¿Los servicios de inteligencia estadounidenses conocían las intenciones de Wagner?
La fallida rebelión armada de Yevgueni Prigozhin, el jefe del grupo paramilitar Wagner, ha sido una sorpresa para el mundo entero, pero la realidad es que, según han contado algunas fuentes a la cadena 'CNN', las agencias de inteligencia estadounidense tenían una idea clara de lo que iba a suceder.
Las agencias de inteligencia de Estados Unidos habrían reunido mucha información sobre el golpe del grupo Wagner en los días previos a la revuelta y tenían suficientes detalles como para entender dónde se produciría y cómo planeaban los mercenarios avanzar por el territorio ruso.
Esta información no era solo conocida por las autoridades estadounidenses, sino que, según cuentan las fuentes a 'CNN' también se compartió con los aliados más cercanos del país, entre los que se incluían algunos oficiales británicos, pero no toda la alianza de la OTAN.
Estas fuentes explican que la decisión del levantamiento contra los líderes en Moscú seguramente se tomó tras unas declaraciones del ministro de Defensa ruso el 10 de junio en el que ordenaba que todas "las unidades voluntarias" que estuvieran luchando con Rusia tendrían que haber firmado contratos con el ejército para julio.
"Estas medidas aumentarán nuestra capacidad de combate y efectividad de las fuerzas armadas y de las unidades voluntarias", explicaba en un comunicado el viceministro de Defensa, Nikolai Pankov, según recogió la agencia 'Reuters'. Pero Yevgueni Prigozhin no estaba dispuesto a firmar ningún contrato.
Tan solo un día antes del comunicado, Prigozhin dijo en un mensaje de audio que las fuerzas del Grupo Wagner no firmarían ningún contrato con el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, rechazando públicamente poner bajo el control de Rusia a sus hombres, según la información de la agencia de medios 'Reuters'.
"Wagner no firmará contratos con Shoigú", dijo Prigozhin, añadiendo que el ministro de Defensa ruso no sabía cómo "manejar correctamente las tropas militares" y que el grupo Wagner estaba coordinando sus movimientos en Ucrania con el General Serguéi Surovikin.
Las fuentes contaron a 'CNN' que la información sobre el motín de Prigozhin era tan secreta que solo la conocían un selecto grupo de oficiales senior en la administración del presidente Joe Biden y la llamada "Banda de los Ocho", un grupo del congreso que según 'CNN' tiene acceso a la información más delicada.
"Existía un control férreo de la información", contó a 'CNN' una fuente conocedora del plan de Prigozhin, algo que según la cadena estadounidense explicaría por qué les había pillado por sorpresa la revuelta armada a muchos oficiales estadounidenses y británicos.
Pero la cadena 'CNN' no ha sido el único medio en hablar con oficiales senior conocedores de los planes de la marcha del grupo Wagner hacia Moscú. El periódico 'The Washington Post' también informó sobre el incidente, añadiendo que la inteligencia estadounidense sabía que se estaba fraguando algo desde mediados de junio.
"Había muchas señales que indicaban que el líder estaba tramando algo", comentaba a 'The Washington Post' uno de los agentes de inteligencia con la condición de permanecer en el anonimato. "Así que creo que estaban preparados".
El agente de inteligencia anónimo también señaló que aquellos que lo sabían habían empezado a preocuparse por cómo se desarrollaría la situación. Algunos se preguntaban si Vladímir Putin sería expulsado del poder y lo que sucedería con el peligroso arsenal nuclear del país tras la consiguiente inestabilidad.
"Había muchas preguntas en ese sentido", dijo el agente, preguntas que todos querríamos que los gobernantes seniors de Estados Unidos se estuvieran preguntando si la mayor superpotencia nuclear del mundo estuviera a punto de entrar en una guerra civil.
'The Washington Post' contó también que oficiales de la Casa Blanca fueron informados de la situación, al igual que seniors del Pentágono, del Departamento de Estado y del Congreso, lo que significa que era un secreto bien guardado, aunque eran pocos los que creían que la revuelta fuera a ser tan breve.
Vladímir Putin llegó a un acuerdo con Prigozhin 48 horas después de que se iniciaría la rebelión armada. El resultado de dicho acuerdo ha supuesto el exilio del jefe del grupo Wagner a Bielorrusia, mientras que aquellos que formaron parte de la rebelión han recibido la amnistía. Los mercenarios que no participaron en el golpe han sido ofrecidos contratos con el ejército.
El ejército de mercenarios del Grupo Wagner que marchó hacia Moscú llegó a estar a 200 km de la capital antes de llegar a un acuerdo, lo que para la inteligencia estadounidense significa que Prigozhin tuvo que tener alguna ayuda del ejército y de los servicios de seguridad rusos.
"Si Prigozhin quería crear distancias entre el comando de las Fuerzas Armadas de la Federación rusa y el Kremlin, ha fracasado", explicaba uno de los oficiales senior, señalando que seguramente no había habido un distanciamiento entre Putin y los líderes del ejército de los que Prigozhin tanto desconfía.
Cómo seguirán desarrollándose los acontecimientos aún está por determinar, pero una cosa sí está clara, la revuelta armada de Wagner ha sacado a relucir las debilidades de Rusia. Wagner ha puesto las bases de la crisis a la que se enfrentaría el presidente Putin si Rusia continúa tambaleándose en Ucrania y ha demostrado a otros que una rebelión podría tener éxito en el futuro.
La rebelión del grupo Wagner revela los problemas que existen en el régimen de Putin