¿Qué está pasando en Sudán?
Los enfrentamientos entre el ejército de Sudán y la principal fuerza paramilitar del país han desembocado en cientos de muertes y han provocado que miles de personas huyan ante el peligro. Una cruel guerra civil amenaza con desestabilizar una región que, tristemente, intenta sobrevivir ante la barbarie.
Al menos 459 personas han muerto y más de 4.000 han resultado heridas en los disturbios hasta el momento, según datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud, mientras que partes de la capital, Jartum, se han convertido en una “zona de guerra”, tal y como ha informado la CNN.
Desde que un golpe de estado en el país en 2021 condujo a la caída del dictador Omar al-Bashir (en la foto a la izquierda) dos años antes, Sudán ha sido dirigido por el ejército, con el líder del golpe militar, el general Abdel-Fattah al-Burhan, como gobernante de facto.
Estos dos generales eran aliados hasta hace poco. Sin embargo, surgieron tensiones durante las negociaciones para integrar a las RSF en las fuerzas armadas del país como parte de los planes para restaurar el gobierno civil.
Dagalo llegó al poder dentro de las RSF a principios de la década de los 2000 cuando era jefe de la milicia conocida como Janjaweed: un grupo responsable de cometer atrocidades contra los derechos humanos en la región de Darfur.
Las acciones de Burhan, de manera similar, han sido fuertemente criticadas por grupos de derechos humanos. Como jefe del ejército y jefe de gobierno de facto del país, también estuvo involucrado en la represión de los activistas a favor de la democracia.
El ejército ha estado, durante mucho tiempo, en el centro de las transiciones políticas en Sudán y la resistencia al gobierno civil ha sido la norma, algo que probablemente no cambiará en corto plazo, según varios expertos.
Si bien varias estimaciones oficiales y no oficiales sitúan las fuerzas armadas sudanesas en alrededor de 210-220.000, se cree que las RSF ascienden a aproximadamente 70.000, pero se reporta que están mejor entrenadas y mejor equipadas.
Las potencias internacionales han expresado su preocupación por el conflicto, lo que llevó a que el Consejo de Seguridad de la ONU llevara a cabo su primera reunión sobre la crisis en Sudán el 8 de mayo.
“Esta trágica violencia en Sudán ya ha costado la vida de cientos de civiles inocentes. Es inconcebible y debe terminar”, dijo el presidente estadounidense Joe Biden en un comunicado.
La mayor parte de las minas de oro del país están bajo el control de Dagalo y las milicias del RSF, que financia su funcionamiento con la venta del metal precioso, no solo al gobierno de Jartum, sino también a otros compradores de países vecinos.
Como tal, “lo que está en juego en los disturbios actuales podría ir más allá del futuro inmediato de al-Burhan, Dagalo e incluso de la nación sudanesa. La estabilidad de la región también podría estar en riesgo”, escribe el historiador Tounsel para The Conversation.