Polémica por la sanción impuesta al menor que metió un dedo por detrás a Ocampos
Alguno lo ha llegado incluso a tildar de ‘chiquillada’, pero la realidad es que la ‘ocurrencia’ que tuvo el aficionado -menor de edad- del club Rayo Vallecano de meter el dedo en el trasero del centrocampista argentino Lucas Ocampos durante el partido que el equipo madrileño jugaba contra el Sevilla, le va a salir caro.
Los hechos se remontan al lunes 5 de febrero de 2024, en la jornada 23 del Campeonato Nacional de Liga, durante el encuentro que enfrentaba en el Estadio de Vallecas al Rayo Vallecano y al Sevilla, un encuentro que terminaría con un resultado de 1-2 a favor de los hispalenses.
Corría el minuto 32 de partido, con empate 1-1 en el marcador entre ambos equipos, cuando el futbolista argentino se disponía a hacer un saque de banda. Un momento, como captaron las cámaras de DAZN, en el que un menor aficionado del Rayo Vallecano perpetró su escatológica agresión.
Imagen: Twitter / DAZN
Ocampos, notando el tocamiento no dudó en girarse y recriminar su gesto al joven aficionado rayista, quien, no contento con su acción anterior, llegó incluso a encararse con el futbolista del Sevilla.
Imagen: DAZN
El árbitro, Hernández Maeso, dejó reflejado todo lo sucedido en el acta del partido, mientras que el futbolista argentino recriminó la acción en zona mixta ante las cámaras de DAZN: "Ojalá que La Liga lo tome con seriedad, como hace con el racismo. Si esto ocurre en el fútbol femenino, sabemos qué podría pasar", dijo.
¿Y cuánto puede costar meter un dedo por el trasero a un futbolista de la Primera División española? Pues según la Comisión Antiviolencia, hasta donde La Liga elevó el caso y que ya he hecho pública una propuesta para sancionar al menor, 6.000 euros y la prohibición de acceder a cualquier recinto deportivo durante 12 meses.
Según la información emitida por Antiviolencia, el joven agresor, "que estaba sentado en primera fila, le tocó el glúteo con un dedo a un jugador cuando iba a sacar de la banda. Este grave hecho contra la integridad del futbolista del equipo visitante provocó la interrupción del encuentro durante varios minutos".
Y continúa: "Tras lo ocurrido, el espectador y sus acompañantes mostraron una actitud jocosa y desafiante ante las protestas del jugador", a lo que añade que "tanto Rayo Vallecano como Sevilla publicaron sendos comunicados oficiales condenando la agresión".
Además, a través de este comunicado de la Comisión Antiviolencia, también se dio a conocer que "La Liga anunció la interposición de una denuncia contra el autor de esta agresión ante la Fiscalía de Menores", lo que podría conllevar otras medidas contra él.
Tras el partido, el presidente del Rayo Vallecano, Raúl Martín Presa, aseguró que tomarían medidas: "Identificaremos al aficionado, se le quitará su abono, tendrá prohibido volver y se le pondrá una sanción económica. El Rayo no tiene ninguna culpa de que una persona haga esto. El club no debe ser sancionado por el gesto que hace uno. Desde el club condenamos estos hechos".
Por su parte, en el comunicado oficial del club andaluz se indicaba que "esperamos que se tomen las medidas oportunas que tipifica el reglamento para que no se vuelvan a repetir comportamientos así en un campo de fútbol, y así se lo ha trasladado a La Liga. Estos gestos y comportamientos no se deberían permitir en nuestra competición si aspiramos a ser la mejor liga del mundo".
También habló sobre ello el técnico del Sevilla, Quique Sánchez Flores, apuntando que "hay que darle una vuelta a esto, me preocupan los comportamientos tan extraños en los estadios. Hacemos muchas cosas bien, pero con la seguridad hay muchas cosas que revisar. Yo creo que no vale todo y entre otras cosas es tener a gente tan cerca de los jugadores".
De otro lado, fueron muy criticadas las palabras de uno de los futbolistas del Rayo, Sergio Camello, quien quiso minimizar la agresión a Ocampos: "He visto que eran tres chavales, que tendrían 15 o 14 años. Es una cosa de chicos, que no se tiene que hacer... Ocampos viene de jugar en Argentina, que allí las cosas seguramente sean peores".
Y polémica también surgió en los medios en torno a las palabras de Ocampos en las que decía que "si esto ocurre en el fútbol femenino, sabemos qué podría pasar", con opinadores entre los que estaba el periodista Carlos Herrera, quien también se ha postulado como candidato a la presidencia de la RFEF y quien comparó la situación con el beso no consentido de Rubiales a Jenni Hermoso.
"Si esto le pasa una futbolista mujer se monta una que nos tendría ocupados durante semanas y los límites hay que ponerlos sean hombres sean mujeres. Yo no pido ahora que Ocampos se ponga a dar las campanadas este año, pero hombre que no haya tanta diferencia entre el terremoto por el beso de Rubiales y la broma del dedo en el culo a Ocampos", dijo Herrera.
"Debe haber un término medio que se respete a las personas y luego decidir si hacemos explotar la indignación social o nos lo tomamos a guasa. En cualquier caso, enhorabuena Ocampos por la reacción que ha tenido y por su reflexión a posteriori", concluía el periodista.
También comparó la situación el ex futbolista Santiago Cañizares, quien dijo ante los micrófonos de Radio Marca: "Si es verdad que en este país perseguimos una igualdad real, no he visto a ningún político esta mañana manifestar sobre esto. Y cuando ha pasado en el fútbol femenino se ha manifestado al momento y todos a la vez. Esto no puede causar una risa por ser un hombre".
"Si el caso de Jenni Hermoso de inmediato se politizó y fue portada, no digo hacer algo parecido, pero dónde queda la igualdad real. ¿Va a quedar impune, no va a haber consecuencia, no va significar una reivindicación para los futbolistas que muchas veces y muchas ocasiones son increpados e insultados por motivos sexuales? A mí me han dicho barbaridades por teñirme el pelo. ¿El futbolista masculino tiene que aguantar todo?", dijo el ex guardameta.
Lejos de esos debates, quedaría una cuestión en el aire… ¿Estamos ante una sanción ejemplar para este joven por los hechos que cometió? En principio, para muchos podría quedarse corta, tanto en lo económico como en la sanción de poder entrar en recintos deportivos durante sólo un año.
¿Podría llevar esta sanción a achantar a otros que tuvieran similares ocurrencias durante un partido o, por el contrario, no impedirá que se sigan haciendo, como suele ser habitual con el tema del racismo? El debate está abierto…