Inflación o el gran problema de Putin
Vladímir Putin asumía los desafíos financieros a los que se enfrenta la economía rusa en una reunión televisada con funcionarios del gobierno en la que exigió cambios.
Los riesgos de la inflación en Rusia han ido en aumento y Putin explicó que el Banco Central de Rusia y el Gobierno del país tienen el deber de mantener la situación bajo control, según informó 'Reuters'.
Según 'Reuters', el aumento de los precios tiene el potencial para deteriorar el nivel de vida del país, en un momento en que el presupuesto ruso está bajo una presión cada vez mayor debido al coste de la guerra en Ucrania.
"La escala y complejidad de las tareas que estamos resolviendo y seguimos resolviendo son de una naturaleza realmente excepcional", comentó Putin, según una traducción de 'Reuters'.
El presidente ruso se atrevió a asegurar que la situación financiera del país es estable, pero que era necesario monitorizarla y tomar rápidamente decisiones sobre cómo curvar la inflación a futuro.
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El presidente ruso también pidió al Gobierno y al Banco Central que utilizaran las herramientas que tenían a su disposición y dio ejemplos de lo que cada organismo debería hacer.
"Es necesario trabajar, entre otras cosas, para limitar la demanda especulativa e improductiva, controlar la salida de capitales y monitorizar el comportamiento de los principales participantes del mercado financiero", dijo Putin, añadiendo que es necesario "utilizar las herramientas disponibles".
El rublo ruso es, actualmente, la tercera moneda con peor desempeño en 2023, según 'Bloomberg'. Tal es así, que en su última y significativa caída, 100 rublos equivalen a solo 1 dólar.
'Bloomberg' señaló que la caída del rublo obligó a llevar a cabo una "reunión extraordinaria" del Banco Central del país, durante la cual se decidió aumentar los tipos de interés de Rusia en 3,5 puntos porcentuales hasta el 12%, para apuntalar la estabilidad de la moneda.
Los funcionarios también actuaron para imponer nuevas medidas de control de capital y solicitaron a los exportadores que vendan los ingresos que obtienen en monedas extranjeras, una señal de que las cosas en Rusia realmente no van bien.