Pesadilla en el Báltico para Putin
El mar Báltico está ahora rodeado por miembros de la OTAN tras la reciente entrada de Finlandia y Suecia en la organización militar. Y esta cuestión, cómo no, se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para el presidente ruso Vladímir Putin ya que, a todas luces, esto supone una amenaza geopolítica para su nación.
La invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022 por fin supuso el último empujón para que dos naciones europeas que llevaban tiempo esperando se unieran a la OTAN. Finlandia y Suecia eligieron unirse a la alianza, pero sus trayectorias hasta ser admitidas como estados miembros tomaron caminos diferentes.
Finlandia fue admitida como miembro de la OTAN en abril de 2023, pero la membresía de Suecia fue retenida por Turquía, país que finalmente ratificó su adhesión en enero de 2024, según Reuters.
La razón por la que estos movimientos son tan significativos se encuentra en cómo la unión de estas naciones a la OTAN cambia la situación estratégica en el mar Báltico. La región es ahora lo que algunos denominan "el lago de la OTAN", y el nombre tiene mucho sentido si observamos la situación en el mapa.
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Andrew Dorman, del comité de expertos de Londres Chatham House, argumentó que la admisión de Suecia a la OTAN convertiría al país en una nación esencial para los planes de defensa de la alianza, debido a la situación geográfica estratégica del país.
Suecia podría usarse como un territorio intermedio para reforzar a Noruega o Finlandia si Rusia alguna vez se encuentra en guerra con la OTAN. Pero, lo que es más importante, la adhesión de Suecia permite a la alianza de defensa tomar el control efectivo del mar Báltico.
"Esto nos proporciona una alternativa de refuerzo por mar para los Estados bálticos, más allá del territorio vulnerable que se encuentra en la frontera entre Polonia y Lituania, un área al alcance de la artillería militar del exclave ruso, Kaliningrado, y de Bielorrusia", escribía Dorman.
The Daily Mail informó que otros analistas sugerían que el control de la OTAN sobre el mar Báltico dejaba a los aliados de Occidente en una buena posición para ahogar las rutas de suministros en el mar de Rusia, en el caso de que estallara una guerra entre Moscú y la OTAN.
"Si miras el mapa, geográficamente el mar Báltico se convierte en el lago de la OTAN, sí", explicaba la investigadora del Instituto Finés de Asuntos Internacionales, Minna Alander. "Pero la OTAN tiene aún mucho trabajo por hacer", añadía.
Aunque el mar Báltico parece estar bajo el control total de los miembros de la OTAN en la superficie, la alianza aún debe preocuparse por los problemas que Rusia pueda provocar bajo la superficie, una estrategia que ya ha podido verse en la invasión de Ucrania.
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En septiembre de 2022, el gasoducto Nord Stream fue el objetivo de un ataque que lo dejó fuera de servicio, y en octubre de 2023, un gasoducto que iba desde Finlandia hasta Suecia y Estonia sufrió daños que, según las informaciones, fueron provocados por un buque chino.
Imagen: Wiki Commons / FactsWithoutBias1, Own work, CC-By-SA 4.0
"Es muy difícil tener el control total de un mar, a diferencia de lo que puede ocurrir con los territorios en tierra", explicaba Julian Pawlak de la Universidad de Bundeswehr. "Lo que nos han demostrado los sabotajes del Nord Stream, entre otras cosas, es que sigue siendo muy difícil ser conscientes de lo que sucede bajo la superficie y sobre el suelo marino".
Andrew Dorman escribió en sus conclusiones sobre el problema que, aunque Rusia haya perdido parte de su flota en la superficie, el país conservaba su "capacidad de llevar a cabo actividades submarinas" que le permitirían cortar líneas de comunicación y enlaces de energía.
Además, el profesor del Colegio de Guerra del ejército de Estados Unidos, John Deni, fue citado también por The Daily Mail explicando que Rusia aún tenía mucho poder de ataque de artillería gracias a su exclave de Kaliningrado, ya que podrían usarlo para llevar a cabo pequeños desembarcos o ataques a las vías de suministros de la OTAN.
"En cuanto al fuego de artillería, fuego indirecto y la capacidad de las armas nucleares, [Rusia] supera en armas y alcance a los aliados de la OTAN en la región", explicaba John Deni. "Los aliados deben enfrentarse a la amenaza e igualarla". Por lo tanto, aunque parezca que el mar Báltico está controlado por la OTAN, no es una situación tan segura como algunos creen. Sin embargo, sigue suponiendo un gran problema estratégico para Putin y Rusia.