"¡Salvadnos!": el grito desesperado de Shanghái bajo el confinamiento
Aunque la mayoría de los países están relajando las restricciones y aceptando que simplemente debemos aprender a convivir con el coronavirus, China mantiene una estricta política "Cero Covid" que se traduce en confinamientos férreos como el que se está llevando a cabo en Shanghái. La población se halla al límite y han llegado a circular vídeos donde se escuchan gritos de auxilio de gente encerrada en sus hogares.
Tres semanas de severo confinamiento han provocado tensiones en una urbe de más de 26 millones de habitantes donde el gobierno obliga a encerrarse para frenar la pandemia. Los testimonios de primera mano recogidos por algunos medios resultan estremecedores.
CBC News Canada ha hablado con algunos canadienses atrapados en Shanghái. Entre los testimonios está el de Racelle Luo, una madre de 35 años que se encuentra confinada en su hogar junto con su esposo y sus tres hijos.
La familia de cinco integrantes lleva confinada desde el 10 de marzo en su casa de Shanghái, en un bloque de viviendas, y solo puede salir para sacar la basura y recoger las entregas periódicas de comestibles.
Uno de los mayores desafíos que amenaza a esta familia es su salud mental. Racelle le dijo a CBC News: "Empiezo a sentir una carga muy pesada, como si estuviera a punto de colapsar".
Racelle continuó: "Es realmente difícil no dejar que (tus hijos) salgan y corran. Y, entonces, comienzas a preocuparte por la salud mental de tus hijos".
En algunos distritos de Shanghái las medidas se están suavizando un poco pero son dos años de confinamientos y eso está provocando un gran estrés a la población.
Racelle Luo aseguraba a CBC News : "El objetivo 'cero Covid' es inalcanzable, es una quimera e incluso .si llegara a darse ese 'cero Covid' , la enfermedad regresaría en algún momento".
Si bien la salud mental es, sin duda, un factor esencial, la escasez de alimentos resulta otro problema apremiante. Cuando los cierres comenzaron en Shanghái por fases a fines de marzo, antes de extenderse a toda la ciudad en abril, los residentes tuvieron muy poco tiempo para aprovisionarse.
Según The Washington Post, la escasez de alimentos resulta evidente en toda la ciudad. Como resultado de las restricciones, existen problemas en la cadena de suministro y los comités vecinales responsables de atender las necesidades básicas de los residentes se hallan bajo una presión considerable.
El gobierno chino afirma que las cajas de alimentos como la que se ven en la imagen se entregan a los residentes encerrados de forma gratuita. Y es verdad. El problema, según el testimonio de algunos residentes de Shanghái, es lo que hay dentro de esas cajas.
A pesar de las imágenes gubernamentales (como esta que las autoridades difunden de una ración de comida), las familias con las que CBC News y otros medios de comunicación se han puesto en contacto aseguran que lo que hay dentro de las cajas que se reparten en los hogares de Shanghái es, a veces, bastante lamentable.
Según CBC News, hubo una familia de cinco personas que recibió una ración mísera de dos cebollas, un calabacín, una zanahoria y un poco de raíz de jengibre. Para toda una semana. También se habrían dado casos de comida en mal estado.
Es posible comprar a través de Internet o aplicaciones, pero también en esas tiendas a menudo se agotan de muchos productos esenciales. Ruth Chua, originaria de Toronto, vive en Shanghái con su esposo y sus dos hijos adolescentes. Chua resumió a CBC News : "Es muy difícil conseguir comida". Y puso un ejemplo.
“La primera vez que lo hicimos (compras on line) logramos poner unas 20 cosas en nuestro carrito. Terminamos consiguiendo tres cosas: zanahorias, cilantro y una jarra de agua” relató Ruth Chua. .
Muchos residentes han recurrido al trueque como resultado de esta escasez. The Washington Post habló con una gerente de 28 años de una empresa de tecnología llamada Ashley Chi. Aseguró que, por solidaridad, se dejan suministros adicionales en áreas comunes para otros residentes. Y que, en algunos casos, hay trueque entre quienes tienen unos productos y quienes poseen otros que les sobran.
Ashley Chi le dijo al Washington Post que "cambió recientemente una taza de salsa de soja por cinco litros de agua embotellada". Y añadió: “Al principio, quería pagarme, pero ¿quién necesita dinero ahora? ¡Necesito agua!"
Y si estar encerrado y enfrentar la escasez de alimentos no fuera suficiente, la idea de ser enviado forzosamente a un centro de Covid es aterradora para muchos residentes de la ciudad. He aquí el ejemplo: en la imagen, un hombre que dio positivo es dirigido a un autobús que lo llevará a un centro Covid donde quedará aislado.
Según las reglas del gobierno chino, cualquier persona que haya dado positivo por coronavirus desde principios de marzo y sus contactos cercanos son enviados a un centro Covid u hospital de cuarentena masiva, según la gravedad de los síntomas.
Estos centros son hospitales de campaña temporales que se han construido rápidamente y resultan hostiles. Tienen algo de distópico: camas y más camas una detrás de otra sin intimidad y con una iluminación casi permanente.
Estos centros entre hospitalarios y confinatorios carecen, en muchos casos, de servicios esenciales como áreas privadas para dormir o bañarse y, a menudo, ni siquiera tienen médicos o enfermeras en el lugar. Es comprensible que los residentes de Shanghái teman ir a estos centros más que a contraer el virus.
Los ciudadanos de Shanghái están frustrados. Si bien en algunas áreas se han levantado parcialmente las restricciones y se permite a los residentes salir, muchas otras están entrando en su tercera semana o más de cierre estricto y se masca la desesperación. Y la población ha comenzado a mostrar su descontento a las autoridades.
The Washington Post informó que cuando el jefe del Partido Comunista de Shanghái, Li Qiang (en la foto), visitó la ciudad recientemente, una mujer mayor se enfrentó a él con quejas en un vídeo que circuló entre la población sorprendiendo a muchos, ya que cuestionar públicamente a las autoridades no es algo habitual en China.
En dicho vídeo se escuchaba de fondo a los vecinos gritar desde las ventanas: “¡Salvadnos! No tenemos suficiente para comer".
El malestar social es evidente en Shanghái, donde, además, está la perspectiva de que, si se continúa con la política 'Covid cero', aunque en mayo (como se prevé9 cese este confinamiento, en un futuro pueda haber nuevos cierres de la ciudad.