¿Qué fue de Manolo el del Bombo?
Ha sido durante muchísimos años una de las imágenes más icónicas de la afición española en Mundiales de fútbol y Eurocopas. Manolo el del Bombo ha viajado por todo el planeta con ‘La Roja’ a lo largo de más de cuatro décadas, toda una vida de alegrías y decepciones.
Manuel Cáceres Artesero, castellanomanchego afincado desde hace muchos años en la Comunidad Valenciana -aunque pasó buena parte de su vida en Huesca- y conocido en todo el mundo como 'Manolo, el del Bombo', nació en San Carlos del Valle (Ciudad Real) el 15 de enero de 1949.
Su afición por el bombo le llegó desde muy pequeño, cuando ya vivía con su familia en Huesca. “Allí se lleva mucho lo de la charanga, y a los 12 o 14 años se me ocurrió coger un bombo y empezar a tocar por los pueblos de Huesca: Barbastro, Monzón, Binéfar... Luego ya se me ocurrió empezar a ir a animar a Valencia, Zaragoza, Madrid...”, explicó en una entrevista a El Mundo.
El 9 de diciembre de 1979 sería una fecha clave para Manolo el del Bombo. Ese día, viajó hasta la localidad chipriota de Limasol, para ver en directo un partido de clasificación entre Chipre y España para la Eurocopa de Italia 80. Fue su primer desplazamiento para animar a ‘La Roja’.
Pero no fue entonces cuando saltó a la fama, sino unos meses después, precisamente durante la Eurocopa que se disputó en Italia en 1980. En aquel torneo los estadios estuvieron prácticamente vacíos y, en medio de aquel panorama, surgió la figura colorida y animada de Manolo el del Bombo.
La cadena italiana RAI no dejó de enfocarle cada vez que podía con su camiseta de España, su enorme boina y su bombo y, desde aquel momento, se convirtió en un rostro conocido en todos los torneos internacionales de fútbol.
En 1982 llegó el Mundial a España y Manolo pasó de aficionado a aficionado profesional, convirtiéndose ya en el jugador número 12 de la selección y el rostro más representativo de ‘La Roja’ (que por entonces no se denominaba así) en las gradas.
Esos años de alegrías le han llevado, entre otras cosas, a vivir y disfrutar de las dos Eurocopas (2008 y 2012) y el Mundial (2010) que España ganó durante la época más gloriosa que ha vivido su selección de fútbol, con Luis Aragonés y Vicente del Bosque como entrenadores y un grupo de jugadores histórico.
En total, ha estado en 10 Copas del Mundo: España 82, México 86, Italia 90, Estados Unidos 94, Francia 98, Corea y Japón 2002, Alemania 2006, Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y Rusia 2018, además de en ocho Eurocopas. E incluso animó en algunos partidos a la selección de Baloncesto en el Eurobasket de España 2007.
Como relató en una entrevista concedida a La Razón, “han sido ya más de 400 partidos siguiendo a ‘La Roja’. He llegado incluso a hacer autostop cuando el dinero no me permitía costearme los viajes. Recuerdo una ocasión en la que me paró una ambulancia que llevaba a una persona entre Alicante y Valencia”.
Tan famoso se hizo que no solo “me llevaban y no me cobraban nada, ni el hotel ni las entradas”, como detalló a El Mundo, sino que, además, lo llegaron a llamar de otras selecciones para ir con ellas como aficionado. “Me llamaron para que lo hiciera con las de Venezuela, Canadá, Honduras… Y me sentí muy valorado por mi trabajo”, dijo en La Razón.
Dicen, eso sí, que lo de Manolo el del Bombo no surgió de la nada, sino que está inspirado en ‘El Tula’, el famoso aficionado argentino que también anima a su país con un bombo desde el Mundial de Alemania 1974 y al que pudimos ver en la gala del Premio The Best 2023 recogiendo el premio a la mejor afición.
A diferencia de ‘El Tula’, los últimos años de Manolo han ido por otros derroteros, con varios reveses en su vida que se han convertido en grandes decepciones y que lo han llevado incluso a la televisión para contar su angustiosa situación.
En 2017 fue noticia porque alguien le robó su bombo justo antes de la disputa de un partido entre España y Colombia en el estadio murciano de La Condomina. Lo dejó en el coche de otra aficionada, forzaron el auto y se llevaron la preciada reliquia.
Sin embargo, aquel pequeño susto (por el que todos pudimos ver a Manolo desesperando, llorando por televisión) acabó en final feliz, una vez que unos militares encontraron su joya más preciada al lado de la embajada de Colombia en Madrid.
Pero aquello solo fue una anécdota dentro de los problemas a los que se ha enfrentado en a partir de 2020. Llevaba 32 años regentando un bar en Valencia frente al estadio de Mestalla que se vio obligado a cerrar tras la crisis generada por la pandemia de la Covid-19.
Eso sí, el mismo Manolo confesó a La Razón que durante su vida perdió mucho también por su propia culpa: “El hecho de tener el local cerrado cada vez que jugaba España repercutió muy negativamente en la rentabilidad del negocio”.
Y es que ‘La Roja’ siempre fue prioritaria para él: “Jugaba la selección española en cualquier país y ahí estaba yo. Pero claro, llega el Mundial y si me dicen que me dan 10.000 euros por no ir, no los quiero. Si volviera a nacer, seguiría siendo Manolo el del Bombo”, confesó.
Tras el cierre del su bar, Manolo se vio arruinado y cobrando una pensión de 800 euros a la vez que pagaba una hipoteca de 400 y llegó a pedir ayuda a la Federación Española de Fútbol para que lo apoyara como él los había apoyado a la selección durante tanto tiempo.
“Ni tan siquiera me han llamado de la Federación Española de Fútbol para echarme una mano. Me tienen olvidado. No me lo merezco. Con todo lo que yo me entrego a los nuestros... (…) Me siento dolido por esa especie de ‘maltrato psicológico’, ese desinterés hacia mi persona. El presidente Rubiales me comentó que si necesitaba cualquier cosa lo dijera, y nada”, dijo.
Recibió entonces una pequeña ayuda del futbolista Álvaro Morata (de los pocos que lo hicieron), que lo contrató como padrino de la cadena Manolo Bakes, la de los célebres cruasanaes con chocolate llamados "manolitos". Morata era socio de Manolo Bakes y ofreció a Manolo El del Bombo participar como atracción en la inauguración de un establecimiento en Valencia. Fue un ingreso muy puntual que no solventó todos los problemas del célebre aficionado.
En lo personal, tampoco ha tenido suerte, se separó de su mujer y no tiene relación con sus hijos. “A la única de los cinco que veo es a la pequeña (…) El resto están desaparecidos. Me han operado siete veces del corazón, de una hernia en el ombligo, y no han venido. Gracias a Dios pude sacarles adelante a todos y con eso me quedo y soy feliz. Ese es mi orgullo, aunque mal pagado sí me siento”, contó el propio Manolo en La Razón.
El último capítulo de decepciones, especialmente con la Federación Española de Fútbol ,llegó con el pasado Mundial de Qatar, al que no pudo asistir. Su frustración entonces le llevó incluso al plató del programa de Telecinco ‘Sálvame’ para contar su historia.
"Me dejaron tirado a dos días de viajar a Qatar. No podía volar si no tenía hotel y no me avisaron", explicó en Sálvame.
Manolo esquivó además las críticas por las que le acusaban que pretendía ir allí gratis diciendo que “nunca he estado interesado en que me pagaran el viaje, es algo que podría haber hecho yo”, sin embargo, criticó que no le informaran bien de cómo viajar hasta allí, porque tenía todo listo para irse, billetes incluidos, pero no le dieron el visado y le avisaron tarde de ello.
A pesar de todos los reveses, Manolo el del Bombo sigue mostrándose al mundo con el mayor de los aficionados y, al hilo de los nuevos tiempos, cuenta incluso con página web - www.manoloeldelbombo.com- y presencia en las redes sociales Facebook, Twitter, YouTube e Instagram.
Hoy, vive retirado en el municipio de Moncofa (Castellón), bien de salud, tratando de vivir con su pensión lo mejor posible y sin dejar de disfrutar del fútbol. Y con un sueño aún por cumplir: “Regalar en persona al Papa Francisco un bombo con su imagen y la de la Selección argentina. Es muy futbolero… Si consigo ese sueño ya podré morirme en paz”.
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