La historia del hijo de Albert Einstein y Marilyn Monroe que nunca existió
Por cómo se desarrollaron sus carreras, por el recuerdo que se tiene de ambos y por la distancia de sus profesiones, al común de los mortales le cuesta relacionar a Albert Einstein con Marilyn Monroe.
A pesar de ello, hay una historia que circula por Internet desde hace años que, no sólo les une en una misma estancia, sino que les hace cómplices de una de las mejores conversaciones del siglo XX.
Todo tiene lugar en algún punto de Estados Unidos, en el año 1949. En un evento social, la actriz y el científico coinciden, siendo ambos dos de las figuras destacadas del evento, como no podía ser de otra manera.
En un momento dado, la Tentación Rubia se acerca a Albert Einstein y le hace la propuesta más inesperada pero lógica que jamás le han hecho: "¿Qué dice, profesor, deberíamos casarnos y tener un hijo juntos?"
¿Atrevida? Sí. ¿Eficiente? Por supuesto. Y es que, tras la proposición de Marilyn Monroe, vino la explicación. "¿Se imagina un bebé con mi belleza y su inteligencia?". La idea es perfecta.
Ahora, si la proposición de la artista sublimó el arte de romper el hielo en una conversación, la réplica de Albert Einstein quedaría para los anales de la historia, como demuestra que, 75 años después, se siga hablando de ello.
"Desafortunadamente, me temo que el experimento salga a la inversa y terminemos con un hijo de mi belleza y con su inteligencia", respondió el científico.
Sí, su respuesta había sido estereotipada, machista y, algo que no sabía Albert Einstein, errónea por completo. Ahora, eso no quita para que también fuera mordaz y ácida.
La realidad es que Marilyn Monroe tenía un cociente intelectual de 165 puntos, lo que suponía que era más inteligente que Albert Einstein, quien alcanzaba los 160 puntos.
Eso sí, la artista habría tenido más tacto y educación que el científico, optando por no dar a conocer un dato, el de su inteligencia, que la mayoría desconocía. Su papel prototípico de mujer superficial le había llevado a la cima de Hollywood.
Como confirma Sarah Churchwell en su libro, 'The Many Lives of Marilyn Monroe', "el mayor mito sobre la figura de la actriz es que era poco inteligente. El segundo es que era frágil. Y el tercero, que no sabía actuar. Era tan buena actriz que ahora nadie cree que ella fuera otra cosa que lo que retrató en la pantalla".
De hecho, era habitual ver a Marilyn Monroe leer en los descansos de los rodajes o en las secuencias que no le tocaba actuar, devorando libros con pasión y absorta por completo en la lectura. Federico García Lorca siempre fue de sus favoritos.
Pero, volviendo al encuentro entre Einstein y Monroe, por mucho que duela admitirlo y derribar el mito, la realidad es que esa conversación existió pero ellos no fueron los protagonistas.
Según recogía 'The Boston Globe', en su edición del 7 de diciembre de 1923, fue la bailarina Isadora Duncan quien hizo la curiosa propuesta a Anatole France, premio Nobel de Literatura en 1921.
No obstante, también circulaba una versión en la que los protagonistas eran Albert Einstein y Ava Gardner (en la foto) o Bernard Shaw y la propia Isadora Duncan.
Sin embargo, en su novela de 1931, 'Hear the Lion's Roar', Sewell Stokes puso punto final al debate, acudiendo a la fuente directa: George Bernard Shaw.
En la página 419 del libro, el autor transcribe una conversación con el dramaturgo, en la que confirma que sí le hicieron tal proposición pero "Isadora no me hizo esta propuesta".
"La historia se ha contado conmigo y con distintas mujeres famosas, pero recibí esa extraña oferta de una actriz extranjera cuyo nombre usted no conoce y yo he olvidado. Eso sí, mi respuesta fue la que dicen".
Y así, amigos, es como una de las conversaciones más afiladas y memorables del siglo XX se hizo súper popular de forma errónea, décadas antes de la aparición de las redes sociales. Las fake news son antediluvianas.