El volcán sumergido en Alemania que podría entrar en erupción
Alemania mira con preocupación a Eifel, región volcánica situada entre Alemania, Bélgica y Países Bajos, asentada sobre un gigantesco volcán que entró en erupción, por última vez, hace 11.000 años. Algo que podría cambiar en cualquier momento ya que, tal y como apuntan algunos expertos en la materia, la zona ha empezado a mostrar signos de actividad que deberían ser vigilados muy de cerca.
La región volcánica de Eifel se asienta sobre un gigantesco volcán situado bajo el lago Laacher. Una zona aparentemente tranquila e idílica que, en realidad, es un auténtico polvorín ya que el agua del lago se ha acumulado sobre lo que se conoce como la caldera del volcán.
"En algún momento, seguramente, volverá a haber una erupción", afirmó Ulrich Schreiber, profesor de geología de Bonn, en 2017. Pero, según el experto, es "poco probable" que esto vaya a ocurrir mañana mismo.
No es ni mucho menos el único volcán de Alemania. Todo el paisaje de Eifel está formado básicamente por volcanes, ¡casi 300! "Muchas montañas aquí son en realidad conos de ceniza", explica al canal alemán 'SWR' Sabine Kummer, geóloga del Geoparque Vulkaneifel. "Muchos valles son mares secos".
La última erupción del sistema volcánico en Eifel tuvo lugar hace miles de años y nubes de ceniza y lluvia, tormentas piroclásticas y una capa de roca volcánica de hasta 60 metros de espesor fueron las consecuencias devastadoras que se vivieron en la zona.
Ahora es evidente que algo está pasando bajo el lago Laacher que se formó en la caldera del volcán. Bajo la dirección del Centro Alemán de Investigación de Geociencias (GFZ), estos procesos se han examinado de cerca gracias a una campaña de medición a gran escala que comenzó en septiembre de 2022.
La campaña para medir con mayor precisión la actividad debajo y en los alrededores del lago Laacher se llama 'Large-N'. Una treintena de científicos participaron en la instalación de un total de 350 geófonos, una especie de sismómetro. Estos estaban distribuidos en un radio de unos diez kilómetros alrededor del lago Laacher, según informó 'National Geographic'.
Incluso sin los dispositivos, se puede ver que algo está sucediendo en el lago. En la orilla oriental del lago Laacher se pueden ver pequeñas burbujas de CO₂, las llamadas mofetas. "Las mofetas de CO₂ nos dicen que actualmente hay procesos magmáticos, especialmente en el manto superior. Se ha demostrado que los gases que emergen aquí provienen de una gran profundidad y son de origen magmático", dijo el líder del proyecto, Torsten Dahm, a 'National Geographic'.
Una erupción explosiva, en la llamada caldera del volcán, como la del lago Laacher, tendría un gran poder destructivo. "Entonces se forma una columna de fuego y una nube de ceniza que se eleva a kilómetros de altura en el cielo", explica Dahm a 'SWR'.
Las fuerzas de la naturaleza como una erupción volcánica solo pueden predecirse, pero no prevenirse. Así que solo queda seguir observando las mediciones científicas y esperar a que los volcanes alemanes tarden mucho tiempo entrar en erupción.
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