Los lobos mutantes de Chernóbil o la batalla contra el cáncer que truncó Putin
Chernóbil es una ciudad fantasma en Ucrania que siempre estará asociada con el horror y la tragedia. Sin embargo, entre las ruinas de la pesadilla nuclear, todavía hay vida que crece y se desarrolla en medio de la adversidad.
Cuatro décadas después de que fallara el reactor, la Zona de Exclusión de Chernóbil (ZEC) cubre aproximadamente 150.000 kilómetros cuadrados que rodean los restos de la central nuclear y la ciudad vecina abandonada.
Según la revista Mecánica Popular, la Zona de Exclusión se ha convertido en el experimento ideal para que los científicos indaguen en cómo se desarrolla la flora y la fauna en condiciones de radiación extrema.
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Aunque se podría pensar en Chernóbil como un desolado desierto nuclear, la verdad es que el medio ambiente es un ecosistema completo que se ha visto obligado a evolucionar y adaptarse rápidamente frente a condiciones únicas.
Investigadores de la Universidad de Princeton estudiaron a los lobos que viven en la Zona de Exclusión y descubrieron, para su sorpresa, que estos animales prosperaban en comparación con las manadas de lobos de los alrededores.
Los lobos son superdepredadores y los de Chernóbil estarían comiendo herbívoros contaminados que sobreviven comiendo plantas llenas de radiación que crecen en suelo irradiado. Sin embargo, en lugar de enfermarse, estos cazadores carnívoros rápidamente mutaron para sobrevivir.
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“Los lobos grises ofrecen una oportunidad muy interesante para comprender los impactos de la exposición crónica, multigeneracional, y en dosis bajas debido al rol que desempeñan en sus ecosistemas”, explica el biólogo evolutivo de Princeton, Shane Campbell-Staton a NPR, la radio pública de Estados Unidos.
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El cáncer es una de las mayores consecuencias tras el desastre de Chernóbil. Según NPR, hubo al menos 1.800 casos documentados de cáncer de tiroides en niños de la región después de que la radiación fuese liberada al medio ambiente.
Los humanos no fueron los únicos afectados. La población canina de Chernóbil también desarrolló tasas de cáncer más altas en los alrededores de Chernóbil, que los científicos extrapolaron a los lobos grises que viven en la zona.
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Sin embargo, como destaca Mecánica Popular, los investigadores de Princeton creen que se produjo una rápida selección natural, donde los lobos con genes resistentes al cáncer lograron sobrevivir y transmitir sus carga genética a la siguiente generación.
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Otro punto a su favor fue la falta de población humana dentro de la Zona de Exclusión, que les pudiendo crecer y desarrollarse libremente por los bosques alrededor de Chernóbil.
“Hemos comenzado a colaborar con biólogos especializados en cáncer y empresas enfocadas al tratamiento del cáncer para que nos ayuden a interpretar estos datos”, comenta a NPR el biólogo evolutivo de Princeton, Shane Campbell-Staton.
Campbell-Staton comenta que espera que la investigación realizada con los lobos de Chernobyl pueda ofrecer nuevas alternativas terapéuticas para combatir el cáncer.
Sin embargo, la política a veces se interpone en el camino de la ciencia y continuar con las investigaciones en Ucrania no le ha sido posible al equipo de la Universidad de Princeton. El estudio ha estado detenido desde que Rusia invadió el país en 2022.
“Con la guerra y todo lo que está sucediendo en la región, no podemos salir para preguntar directamente”, dice a NPR la bióloga de Princeton Cara Love. "Lo que está sucediendo ahora en la región es obviamente mucho más importante que la investigación en este momento, por lo que creo que las prioridades están donde deberían estar".
Hasta que termine la guerra en Ucrania, el misterio de los lobos de Chernóbil y cómo pueden ayudarnos con el cáncer permanecerá siendo una mera especulación.