¿Ha logrado Trump conseguir los fondos que tanto necesitaba?
Trump está desesperado por conseguir fondos. Tras pedir al sector del petróleo y el gas en su club de Mar-a-Lago 1.000 millones de dólares el pasado abril para conseguir volver a la Casa Blanca, el expresidente ha hecho un último esfuerzo para convencer a los magnates del petróleo que financien su candidatura presidencial, celebrando una serie de eventos para recaudar fondos por todo Texas.
Tras calificar a su rival electoral, la vicepresidenta Kamala Harris, y su programa energético como "radical", Trump ha estado una vez más vendiendo su agenda pro-petróleo a sus posibles benefactores.
"Se trata de la agenda energética más radical de la historia" y está controlada por "extremistas medioambientales" han sido los calificativos que Trump ha utilizado para describir el programa de Harris, según informaba Business Standard.
Según los asistentes a un evento para recaudar fondos en la ciudad texana de Midland, abundante en petróleo, Trump afirmó que Estados Unidos "no podría estar en una posición peor en lo que a seguridad energética se refiere", informaba The Financial Times.
Pero las afirmaciones de Trump acerca del papel que ha jugado Biden en "una guerra contra la energía estadounidense" no han calado entre sus seguidores, dado que el sector está viviendo un período boyante bajo el mandato del presidente actual, a pesar de las ambiciones del líder Demócrata de disminuir la producción de los combustibles fósiles y promover las energías renovables.
"Donald Trump está vendiendo a las familias trabajadoras a las 'Big Oil' [las 6 grandes empresas petroleras de EE. UU.] para conseguir cheques de campaña. Es así de sencillo", contaba el equipo de campaña del Partido Demócrata a The Washington Post antes de que Harris tomara las riendas.
The Financial Times señala que las entradas más caras para el evento de Trump celebrado en Midland tenían un precio de hasta 924.000 dólares por un par, es decir, 75.400 dólares por debajo del millón de dólares, mientras que una foto con el expresidente tenía un coste de 50.000 dólares.
"Yo le votaré, pero no voy a darle ni un centavo", contaba a The Financial Times un ejecutivo que no acudió al evento. "Él 'entiende' a la industria petrolera porque le da muchos fondos de campaña", añadía, indicando que no confiaba en el conocimiento de Trump sobre el sector.
Otro magnate del petróleo criticó el ya famoso eslogan de Trump "A perforar, cariño, a perforar" (en inglés: 'Drill, baby, drill'), señalando que con eso solo se conseguiría bajar el precio del petróleo y, por lo tanto, perjudicar al sector. "Cállate ya con el 'Drill, baby, drill'", contaba a The Financial Times.
Aunque algunos milmillonarios han estado dispuestos a llenar las arcas de la campaña de Trump, otros se han negado a apoyar al expresidente tal y como el candidato presidencial Republicano esperaba que lo hicieran, según destacaba Business Standard.
Entre los milmillonarios que han sido generosos con el expresidente destacan Kelcy Warren, de Energy Transfer LP; el magnate del petróleo de esquisto, Harold Hamm, fundador de Continental Resources Inc.; y Jeff Hildebrand, CEO de Hilcorp Energy Co.
De estos tres, Harold Hamm ha sido el que más ha demostrado su interés por recaudar millones de sus compañeros de industria, realizando llamadas pidiendo con urgencia que acudieran a los eventos para recaudar fondos de Trump y llevaran preparado su dinero.
"Tenemos que hacerlo porque son las elecciones más importantes de nuestra vida", era la cita de Hamm que publicaba The Washington Post.
A pesar de los esfuerzos de Hamm y de las promesas de Trump, Business Standard informa de que las cifras recaudadas en las industrias del gas y el petróleo solo han acumulado unos 22,4 millones de dólares hasta la fecha, una cantidad muy alejada de los 1.000 millones que se habían pedido.
Según OpenSecrets, la mayor parte del dinero no proviene de las juntas administrativas de las grandes empresas, sino de un pequeño número de benefactores que han escrito sus cheques entre lágrimas con la esperanza de que Trump revierta las regulaciones climáticas e impulse los intereses de los combustibles fósiles.
Este déficit ha dejado a Trump algo sediento de fondos. En agosto, el expresidente gastó 32 millones de dólares más en su campaña de lo que había recaudado, y en septiembre su gasto en medios de comunicación fue la mitad de lo que la campaña de Harris había destinado, según destacaban diferentes artículos de Business Standard.
Síguenos y descubre cada día contenidos que te interesan