Manual de supervivencia ante un ataque nuclear
Con la guerra en Ucrania ha regresado la amenaza nuclear y viejos miedos. Y la aterradora posibilidad de un ataque atómico plantea una pregunta obvia: ¿cómo sobrevivir ante tal vicisitud? Los manuales de la Guerra Fría, cuando Estados Unidos y la Unión Soviética parecían siempre a punto de destruirse mutuamente, lo explican. Veamos algunas claves.
En los numerosos manuales de supervivencia publicados durante la Guerra Fría se daban consejos básico que, aún hoy, son aplicables: si la bomba cae, nunca hay que mirar al resplandor producido (provoca ceguera), resulta obligatorio proteger el rostro de la onda expansiva, buscar una pared sólida que nos resguarde o, mejor, un buen lugar subterráneo donde guarecernos.
La altísima temperatura generada por la onda expansiva es uno de los peligros del primer momento del ataque nuclear: por eso hay que evitar estar a la intemperie y buscar una pared que tenga otras de por medio y donde no haya incidido directamente la onda expansiva.
La radiación es el otro gran peligro inicial (y a posteriori). Si se ha estado expuesto a la radiación, una ducha (con agua que tengamos almacenada) o lavado con agua muy abundante puede servir de algo. Aunque la radiación es un enemigo letal difícil de combatir.
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La ropa que llevábamos puesta y pudiera haber estado en contacto con la onda radiactiva ha de eliminarse cuanto antes. Puede estar contaminada.
Obviamente, el refugio antinuclear tan propio de la Guerra Fría es el sitio adecuado para resguardarse de una explosión atómica. Como mínimo, en el refugio o en cualquier otro lugar seguro bajo tierra (el subsuelo es el mejor lugar para protegerse) hay que permanecer entre 24 y 48 horas sin salir. Mejor 48 horas para asegurar que el nivel de radiación ha descendido.
En 1961 el Departamento de Defensa de Estados Unidos publicaba 'The Family Fallout Shelter', una guía para construir un refugio nuclear familiar. Con algunos datos interesantes: ladrillo y hormigón son los materiales adecuados para protegerse de la onda expansiva y el calor. Tanto en un refugio como si nos sorprende el ataque en cualquier otro lugar.
Imagen: Ilustración de 'The Family Fallout Shelter'
En 'The Family Fallout Shelter' hay una extensa lista de material del que aprovisionarse. Fundamental, agua y comida para dos semanas.
Imagen: Ilustración de 'The Family Fallout Shelter'
Es muy importante no consumir agua de la canalización habitual. La radiación puede haber contaminado las redes de agua potable. De cara a preparar un kit de supervivencia, unos cuantos bidones de agua resultan fundamentales.
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Que los aparatos electrónicos dejen de funcionar es uno de los posibles efectos de la caída de una bomba nuclear. Se produce a causa del llamado "pulso electromagnético" (EMP -Electromagnetic Pulse-, que tiene su origen en una actividad muy alta de ondas electromagnéticas. Tan monstruosamente alta que interfieren en el funcionamiento habitual del mecanismo eléctrico de algunos objetos.
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En Hiroshima y Nagasaki se llamo "lluvia negra". Y provocó un importante número de víctimas tras la explosión inicial. Porque esa lluvia contiene radiactividad. Hay que evitar que nos moje.
La lluvia radiactiva suele llegar unos 15 minutos después de la explosión.
La imagen es de la portada de un ejemplar del 'Fallout Shelter Handbook', elaborado por Chuck West y publicado en 1962. En este libro, igual que en otras guías, se habla de la necesidad de aprovisionarse de medicinas básicas. Con el tiempo al listado de medicinas se ha incorporado una pastilla que puede servir contra los efectos de la radiación.
El yoduro de potasio se vende en pastillas y, según algunos estudios, puede ayudar a combatir los efectos de la radiactividad en nuestro organismo. Hay quien, actualmente, pone en duda su efectividad real. La publicación Scientific American sostiene en un largo artículo que el yoduro de potasio tiene un efecto limitado para prevenir los tipos de cáncer que la radiación puede provocar.
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Los síntomas habituales de que la contaminación radiactiva está actuando en nuestro organismo son nauseas, vómitos, debilidad súbita, úlceras en la piel.
Ninguna guía, actual o de cuando la Guerra Fría, recomienda huir precipitadamente. Lo mejor es permanecer donde nos haya sorprendido la explosión y aguardar a que la radiactividad se vaya disipando. Pero ¿cuánto tarda eso? Hemos hablado de 48 horas para poder salir sin exponernos a alta radiactividad. ¿Cuándo volverá todo a los niveles normales?
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Según cálculos de la página Stack Exchange (basados en informes científicos sacados de pruebas nucleares), dos semanas después de la explosión el nivel de radiactividad sería casi el previo al del ataque.
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La realidad es que una guerra nuclear sería una catástrofe absoluta y que la supervivencia tendría que ver mucho con el azar, como en casi toda catástrofe. Conocer algunas reglas básica no está mal (puede ayudar a que sobrevivamos) pero lo mejor es que la guerra, simplemente, no se produzca.
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ADEMÁS: Cómo sería una guerra nuclear entre Estados Unidos y Rusia