¿Planea Putin lanzar un ataque nuclear para provocar un apagón total?
De pronto, el mundo se apagaría. Dejarían de funcionar smartphones, radios y televisiones, automóviles, no habría luz eléctrica ni posibilidad de comunicación. Ese es el tipo de ataque que algunos analistas temen que Putin pueda poner en marcha.
Se trataría de un ataque nuclear que no consistiría en el lanzamiento de una bomba atómica sobre el terreno. Y su efecto no serían muertes inmediatas sino una suerte de colapso civilizatorio.
Fue el Financial Times quien señaló que las amenazas que Putin lanzó continuadamente insinuaban que Rusia está dispuesta a realizar un Ataque de Pulso Electromagnético. Pero ¿en qué consiste ese tipo de acción?
Se trataría, según explica Forbes, de hacer que una bomba nuclear explote a gran altura. Por ejemplo, en la estratosfera. Ello desencadenaría el llamado 'pulso electromagnético' que dejaría cientos de kilómetros a la redonda en un apagón total, con todos los dispositivos electrónicos inhabilitados.
Así resume Forbes el panorama que dejaría un ataque de estas características: "La mayoría de los dispositivos electrónicos dentro de un cierto rango de detonación se freirían. Los automóviles dejarían de funcionar, al igual que los teléfonos celulares, los televisores y el servicio de internet. Los servicios eléctricos básicos serían eliminados".
El pulso electromagnético (EMP en sus siglas en inglés) fue un efecto descubierto en las pruebas atómicas. Se vio que tras las explosiones los aparatos electrónicos dejaban de funcionar. Los rayos gamma son los culpables.
Si buscamos en la Wikipedia hallamos la versión más sencilla que explica el Pulso Electromagnético: "La mayor radiación gamma, sobre todo, es altamente penetrante e interactúa con la materia irradiando e ionizándolo todo, incluido el propio aire circundante. La radiación gamma se consume rápidamente y crea un campo electromagnético zonal de kilómetros de diámetro".
Una acción bélica así en pleno invierno provocaría terror en la población, imposibilidad de comunicarse en las filas enemigas y acabaría de matar por frío a muchísimas personas.
Un ataque de estas características, no obstante, tendría un problema: resulta difícil controlar exactamente a qué área afecta. Si Rusia lo lanzase contra Ucrania, podría provocar ese apagón total también en parte de su propio territorio o en zona OTAN.
Pero la posibilidad, para medios como el Financial Times, está ahí. Y puede aplicarse también, a menor escala, con ataques de armas no nucleares. Un explosión en altura de ciertas bombas también provoca ese fenómeno de pulso electromagnético, aunque en áreas muy limitadas.
Cuando se lanza una bomba en altura para provocar ese efecto de pulso electromagnético se produce una ionización que, para el observador, toma forma de arcoíris en el cielo. Es lo que verían en el territorio atacado. De ahí que se denomine "bomba del arcoíris" a esta modalidad de ataque.
El escenario que plantea un ataque así se parece al que hemos visto en numerosas películas de ciencia-ficción, con una humanidad abocada a sobrevivir en un estado preindustrial.
Más allá de Rusia, se sospecha que algunas de las pruebas con misiles realizadas por Corea del Norte (denunciadas por países como Japón) tuvieron como objetivo ensayar un ataque EMS (de pulsión electromagnética).
Un país hipertecnificado como es Corea del Sur se sumiría en el caos mediante un pulso electromagnético inducido por un misil norcoreano.
Imagen: Sava Bobov / Unsplash
La novela del estadounidense Don DeLillo 'The Silence' planteaba la posibilidad de un apagón electrónico total. Una de sus escenas más perturbadoras presentaba a multitudes por las calles caminando sin saber hacia dónde, buscando simplemente la compañía humana, huyendo del silencio.
Jamás en la historia de las guerras recientes se ha producido un ataque de pulso electromagnético. Pero este siglo XXI con pandemias, catástrofes climáticas y enfrentamientos bélicos inesperados nos enseñó pronto que nada es imposible.
Imagen: Daniel Lincoln / Unsplash