Líbano: la guerra que puede cambiarlo todo
En la imagen, un niño de un familia de refugiados se calienta al fuego en un parque de Beirut, ciudad que está empezando a acoger una ola de personas huidas del sur de Líbano, donde desde hace varios días caen bombas israelíes que se cobraron ya centenares de vidas. Israel castiga a Hezbolá y el mundo alza la voz para que se detenga una escalada que puede derivar en una guerra de consecuencias impredecibles.
Primero fue el ataque de Hamas y la respuesta israelí en Gaza y ahora los ataques de Israel a Hezbolá en suelo libanés. Dirigentes planetarios advierten que podríamos estar abriendo las puertas a un conflicto histórico que tendría Líbano como epicentro pero iría mucho más allá y nos afectaría a todos.
Israel comenzó su ofensiva contra Hizbolá (milicia libanesa chií de fuertes vínculos con Irán) mediante un sorprendente ataque haciendo estallar buscas y walkie-talkies de dirigentes y militantes de esta guerrilla. Estos últimos días llegaron los bombardeos israelíes a territorio del sur del Líbano. Las autoridades libanesas hablan de más de 600 personas fallecidas, incluyendo numerosa población civil y niños.
En un país habitualmente castigado por ataques de Israel en respuesta a los también habituales ataques de Hezbola, este 24 de septiembre las cosas se elevaron de grado: miles de personas huyen de las bombas israelíes y los analistas temen que Israel emprenda una invasión terrestre. En la imagen, primeros refugiados llegando a Beirut.
Diversos medios hablan de que Israel acumula tropas en la frontera sur del Líbano, lo cual sería indicio de su intención de penetrar en territorio del país vecino pero, según BBC, un alto mando del ejército israelí negó categóricamente la posibilidad de una invasión y sostuvo que, de momento, lo que se mantendrá es la ofensiva aérea.
Desde la Unión Europa, Josep Borrell, máximo representante en política internacional, advirtió que podríamos estar a las puertas de una "guerra total". Y en The Times of Israel citaban a un alto funcionario estadounidense que habló de "catastróficas consecuencias" si, de verdad, Israel y Líbano entran en guerra abierta. (La imagen se captó en un ataque israelí a Beirut en 2014).
El peligro es que Irán se sume al conflicto ya que Hezbolá es una milicia muy ligada a este potente país que, según se sospecha, podría tener ya capacidad para fabricar armas nucleares. En la imagen, Ali Jameini, líder máximo de Irán.
El panorama que se abre es una posible guerra extendida por todo Oriente Próximo sin descartar que ello derive, por ejemplo, en ataques terroristas que puedan alcanzar países de Europa o los mismísimos Estados Unidos.
En cualquier caso, esta escalada bélica sumada a actitudes como la de Rusia con Ucrania nos describen un mundo en el que las reglas y los consensos mínimos que se solían abordar en Naciones Unidas saltaron ya por los aires.
Y el que siempre fue gendarme mundial, Estados Unidos, en este momento preciso se halla en un momento de ausencia de liderazgo, con las elecciones presidenciales a la vuelta de esquina y Joe Biden debilitado y casi fuera de juego.
Una posible victoria de Trump tampoco ayudará mucho a estabilizar el panorama internacional. En la guerra de Ucrania, aunque no lo explicite, parece proclive a que Estados Unidos se desentienda el problema. Y en Oriente Próximo su discurso es 100% de apoyo a la política belicista sin límites de Netanyahu.
De nuevo Líbano, un país que padeció en su historia sucesivos conflictos y guerras civiles, está en medio de una de las mayores crisis de la región. La imagen es de un bombardeo israelí sobre Beirut en 2006.
Lo que muchos analistas, además, subrayan es que la apuesta de Israel por la venganza provocando un altísimo número de víctimas civiles puede resultar, a medio plazo, contraproducente y agudizar el conflicto. Sea como sea, el mundo contempla con temor lo que sucede en esa franja del planeta donde tan difícil es la paz.
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