Saqueadas por los nazis y nunca devueltas: estas son las obras retiradas de un museo suizo
El de las obras de arte y de las colecciones artísticas es un mundo fascinante. Sin embargo, esconde un entramado de historias, a veces muy misteriosas, especialmente si se piensa en la procedencia de este patrimonio que, muy a menudo, procede de expoliaciones.
El Kunsthaus Zurich, uno de los museos más grandes e importantes de la ciudad suiza, removió recientemente de su exposición permanente cinco pinturas. La decisión se tomó por las sospechas de que esas obras de arte fueron sustraídas a su dueño judío por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
El museo anunció que va a abrir una investigación sobre la procedencia de estas obras y sobre cómo accedió a ellas el coleccionista que las cedió al museo. De hecho, forman parte de la colección Emil Bührle, un fabricante de armas nacido en Alemania y que se enriqueció durante la Segunda Guerra Mundial vendiendo equipamiento a los nazis.
Anteriormente, el dueño de estas obras fue Max Silberman, un industrial judío alemán que tuvo que vender su colección de arte en subastas forzadas por los nazis, tal y como recuerda la BBC. Es posible que haya sido asesinado en el campo de exterminio de Auschwitz.
Bührle empezó a comprar las primeras obras en los años 20, aunque fue al final de los años 30 que empezó a enriquecer su colección, en un periodo en el que las persecuciones raciales y las expropiaciones por parte de las autoridades nazis tuvieron su impacto en el mercado del arte, según el periódico italiano Il Post.
En total, el empresario alemán adquirió 600 obras. De estas, muchas fueron devueltas a sus propietarios después de que los tribunales decretaran su procedencia. 200 de las pinturas en su posesión fueron cedidas al Kunsthaus Zurich.
Las pinturas que se removieron del museo suizo son de célebres nombres del pasado. Destaca El jardín del artista en Giverny, un óleo sobre lienzo de Claude Monet, realizada en 1900.
Imagen: Wikimedia Commons
El retrato de Georges-Henri Manuel realizado por Henri de Toulouse-Lautrec en 1891, con la técnica aguada sobre cartón.
Imagen: Captura de pantalla de la colección Emil Bührle
También se removió La Route montante, de Paul Gauguin, un óleo sobre tela de 1884.
Imagen: Wikimedia Commons
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Se suma La Vieja Torre, de Vincent Van Gogh, fechada en 1884, también un óleo sobre lienzo, sobre madera.
Imagen: Captura de pantalla de la colección Emil Bührle
La última pintura en dejar de exponerse al público, al menos por ahora, es el Retrato del escultor Louis-Joseph Leboeuf, de Claude Courbet, del 1863.
Imagen: Wikimedia Commons
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Con la decisión de retirar las obras, el museo trata en parte de restaurar su reputación tras las polémicas que surgieron cuando decidió incluir estas obras en la colección permanente. Al menos 30 historiadores denunciaron públicamente la exposición de la colección de Bührle en el Kunsthaus Zurich.
Además, el pasado diciembre la artista suiza Miriam Cahn pidió al museo que retirara sus 31 obras que vendió a la institución pública en los años 80, después de que decidiera exponer las pinturas de la colección de Bührle.
La decisión de retirar las obras no fue baladí. Como recuerda la BBC se ha producido después de la publicación de nuevas directrices que tienen como objetivo abordar las obras de arte que fueron robadas, pero que no han sido devueltas a las familias. El anuncio ocurrió en ocasión del 25 aniversario de la Declaración de Washington de 1998, en la que se establecieron regulaciones internacionales para localizar el arte saqueado y restituirlo a sus propietarios o herederos.
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Más de 20 estados, entre estos Suiza, buscan seguir estas nuevas pautas para poder restituir el patrimonio a sus verdaderos dueños.
Stuart Eizenstat, el asesor especial del secretario de estado de EEUU sobre cuestiones del Holocausto, una figura clave en las campañas para devolver las obras saqueadas, estimó que de las 600.000 obras que fueron robadas, al menos 100.000 siguen desaparecidas o no han sido devueltas.