A debate: ¿deberían prohibirse los fuegos artificiales?

Fuegos artificiales, ¿sí o no? El debate está sobre la mesa y cada vez son más las voces y los argumentos que solicitan la prohibición de su uso, mientras que el sector reclama su sitio en una sociedad donde han sido relevantes durante siglos.

Suiza ha sido uno de los últimos países en poner el debate sobre la mesa. Feuerwerksinitiative lanzó una campaña que busca recoger 100.000 firmas con las que impulsar una iniciativa popular federal que limite el uso de la pirotecnia en el país.

La iniciativa arrancó en mayo de 2022 y ya ha superado las 100.000 firmas, en un país cuya población es de 8,7 millones, por lo que reunir 100.000 firmas es más que significativo.

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La argumentación presentada por esta iniciativa es aplicable a todos los organismos, asociaciones o grupos de todo tipo que están solicitando poner coto al uso de fuegos artificiales alrededor de todo el mundo. "La alegría de unos pocos no debe afectar a la calidad de vida del resto".

Y es que, el impacto del sonido de algunos fuegos artificiales en la población y muchos animales es innegable, afirman desde Feuerwerksinitiative.

"Los petardos generan pánico en niños pequeños, pero también en animales domésticos, de granja y salvajes, impidiéndoles dormir con normalidad", aseguran.

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Especialmente sensibles a los fuegos artificiales son las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), a quienes el impacto de los cohetes afecta de manera más acusada.

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El ejemplo más reconocible y viral fue el de Marcos Goldschmidt, en 2014, cuyo hijo Ezequiel sufría una pesadilla cada vez que escuchaba el sonido de un cohete o petardo.

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"Es autista y se asusta mucho con las explosiones. Por cada cañita voladora o petardo que se tira, le veo con cara de horror, tapándose las orejas y buscando, inútilmente, un lugar donde estar tranquilo", comenta Marcos Goldschmidt en la iniciativa.

Entre estos argumentos, otro de los más potentes es el riesgo medioambiental que implica la pirotecnia. Especialmente en verano, los fuegos artificiales descontrolados pueden suponer una amenaza muy seria para flora y fauna de la zona en que se tiren.

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Y es que en zonas con clima seco y árido, donde el riesgo de incendio es extremo, una pequeña chispa de un petardo puede iniciar un incendio que arrase miles de hectáreas.

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Entre las alternativas que proponen los grupos contrarios a la pirotecnia está, además de la prohibición de fuegos artificiales especialmente ruidosos, el control de la Administración a la hora de conceder permisos para su uso.

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No obstante, al igual que hay mucha gente contra el uso de pirotecnia, también la hay a favor de mantener un sector importante que, cada año, mueve cientos de millones y da trabajo a miles de personas.

El ejemplo está en España, donde toda fiesta patronal que se precie tiene sus fuegos artificiales de inauguración, de cierre o de ambas.

No obstante, el caso más significativo en España son las Fallas en Valencia, donde la pirotecnia es un motor económico, un evento cultural y una tradición arraigada y conocida en todo el mundo.

Y qué decir de las fiestas navideñas. Cada vez son más los pueblos y ciudades que optan por festejar estos días iluminando sus cielos con fuegos artificiales.

Una alternativa, poco conocida pero muy interesante, son los fuegos artificiales silenciosos, que limitan en gran medida su impacto a todos los niveles.

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Obviamente, la solución no es sencilla pero una vez puesto el debate sobre la mesa, parece lógico pensar que se terminarán por tomar medidas al respecto. Está por ver cuáles.

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