Romário: ¿qué pasó con él?
Brasil ha tenido innumerables grandes delanteros a lo largo de su historia y Romário de Souza Faria es, sin duda, uno de ellos. Apodado 'O Baixinho' ('el bajito'), a lo largo de toda su carrera el ex campeón del mundo fue noticia dentro y fuera de los terrenos de juego. Recordemos su historia...
Romário nació en la ciudad brasileña de Río de Janeiro el 29 de enero de 1966.
Comenzó su carrera profesional en el Vasco da Gama, club de Río de Janeiro precisamente, donde comenzaría a destacar y se ganaría un puesto, por primera vez, en la selección brasileña.
Sin embargo, fue en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 cuando Romário se dio a conocer al mundo, coronándose como el máximo goleador y llevándose la medalla de plata.
Después de sus buenas actuaciones en los Juegos Olímpicos de Seúl, el brasileño se ganó el pase al PSV Eindhoven neerlandés, el primer equipo donde jugaría en Europa.
En cinco temporadas en el PSV, Romário causó sensación por su capacidad para el regate y su olfato goleador. Según la web oficial del equipo neerlandés, marcó nada menos que 127 goles en 143 encuentros, dejando su huella en la historia del club.
En 1993, Romário se unió al 'Dream Team' de Johan Cruyff en el FC Barcelona, donde formaría una temible dupla de ataque con la estrella búlgara Hristo Stoichkov, quien sería galardonado con el Balón de Oro al año siguiente de la llegada del brasileño al club culé.
Esta fue su foto de presentación en el club catalán. La imagen está fechada en noviembre de 1993.
En su primera temporada, Romário ayudaría al Barça a ganar el título de La Liga española, marcando 30 goles en 33 partidos y convirtiéndose en el máximo goleador del campeonato.
Uno de los momentos más memorables de Romário en el Barça llegó en uno de los partidos de Liga contra su eterno rival, el Real Madrid, un encuentro en el que el delantero brasileño anotó un 'hat-trick' en la victoria por 5-0 en el Camp Nou.
Sus grandes actuaciones con el FC Barcelona le valieron para ser galardonado con el título de Jugador Mundial del Año de la FIFA 1994. Romário estaba en la cima del mundo en ese momento, pero, a la vez, empezaba a mostrar también su otra cara.
En un partido contra el Sevilla, Romário propinó un puñetazo en la cara a uno de sus rivales, el argentino Diego Pablo Simeone, lo que le valió una importante sanción de cinco partidos sin jugar.
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En enero de 1995, Romário abandonaba las filas del FC Barcelona y regresaba a su país para jugar en el Flamengo.
Su estancia en el club brasileño se vio interrumpida por un fugaz regreso a España, donde se uniría al Valencia para dos aciagas y polémicas temporadas en el club ché, donde apenas jugó 12 partidos y marcó sólo 6 goles. Tras ello, en 1999, Romário regresaría de nuevo al Flamengo, donde no llegó a jugar hasta verse inmerso en un nuevo traspaso.
En julio de ese mismo año 1999, Romário volvió a fichar por el equipo en el que comenzó su carrera, el Vasco da Gama, donde volvió a formar pareja en la delantera con su compatriota Edmundo. El brasileño volvió a demostrar allí su clase, marcando goles y llevando al equipo a ganar dos títulos: el Brasileirão y la Copa Mercosur.
En 2002, Romário dejó el Vasco da Gama como agente libre y fichó por el Fluminense, una etapa dentro de su carrera que se alargó durante tres temporadas y que finalizó con su particular aventura en el fútbol qatarí de la mano del Al Sadd.
En 2004, el Fluminense despidió a Romário, fruto de los problemas que tuvo con su entrenador y una pelea con un aficionado del equipo. El brasileño abandonó el club e inició así su tercera etapa el Vasco da Gama.
En 2006, Romário firmó un contrato con el Miami FC, donde jugó junto a su compatriota Zinho, antes de mudarse al Adelaide United, en Australia.
Cerca del final de su carrera, el futbolista brasileño regresó al Vasco da Gama, el club en el que siempre se sintió más cómodo y donde disfrutó de una breve etapa como entrenador-jugador.
Durante su etapa en el Vasco, a finales de octubre de 2007, Romário dio positivo en un control antidopaje por utilizar finasterida, una sustancia para prevenir la caída del cabello. Aquello supuso para él una suspensión de 120 días, aunque, más tarde, acabó siendo absuelto de todos los cargos.
En febrero de 2008, Romário anunció que se retiraba del mundo del fútbol profesional por primera vez, porque tendría un breve regreso con el América-RJ antes de colgar las botas definitivamente a principios de 2010.
Durante su caótica carrera en el fútbol de clubes, Romário también destacó como uno de los grandes delanteros que han defendido a la selección brasileña.
Tras una gran actuación en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, ayudó a Brasil a ganar la Copa América sólo un año después, marcando el gol de la victoria en la final contra Uruguay en el estadio de Maracaná.
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Después de un decepcionante Mundial de Italia 1990, Romário fue uno de los jugadores estrella de aquel Brasil que levantó el trofeo de la Copa del Mundo en 1994 en Estados Unidos.
Con una delantera en la que Romário destacó junto a su compañero Bebeto, Brasil obtuvo su cuarto título de la Copa del Mundo, un torneo en el que el ariete de Río de Janeiro marcó nada menos que cinco goles.
Romário se perdió la Copa Mundial de la FIFA 1998 debido a una lesión, lo que le hizo romper a llorar en una rueda de prensa. Cuatro años más tarde, también quedó fuera del equipo, esta vez por decisión del entrenador Luiz Felipe Scolari (en la foto) cuando Brasil ganó su quinto título de la Copa del Mundo.
A lo largo de su carrera con la selección brasileña, Romário marcaría 55 goles en 71 partidos disputados.
Durante y después de su carrera profesional, Romário disfrutó jugando al fútbol voley y al fútbol playa representando a Brasil en la Copa Mundial de Fútbol Playa de la FIFA 2005.
Y en cuanto a la vida personal de Romário, igual que ha sucedido con su carrera futbolística, ha sido bastante caótica e inestable.
La ex estrella brasileña de fútbol ha estado casada en tres ocasiones y tiene seis hijos con cuatro mujeres diferentes.
Uno de sus hijos, Romarinho, probó suerte en el fútbol profesional, jugando en el Vasco da Gama, pero nunca alcanzó el nivel de su padre.
Entre los seis descendientes de Romário está su hija Ivy, que tiene síndrome de Down y siempre ha estado muy cerca de su padre.
Además de dedicarse a sus hijos, Romário también se involucró en el mundo de la política después de su carrera como futbolista profesional, llegando incluso a ser senador electo en Brasil.
Romário siempre será recordado como un futbolista brillante y un goleador nato, pero también como una persona con una fuerte y polémica personalidad fuera de los terrenos de juego.
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