No lo llames baloncesto: llámalo Caitlin Clark
Con apenas 22 años y aún como jugadora universitaria, Caitlin Clark se ha convertido en todo un fenómeno mundial, un prodigio llamado a poner el baloncesto a otro nivel en un futuro no muy lejano. Visión de juego, manejo de la pelota, capacidad anotadora y una inteligencia fuera de lo común sobre la pista, son sólo algunas de las características que la definen.
Agraciada además por su enorme capacidad de liderazgo, la jugadora de moda dentro del mundo del baloncesto ha llevado a su equipo, las Iowa Hawkeyes, a la Final Four de la NCAA por segundo año consecutivo, aunque finalmente no pudieron hacerse con el título ante la poderosa South Carolina.
La base de Iowa, a la que muchos comparan con Stephen Curry por contundencia desde la línea de tres puntos, ha conseguido incluso a superar en popularidad a sus colegas masculinos gracias a sus récords de anotación y todas las apuestas la sitúan en el número 1 del próximo Draft de la WNBA.
Nacida en Des Moines, capital de Iowa, el 22 de enero de 2002, Clark, que llegó a jugar incluso por el fútbol en sus inicios como deportista, terminó apostando por el baloncesto y siguiendo un camino que, irremediablemente, le llevaría a jugar y liderar a las Hawkeyes, representando así a su universidad estatal, después de haber despuntado en sus años de instituto.
Ya en su primer año, la jugadora, de 1,83 metros de estatura, dio muestras de lo que era capaz de hacer, liderando la NCAA en anotación con una media de 26,6 puntos por partido, una cifra de récord y que iría a más en las siguientes temporadas con su equipo.
Y muestra de ello es que, a principios de marzo de 2024, se convirtió en la máxima anotadora histórica de la NCAA al superar los 3.900 puntos, de los que 1.620 de ellos los consiguió gracias los 540 triples que había convertido hasta la fecha.
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El 5 de marzo de 2023, Clark consiguió el primer triple-doble de la historia en un partido por el título femenino de la ‘Big Ten Conference’y, desde entonces, su popularidad no ha dejado de crecer, hasta alcanzar niveles nunca visto dentro del baloncesto femenino.
Con todo ello y tras cuatro años como jugadora universitaria, sus números hablan por sí solos, ya que cuenta con unos promedios en su última temporada de 27,3 puntos, 7,3 rebotes y 8,6 asistencias por partido.
La ‘tiradora invisible’, como algunos la han bautizado, demostró esa contundencia de la que hablan sus números en el épico pase a la Final Four frente la LSU en el que rompió el partido con 8 triples y logró finalmente 41 puntos, 12 asistencias, 7 rebotes, 2 robos y 1 tapón.
En él se hizo además viral por su celebración imitando el famoso gesto burlón de "no puedes verme" del luchador John Cena, quien aprovechó esto para elogiarla a través de su cuenta de Twitter: "Incluso si pudieran verte... ¡no podrían defenderte!", escribió.
"Lo más importante para mí ha sido tener un poco de silencio. Ya sabes. Eres una competidora. Trabajas muy duro para disputar esos 40 minutos. Solo empaparte. Disfrutarlo. Respirar profundamente porque estos momentos pasan demasiado rápido. Mi carrera universitaria casi ha terminado", dijo Clark tras el épico partido en ESPN.
Pero el ‘fenómeno Clark’ va mucho más allá de sus actuaciones sobre la pista, porque la jugadora de Des Moines está rompiendo récords también a nivel mediático y a nivel económico, mientras en la WNBA se frotan las manos con su inminente aterrizaje en la mejor liga del mundo de baloncesto femenino.
Caitlin Clark es ya un auténtico fenómeno de masas, como demuestra el hecho de que el Carver-Hawkeye Arena, que nunca solía llenarse, ha pasado ahora a colgar el cartel de ‘no hay entradas’ de forma habitual; o que los abonos para la temporada 2023-2024 se agotaran ya en el mes de agosto.
Ese tirón mediático que nunca lograron alcanzar otras estrellas mundiales como Sabrina Ionescu, A’ja Wilson o Breanna Stewart, llevó a las Hawkeyes a hacer la presentación del equipo en 2023 en el campo de fútbol americano de la Universidad de Iowa, batiendo el récord de asistencia para un partido femenino de la NCAA con la presencia de 55.646 espectadores.
La nueva sensación del baloncesto femenino ha transformado los partidos de Iowa en eventos multitudinarios en los que se ha llegado a pagar en la reventa hasta 5.199 dólares por una entrada (contra Ohio State) y con un seguimiento récord por televisión, que alcanzó su zénit en la final contra la LSU con unos 10 millones de espectadores, según el diario Marca.
Su popularidad se ha trasladado desde las canchas de baloncesto también a las redes sociales, donde, sólo en su perfil de Instagram, cuenta con más de 1,3 millones de seguidores, una cifra muy alejada de los 20.000 con los que contaba al inicio de su carrera.
Después de convertirse en la mayor anotadora de la historia de la NCAA, la camiseta de Caitlin Clark se convirtió también en la más vendida en la historia del deporte universitario en el portal web Fanatics, mientras que ya ha firmado suculentos contratos con grandes compañías como Nike, Gatorade o State Farm.
Y es que, en el tema económico, Clark también se ha convertido en un fenómeno (y un negocio). Según On3, desde el 1 de julio de 2021, ya ha ganado 3,6 millones de dólares sólo por sus derechos NIL, o lo que es lo mismo, sus derechos de imagen como deportista universitaria.
El ranking que elabora On3 la sitúa, por tanto, como la jugadora de la NCAA que más ingresos percibe, muy por delante de su gran rival, la jugadora de LCU Angela Reese, y la cuarta deportista universitaria a nivel global, sólo superada por Bronny James, el hijo de LeBron (4,9 millones), Shedeur Sanders (fútbol americano, 4,7 millones) y Olivia Dunne (gimnasta, 3,6 millones).
Además, Clark cuenta (de momento) con 13 patrocinadores que son los que le reportan esos importantes beneficios: Bose, Buick, Gainbridge, Gatorade, Goldam Sachs, H&R Block, Hy-Vee, Nike, Panini, Shoot-A-Way, State Farm, The Vinyl Studio y Topps.
Unas cifras mareantes que pueden quedarse pequeñas cuando dé el salto a la WNBA. Y eso que, en su primer año, su salario como rookie será de 76.535 dólares, alcanzado los 97.582 dólares al final de su cuarto año de contrato, según los datos publicados por ESPN.
De forma paralela, está también sobre la mesa la propuesta del rapero Ice Cube, que quiere contar con ella durante 10 semanas (10 sábados) para participar en Big 3, su particular liga de baloncesto profesional en formato 3x3 y por la que le pagaría nada menos que 5 millones de euros. Algo que, en principio, será difícil de compatibilizar con su nueva vida en al WNBA.
Sobre Clark ya se han deshecho en elogios importantes figuras del baloncesto, como Stephen Curry, quien declaró tras su récord de puntuación que "nunca haces un mal tiro si tiras como ella", a la vez de destacaba en la CBS: "La he observado desde hace tiempo y me he dado cuenta de lo poderosa que es en la cancha".
"Lo curioso es que su forma de jugar, la distancia y el nivel de dificultad de sus tiros son, obviamente, muy parecidos a la forma en que yo juego. Su capacidad de tiro es su superpoder, pero el resto de su juego está tan pulido como eso, así que es algo que hay que ver", añadió Curry.
Otro que ha hablado sobre ella es Kevin Durant, quien, en varios podcasts, siempre ha contado la anécdota de la que se hizo eco la revista ‘Gigantes del Basket’, por la que se quedó sorprendido al verla en un partido de baloncesto de instituto en 2018 diciendo sorprendido: "¿Quién demonios es esta jugadora?" y lo que le respondieron: "Es la mejor jugadora del país".
En un comunicado a través de sus redes sociales publicado en el mes de marzo, 10 días después de su récord, la estrella de Iowa confirmó que esta será su última campaña universitaria antes del salto al profesionalismo y que se presentará al Draft con las Indiana Fever como su destino más probable.
En la WNBA, más pronto que tarde, volverá también a reencontrarse con su enemiga íntima, Angel Reese, otra enorme promesa del baloncesto que en la temporada 2022-2023 le quitó el título de la NCAA de las manos a Clark y de la que se ha vengado en el pase a la Final Four.
Un enfrentamiento que, en el futuro, se trasladará a la WNBA y que se convertirá en colaboración con una selección estadounidense que invita a soñar. Un auténtico ‘dream team’ del baloncesto femenino para el que Clark cuenta con todas las papeletas para liderarlo.