Ronaldinho en la cárcel: la verdad de su paso por prisión
Balón de Oro, campeón del mundo con Brasil, genio regateador y malabarista del balón y considerado por muchos como uno de los mejores jugadores brasileños de todos los tiempos, Ronaldinho Gaúcho convalidó una vida deportiva de enorme éxito con su pasión por la fiesta y unas cuantas polémicas con la justicia.
Daños ambientales, líos económicos, un fraude con criptomonedas… No han sido pocas las veces que el que fuera delantero del F.C. Barcelona, PSG y Milán se ha sentado en el banquillo frente a un juez, aunque fue en 2020 cuando aquello superó todos los límites y terminó entre rejas en Paraguay.
Pero, ¿qué sucedió para que Ronaldinho acabará en prisión? Nos trasladamos al mes de marzo del año 2020, un momento en el que la pandemia de la Covid-19 se extendía imparable por todo el mundo, incluida toda Sudamérica y un momento en el que el ex futbolista y su hermano, Roberto de Assis Moreira, viajaron de Brasil a Paraguay para un acto benéfico-religioso.
Hasta ahí, todo podría parecer normal, pero la realidad es que, nada más pisar suelo paraguayo, comenzaron los problemas para el brasileño, porque, rápidamente, las autoridades aeroportuarias se dieron cuenta de que habían llegado a su país con unos pasaportes falsos.
Inmediatamente, detenidos por el Departamento de Crimen Organizado de Paraguay, Ronaldinho y su hermano fueron trasladados a la Agrupación Especializada de Asunción, una sede policial situada en la capital paraguaya y que sirve de cárcel, un lugar por el que desde narcos a políticos corruptos.
Con su arresto, fueron 14 las personas detenidas relacionadas con este caso de pasaportes falsos que venían investigando en Paraguay y entre los que también se encontraba el empresario brasileño Wilmondes Sousa, o el director general de migraciones paraguayo, Alexis Penayo, que dimitió del cargo.
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"Estamos ante un hecho punible grave porque atenta contra intereses de la República, contra el Estado paraguayo. Hay peligro de fuga y de obstrucción. Se trata de un extranjero que entró de forma ilegal al país y permanece en el mismo. Se reúnen los requisitos para ir a prisión preventiva", declaró entonces la jueza a la prensa.
A ello hay que sumar que, unos meses antes, Ronaldinho había sido nombrado por el entonces presidente, Jair Bolsonaro, como 'embajador del turismo brasileño', cargo que no podía ejercer fuera de Brasil debido a que no podía cruzar sus fronteras por varios problemas con la justicia que llevaba arrastrando desde años atrás por levantar una mansión ilegal en Porto Alegre.
Sin embargo, aquel duro revés en la vida de Ronaldinho fue más llevadero de lo que muchos pudieran pensar. Y todo ello gracias al fútbol, porque dedicó su tiempo allí a lo que mejor ha sabido hacer, llevando su particular forma de ver la vida al ambiente carcelario.
En la cárcel, el brasileño no tuvo problemas con el resto de los presos. Todo lo contrario. Allí lo trataron como un rey y se lo rifaban por tenerlo en su equipo de cara al torneo interno de fútbol 7 que se jugaba en el patio de la prisión, según contó el periódico ABC Color de Paraguay.
De entre todos sus pretendientes, Ronaldinho finalmente no quiso decantarse por ninguno, pero disputó un amistoso –en el que no podía meter goles- pero que ganó su equipo por un contundente 11-2, llevándose como trofeo un lechón de 16 kilos del que dieron buena cuenta entre él y sus compañeros de equipo.
En la prisión, el ex futbolista brasileño y su hermano tenían su propia celda con un refrigerador, ventiladores, televisión y algunos otros artículos, según contó a ESPN el director del centro penitenciario, Blas Vera, quien apuntó además que recibió algunos privilegios por ser quien era.
Y su presencia allí causó un gran revuelo entre los internos, como demostró que, al segundo día en la prisión fue visitado por 40 niños, además de ex jugadores y otras figuras paraguayas como Carlos Gamarra o Nelson Cuevas, tal y como apuntó también ESPN.
El propio Gamarra, ex jugador del Atlético de Madrid, contó algunos detalles de su visita en la emisora paraguaya ABC Cardinal: "Ronaldinho me dijo: 'Yo vengo de abajo, conozco el sufrimiento, lo único que me preocupa es mi mamá. El resto, para mí. Yo soy un hombre y tengo que aguantar todo lo que venga'".
Eso sí, no fue una experiencia fácil: "Yo tengo mi fe, siempre hago mis oraciones para que las cosas salgan bien y bueno, ojalá que dentro de poco esto eso se acabe. Fue un golpe duro, nunca imaginé que pasaría por una situación así. Toda la vida he buscado llegar al más alto nivel profesional y llevar alegría a la gente con mi fútbol", dijo el propio Ronaldinho en ABC Color de Paraguay a finales de abril de 2020.
Pero además de jugar al fútbol y de firmar autógrafos, Ronaldinho también dedicó su tiempo dentro de la cárcel a otra cosa: la carpintería. El brasileño se apuntó a curso que se ofrecía allí a sus reclusos al que no faltó ni un solo día.
Coincidió, además, que su 40 cumpleaños, el 21 de marzo de aquel año 2020, lo pilló entre rejas. Un evento para los presos que, publicó ESPN, lo fueron a celebrar por todo lo alto preparando incluso un asado, pero que finalmente no se pudo hacer debido a las restricciones por la Covid-19 y la cosa terminó con Ronaldinho y su hermano en la celda jugando a las cartas.
Su estancia en aquella prisión paraguaya finalizaría 32 días después de su ingreso de forma preventiva, cuando fue finalmente liberado para permanecer bajo custodia policial en el hotel Palmaroga de la capital paraguaya. Eso sí, previo pago de una multa de 1,6 millones de dólares.
Sin embargo, el periodo de arresto en Paraguay se alargaría durante casi seis meses, hasta que fue puesto en libertad el 24 de agosto de 2020 después de que el juez de garantías Gustavo Amarilla aceptara la suspensión condicional del proceso y Ronaldinho no se viera obligado a cumplir con los dos años que marcaba su sentencia inicial.
Una 'anécdota' más dentro de la agitada vida extradeportiva de Ronaldinho Gaúcho por las que ha dado tantos titulares como los que dejó jugando en los terrenos de juego. Una buena advertencia, para cambiar ese modo de vida que, de tanto tensar la cuerda, finalmente acabó con él entre rejas.
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