La fascinante y verdadera historia de Josefina de Beauharnais: la mujer que 'hizo' a Napoleón
'Napoleón', la película biográfica de Ridley Scott sobre el famoso emperador francés, ha causado un gran revuelo desde su estreno en cines. Más allá de sus polémicas licencias históricas (se podría decir que la versión del director estadounidense contiene algunos cambios que no aparecen en los libros de historia) la cinta da gran protagonismo al personaje histórico de Josefina de Beauharnais (Joséphine de Beauharnais) primera esposa de Napoleón encarnada, en la ficción, por la británica Vanessa Kirby.
Una mujer ambiciosa, de mundo y con un destino marcado por el romance, Josefina se muestra en esta ficción como la mujer que dio forma a la figura de Napoleón. Pero, ¿quién fue, realmente, Josefina de Beauharnais?
Marie-Josèphe Rose Tascher de La Pagerie proviene de una familia de "Békés", que es el nombre que se le daba a los franceses ricos residentes en Martinica que habían hecho fortuna en el comercio del azúcar. Marie-Josèphe nació en la isla y pasó allí sus primeros años de vida.
Vino al mundo en el año 1763 y la futura emperatriz era seis años mayor que Napoleón. Sin embargo, en cuanto a su verdadera edad, muchos historiadores dudan ya que Josefina cambió, durante toda su vida, las fechas de nacimiento que aparecían en los documentos oficiales para, así, parecer más joven. Por ejemplo, hay almanaques imperiales que indican que Josefina nació en el año 1768 y no en 1763.
Instalada en Francia, la joven se casó con Alexandre de Beauharnais en 1779. Este general, que desempeñó un papel importante durante la Revolución, se casaría inicialmente con Catherine-Désirée, la hermana mayor de Josefina, que murió de tuberculosis.
De este matrimonio nacieron dos hijos: Eugène, nacido en 1781, adoptado posteriormente por Napoleón y virrey de Italia bajo el Imperio, y Hortense, nacida en 1783, que se casó con Luis, uno de los hermanos del emperador en 1802, con quien habría tenido el futuro Napoleón III.
Pero la pareja no consiguió mantener una buena relación y acabó separándose, sobre todo por las dudas de Alexandre sobre la paternidad de Hortense. Enviada primero a un convento, Josefina se instaló luego en Fontainebleau y frecuentó la alta sociedad de finales del Antiguo Régimen.
Durante la Revolución, Alexandre de Beauharnais tuvo por primera vez un papel importante en la sociedad de aquella época y Josefina aprovechó para presentarse de nuevo como su esposa. Pero la situación empeoró al comienzo del Terror en 1793: Alejandro fue guillotinado y Josefina, encarcelada.
La situación política finalmente se calmó y la viuda logró recuperar su status. Su habilidad y carácter asertivo le permitieron iniciar su ascenso en el gran mundo de la sociedad parisina.
Al mismo tiempo conoció a otro hombre ambicioso, el joven oficial Napoleón Bonaparte, que se enamoró perdidamente de ella. La pareja se casó el 9 de marzo de 1796.
También fue Napoleón quien llamó por primera vez "Josefina" a la mujer cuyo nombre original era Marie-Josèphe, transformando su segundo nombre en uno que pasaría a la posteridad.
Josefina permaneció junto a su marido cerca del lago de Garda en Italia, durante la victoriosa campaña italiana que permitió a Bonaparte hacer valer plenamente sus ambiciones políticas.
¡Nada pudo detener la loca ambición de esta pareja! Tras el Golpe de Estado del 18 Brumario de 1799, Napoleón se convirtió en Primer Cónsul y el hombre más poderoso de Francia.
Durante la coronación de Napoleón como emperador en 1804, fue Bonaparte quien coronó personalmente a su esposa, en un gesto audaz, durante la ceremonia oficiada por el Papa en Notre-Dame. Josefina de Beauharnais se convirtió en la primera soberana francesa en beneficiarse de este honor desde María de Médicis en 1610.
Esta unión fue, sin embargo, controvertida. El Papa primero se negó a coronar a una pareja procedente de un matrimonio civil y los cónyuges tuvieron que casarse urgentemente por el rito religioso. Además, las relaciones entre Josefina y la familia de Napoleón continuaron deteriorándose.
Emperatriz de los franceses, Josefina de Beauharnais disfrutó del rango ceremonial de reina, tras su coronación inmortalizada en una pintura de Jacques-Louis David. Sin poder oficial, Josefina en realidad ejerció una influencia considerable en las sombras.
Sin embargo, la unión entre los dos cónyuges que dominaban Europa fue estéril, lo que planteó un problema para la sucesión de Napoleón. Padre de un hijo natural, el emperador atribuyó a su esposa la imposibilidad de tener un hijo.
El divorcio era, por tanto, inevitable y se materializaría a finales de 1809. Napoleón se casó con María Luisa de Austria, con quien tuvo un hijo, Napoleón II, en 1811.
Retirada de la corte imperial, Josefina se trasladó al castillo de Malmaison. Pero la exemperatriz no renunció a la vida social ni a su lujoso estilo de vida, lo que llevó a Napoleón a tener que pagar periódicamente sus deudas.
Tras contraer una neumonía, Josefina de Beauharnais murió en mayo de 1814, a la edad de 50 años. El 2 de junio fue despedida en un funeral solemne.
Aventurera y emperatriz, mujer de poder y de la alta sociedad, Josefina de Beauharnais vivió una historia de película que se entremezcló con los importantes acontecimientos de la historia de Francia. La cámara de Ridley Scott ha inmortalizado, para bien o para mal, su leyenda en la gran pantalla.
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