 33 de los 230 aviones Boeing y en 3 de los 21 aviones de la flota Brazilian Embraer", añadía The Kyiv Post.

La noticia de que la flota de las aerolíneas rusas podría estar usando piezas y reparaciones no certificadas contradice la información publicada por The New York Times en la que se sugería que se estaba produciendo el envío constante de piezas sancionadas de aviones a Rusia.

The New York Times reveló en un rompedor informe que decenas de millones de dólares en piezas de aviones habían sido enviadas a aerolíneas rusas sancionadas, entre las que se encontraban: Ural Airlines, Aeroflot, Rossiya Airlines, S7 Airlines, Utair Aviation y Pobeda Airlines.

La mayoría del equipamiento se envió a través de supuestas "redes ilegales" diseñadas para ayudar a que los transportistas rusos pudieran evitar las sanciones, moviendo la mercancía a través de "testaferros" que, según The New York Times, estarían localizados en Asia y Oriente Medio.

"Por ejemplo, docenas de envíos de cables de cobre, tornillos, y otras piezas marcadas como elaboradas en Estados Unidos por Boeing consiguieron llegar a los almacenes de Aeroflot el año pasado", escribía Ana Swanson y Niraj Chokshi de The New York Times.

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"Pasan por empresas de comercio turbias, zonas libres de comercio y parques industriales en los Emiratos Árabes Unidos y China, y después viajan hasta Rusia, para ayudar con las reparaciones de la flota ya dilapidada de Aeroflot", explicaban Swanson y Chokshi.

Los datos analizados por Swanson y Chokshi mostraban que hasta 5.000 envíos de piezas se habían realizado a lo largo de 8 meses en 2022, piezas que iban desde tornillos hasta motores de aviones completos, cuyo precio llega a los 290.000 dólares.

Durante esos 8 meses, se enviaron un total de 14,4 millones de dólares en piezas sancionadas a Rusia, siendo 8,9 millones de dólares en piezas catalogadas como mercancía de Boeing que fueron vendidas a las aerolíneas rusas a través de terceros como los empresarios Oleg Patsulya y Vasili Besedin.

Patsulya y Besedin fueron arrestados en Arizona el 16 de mayo de 2023 por su participación en la provisión de piezas sancionadas para aeronaves a Rusia. The New York Times se hizo eco de los detalles detrás de la operación clandestina, en la que las piezas eran movidas por empresas en Florida, Turquía y Rusia.

Sin embargo, los millones de bienes sancionados que las aerolíneas rusas estaban comprando podrían no ser suficientes, algo que la información obtenida por la Dirección Principal de Inteligencia ucraniana podría confirmar de ser cierta la información.

En mayo de 2023, el medio de noticias ruso, Proekt, informó de que había habido ciertas informaciones sobre la paralización de las operaciones de vuelo de varias aerolíneas rusas, al igual que noticias sobre que Aeroflot había pedido a sus empleados que pararan de informar sobre los fallos de sus aviones, según la traducción del reportaje de Proekt, realizada por The Insider.

"Cuando los problemas de vuelo y de la falta de piezas comenzaron, se dio una orden imperativa", explicaba una de las azafatas jefe de Aeroflot, según la traducción de The Insider.

"Se produjo un envío masivo de correos a las azafatas jefe, dándoles instrucciones de no registrar ninguna avería que se pudiera producir durante el vuelo en el Parte de la Cabina de Pasajeros", explicaba la azafata, añadiendo que solo tenían orden de avisar verbalmente del problema y su localización.

Como resultado, la azafata de vuelo jefe señaló que muchos vuelos de la compañía Aeroflot tenían permitido despegar con averías en los casos en los que no hubiera piezas de repuesto disponibles, incluso si las averías eran importantes. Todo con el propósito de no dejar aviones en tierra.

Cuando Vladímir Putin ordenó la invasión de Ucrania, puso en marcha una serie de acciones que eventualmente llevaron a los países de Occidente a imponer algunas de las sanciones más duras del mundo contra Rusia, siendo una de las industrias más afectadas, la de los operadores aéreos.

Las compañías aéreas de leasing pronto finalizaron sus contratos con los operadores rusos, según el informe de Business Insider de aquel momento, lo que suponía unos 12 mil millones de dólares en piezas de aeronaves en todo el mundo. Aunque se trataba de una cifra que no se podía comparar con las sanciones aplicadas.

“Las sanciones de 2022 han sido mucho más difíciles de digerir”, escribía Anastasia Dagaeva del Fondo Carnegie para la Paz Internacional, antes de dar más detalles sobre lo que las aerolíneas rusas habían perdido exactamente cuando Occidente empezó a sancionar a Rusia por la guerra.

Las aerolíneas rusas perdieron inmediatamente el contacto con el mercado global, al igual que los contratos de leasing, además del apoyo técnico para los aviones fabricados en el extranjero, sufrieron la cancelación de las colaboraciones internacionales, y la pérdida de software y servicios.

Dagaeva también señaló que inmediatamente después de que empezara la guerra, hubo sanciones que se centraron específicamente en el aprovisionamiento de "aviones para civiles y repuestos", aunque los datos de las aduanas mostraban cómo las piezas sancionadas seguían llegando a Rusia, según reveló The New York Times.

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