Qué fue de Redondo: el ‘5’ perfecto del Real Madrid

Fernando Redondo era magia, elegancia. Uno de los mejores ‘5’ que han vestido la camiseta del Real Madrid y de Argentina en toda su historia. Un futbolista diferente con el que sólo pudieron las lesiones, pero que sentó cátedra en el mundo del fútbol.

¿Quién no recuerda aquel magistral taconazo de Fernando Redondo -caño incluido a Henning Berg- con el que Fernando Redondo deslumbró al mundo del fútbol en las semifinales de la Champions League con el Real Madrid en el año 2000?

Aquella jugada terminó con el futbolista hispano-argentino llegando hasta la línea de fondo con el balón controlado para, con toda la tranquilidad del mundo, levantar la cabeza y servir en bandeja a Raúl González el 0-2 en Old Trafford, que, a la postre significaría otra final europea y la ‘Octava’ del Real Madrid.

Sólo fue el reflejo de lo que el centrocampista nacido en Adrogué supuso para el Real Madrid en las seis temporadas que vistió de blanco y que, a su vez, fueron los mejores años de su carrera como futbolista. Años en los que el Real Madrid volvió a la senda del triunfo en Europa 32 años después.

Así lo definen en la web oficial del club blanco: “Fue capaz de sostener en solitario la medular de todo un Real Madrid. De sus botas partía el fútbol ofensivo de un equipo que volvió a ser el rey del continente. Seis títulos, entre ellos dos Copas de Europa, fueron el espectacular bagaje que dejó un futbolista muy querido en el Santiago Bernabéu por su calidad y liderazgo”.

¿Pero qué fue de él después de dejar el fútbol allá por el año 2004 después de una carrera de éxito y de desplegar toda su magia sobre los terrenos de juego?

Nada más retirarse, a causa de las continuas lesiones que vino sufriendo desde que en el año 2000 abandonara el Real Madrid, Fernando Redondo se trasladó con su esposa, Natalia Solari, con la que se casó en 1992, y sus hijos de nuevo a vivir la capital española.

Sólo tres años después, en 2007, junto al resto de su familia, Redondo se mudaría a Argentina, donde ya fijarían definitivamente su nueva residencia para emprender una nueva vida discreta y familiar, alejada del mediático mundo del fútbol.

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“Ya eran 17 años viviendo afuera y los chicos todavía tenían una edad en la que los podíamos sacar. Si dejábamos pasar un poco el tiempo se iba a hacer muy difícil. Dijimos 'vamos a probar' y la verdad que estamos encantados de haber vuelto, porque los chicos se adaptaron perfecto y nosotros recuperamos los afectos y el día a día con la familia", contó Redondo en la revista argentina Parati.

Allí, la pareja formada por Fernando Redondo y Natalia Solari ha criado a sus tres hijos: Fernando, el mayor, que comenzó en el mundo del fútbol, pero lo dejó también acuciado por las lesiones para estudiar Administración de Empresas; Luciana, que estudió Diseño Industrial; y Federico, el más pequeño, y quien parece que va a seguir los pasos de su padre como futbolista…

Y aunque Redondo siempre ha querido seguir ligado al mundo del fútbol, no ha tenido prisa en volver a involucrarse en él hasta pasados un buen tiempo después y, tras su retirada, dedicó sus primeros años exclusivamente a disfrutar de su familia.

"Me llevó una década y me sirvió también para despegarme de mi carrera de futbolista y verlo desde otra óptica. Miré mucho fútbol en estos años, eso sí, porque nunca dejó de ser mi pasión”, explicaba en Parati.

Durante esos años y hasta 2017, a Fernando Redondo se le pudo ver participando en numerosos partidos de veteranos con el Real Madrid y su equipo de cantera, Argentinos Juniors, una época en la que, según ha contado, también le ofrecieron otros cargos dentro del mundo del fútbol.

Sin embargo, Redondo lo tenía claro: “Entiendo que la única manera de volver al fútbol profesional es siendo entrenador”. Cuestión por la cual decidió formarse y sacarse en 2017 el título de entrenador en La ciudad del fútbol de Las Rozas (Madrid), entre otros, junto al seleccionador argentino Lionel Scaloni.

“Si lo hago, que realmente tengo ganas, sería así. Creo que es donde podría aportar y yo me sentiría útil realmente. Sería volver a vivir esa adrenalina que es lo que echo en falta desde que dejé de jugar, porque el resto lo sigo disfrutando como espectador”, comentó en una entrevista a Infobae en 2020.

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Cuestionado en su país sobre su le gustaría dirigir a algún equipo en el fútbol argentino, Redondo aseguró que “no importa el lugar, importa el proyecto. Sobre el fútbol argentino pienso que siguen saliendo talentos, la materia prima está, hay cosas para mejorar, pero creo que el campeonato argentino siempre es interesante y atractivo”.

Sin embargo, de momento, no hemos podido ver a Redondo en acción en los banquillos y eso a pesar de que ya en 2022 sonó como posible candidato a ocupar el del Talleres de Córdoba y, en verano de 2023, para Boca Juniors, donde llegó a negociar con Riquelme, director deportivo del club xeneize y gran valedor del ex futbolista para ocupar el puesto.

Además de colaborar como comentarista en medios como Televisa, donde sí trabaja intensamente es como embajador de La Liga en Argentina, un cargo que ostenta desde febrero de 2019 y por el que es imagen de la competición española en el país sudamericano, algo que compagina con su participación en eventos de la entidad a nivel global.

Un presente ligado al fútbol, un mundo que ha mamado desde niño. Desde que comenzó en el fútbol sala en el club barrial Club Deportivo y Social Villa Calzada hasta pasar al fútbol sobre el césped, primero en Talleres de Remedios y, más tarde, desde los 10 años, en las categorías inferiores de Argentinos Juniors.

En Argentina -y con Argentinos Juniors- se produjo su debut como profesional el 29 de septiembre de 1985, con solo 16 años. Fue el comienzo de una carrera meteórica en la que fue creciendo como futbolista en el club del barrio de La Paternal a lo largo de las cinco temporadas que estuvo allí.

Fue en la temporada 1990-1991, con 21 años, cuando Redondo hizo las maletas para emprender su aventura en España, país donde derrocharía sus mejores años como futbolista. Lo hizo primer en el CD Tenerife, a donde llegó de la mano de su compatriota Jorge Valdano.

Sus cuatro temporadas allí se pueden encuadrar entre las mejores de la historia del club canario, que pasó de luchar por el descenso de categoría a entrar a disputar la extinta Copa de la UEFA (hoy Europa League) y pasando a convertirse en uno de los grandes jugadores de siempre en tierras tinerfeñas.

Fue en sus años en Tenerife cuando se casó con su esposa, Natalia Solari, hija del que por aquel entonces era uno de sus entrenadores, Jorge ‘Indio’ Solari, y prima hermana de otro ex futbolista (y entrenador) del Real Madrid, Santiago Hernán Solari.

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La llegada de Jorge Valdano al Real Madrid y sus años de gloria en Tenerife, llevaron a que Fernando Redondo terminara por fichar por el club blanco en la temporada 1994-1995, dando comienzo a una relación de seis años que se tradujo en años de gloria para los blancos y para la carrera del centrocampista argentino.

Con la camiseta del Real Madrid Fernando Redondo ganó dos campeonatos de Liga (1995 y 1997), una Supercopa de España (1997), pero, sobre todo, dos Ligas de Campeones (1998 y 2000), con las que el conjunto madridista volvió a lo más alto del fútbol europeo tres décadas después y, en gran parte, gracias al futbolista argentino.

Sin embargo, tras la segundo Liga de Campeones que obtuvo con el Real Madrid y la llegada de Florentino Pérez a la presidencia del club blanco en el año 2000, Redondo se vio obligado a marcharse al AC Milan por 18 millones de euros, a pesar de que, incluso el entonces entrenador, Vicente del Bosque, lo considera imprescindible.

“Florentino Pérez se había comprometido en la campaña a traer a Figo, costaba mucho dinero y el Milán ofrecía por mí 18 millones de euros. Era mucho dinero por un futbolista de 31 años”, contó Redondo en una entrevista al diario La Nación.

Aquella inesperada marcha terminó con Redondo de vestido rossoneri, un nuevo proyecto del que pudo disfrutar poco a causa de las lesiones. Y es que, en sus cuatro años en tierras italianas, sufrió constantes lesiones de rodilla por las que apenas jugó con ellos 16 partidos.

Nada más llegar ya sufrió una grave lesión que le mantuvo alejado de los terrenos de juego durante 28 interminables meses, algo que le hizo pensar que no volvería a pisar un terreno de juego, aunque finalmente se pudo estrenar con la camiseta del Milan.

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Fueron dos campañas completas en blanco –la 2000-2001 y las 2001-2002- y otras dos –la 2002-2003 y la 2003-2004- en las que solo pudo jugar 8 partidos en cada una de ellas, hasta que decidió finalmente colgar las botas y dejar el fútbol profesional para siempre (al menos como jugador).

En cuanto a la selección argentina, Redondo fue, sin duda, uno de sus jugadores más destacados aquellos años 90 en los que jugó bajó las órdenes del ‘Coco’ Basile y en los que compartió vestuario con otros grandes jugadores como Diego Maradona, Diego Simeone o Gabriel Batistuta.

Con Argentina, Fernando Redondo jugó la fase final de un Mundial, el de Estados Unidos 1994, donde alcanzó los cuartos de final; y una Copa América, la de 1993, en la que levantó el trofeo de campeón junto a aquella gran generación de futbolistas argentinos, solo un año antes de ganar también la Copa Confederaciones de 1992.

Sin embargo, su carrera como Argentina terminó de la peor manera posible el 7 de septiembre de 1999 tras caer derrotado por 4-2 ante Brasil es un partido que el mismo no sabía que sería el último que disputaría con la Albiceleste por una destacada polémica con el seleccionador Daniel Passarela.

Según contó el propio Redondo en La Nación, “Me llamó (Passarela) y nos reunimos en el hotel Palace de Madrid. Me pidió que me cortara el pelo y yo le dije que no lo haría. Y me dijo, me acuerdo literal, que como la selección estaba por encima de los hombres y los nombres, si necesitaba convocarme lo iba a revisar”.

Aquel controvertido por el que Redondo dejó de ser convocado tema terminó saliendo en la prensa, donde el futbolista lo tachó de mentiroso al dar una versión totalmente distinta de aquellos hechos. Eso sí, nunca más volvió a defender los colores de su selección.

“Cuando esto salió en la prensa,él declaró que en realidad lo del pelo había sido un tema secundario, que no me había convocado porque yo no quería jugar por la izquierda, una mentira gigante. Y a partir de ahí, para mí, ya no hubo vuelta atrás", explicó Redondo en La Nación.

Hoy Redondo sigue rezagado, esperando su momento para regresar al mundo del fútbol, quien sabe si en los banquillos dándole a este deporte y sus aficionados tantos momentos de gloria y de magia como lo hizo de futbolista.

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