La verdadera historia del ex NBA Kris Humphries: fugaz matrimonio de pesadilla con Kim Kardashian
Kris Humphries dio el salto a la NBA en 2014, tras ser elegido en el Draft de aquel año por Utah Jazz y se fue haciendo un hueco, poco a poco, en la élite del baloncesto como un destacado actor secundario pasando por Raptors, Mavericks y Nets, justo antes de vivir uno de los momentos más mediáticos de su vida: su fugaz matrimonio con la celebrity Kim Kardashian.
El ex ala-pívot destacó durante su infancia como una gran promesa de la natación, superando incluso las marcas de Michael Phelps cuando sólo tenía 10 años, pero finalmente se decidió por el deporte de la canasta y, aunque nunca de convirtió en una gran estrella, logró mantenerse nada menos que 13 temporadas como jugador de la mejor liga de baloncesto del mundo.
Fue en 2011, como jugador de los New Jersey Nets, cuando Humphries conoció a Kim Kardashian, la archiconocida socialité, modelo y empresaria, hija del abogado Robert Kardashian y la empresaria Kris Jenner, con la que, de un día para otro, su vida dio un giro de 180 grados.
"Empecé a descubrir qué tipo de jugador era cuando llegué a los Nets, pero entonces conocí a una chica que resultó ser famosa y me casé con ella... Debería haber sabido dónde me estaba metiendo. Fui un ingenuo al pensar que no cambiaría mi vida", aseguró en la plataforma The Players' Tribune.
Por aquel entonces, ya era un éxito absoluto en la televisión estadounidense el reality 'Las Kardashian' ('Keeping Up with the Kardashians'), un formato en el que se documentaba el día a día de la familia de Kim y que comenzó su emisión a partir del año 2007. Y, claro, Humphries pasó a ser un personaje más de aquel mediático programa…
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La vida privada del jugador pasó a ser del todo pública, mucho más allá de su rol de jugador de la NBA, retransmita ‘en directo’: "No es fácil pasar momentos de vergüenza con tu familia y amigos, pero cuando piensas que todo el mundo se entera de tus problemas es horrible. Fue brutal", dijo el ex jugador.
Aquella relación narrada a través de la pequeña pantalla de principio a fin terminaría en boda. "Hay muchas cosas de ese mundo que no son del todo reales, pero nuestra relación era 100% verdadera", aseguró Humphries en The Players' Tribune.
Sin embargo, esa opinión difería completamente con la de Kim Kardashian, quien aseguró en The Hollywood Reporter que se casó sin estar enamorada, a pesar de hacerlo en una boda-show que costó 10 millones de dólares y fue emitida en un especial de cuatro horas bajo el título de 'Kim's Fairytale Wedding, A Kardashian Event'.
"Todo el mundo estaba pendiente de la boda y yo creía que quizás era la presión del show lo que me causaba tanta ansiedad. Mis amigos me dijeron que me estaba echando atrás, pero incluso los productores me dijeron. ‘No pareces feliz. No tienes que pasar por esto'", dijo la celebrity.
"La noche antes, mi madre me llevó con ella, lejos de las cámaras, y me dijo: ‘Esto no es para ti. ¿Por qué no te marchas y yo me encargo de todo?’ Pero yo pensé, si lo dejo ahora, todos pensarán que lo he hecho por el reality", añadió.
"Después de aquello, la gente me dijo ‘tienes que seguir casada durante un año’, pero yo físicamente no podía. Cuando tomé la decisión (de divorciarse) todos dijeron que lo había hecho por el show. Todo el mundo quería desacreditarme", culminó Kim Kardashian.
Y si en el momento de la boda tuvo dudas, las despejo todas (tarde) durante su luna de miel: "Llegamos a Italia y yo solo pensaba 'Creo que tomé la decisión equivocada'. (…) Luego me marché a Nueva York y ya me sentí miserable. Para cualquiera que esté escuchándome, si tienes muchas dudas es que no es la persona adecuada", dijo en 2021 en una entrevista con Andy Cohen, conductor de su programa.
La realidad es que aquel matrimonio (mal avenido) fue totalmente fugaz, pues a los 72 días del enlace, Kim Kardashian decidió acabar con la 'farsa' pidiendo el divorcio -que no se concretaría hasta dos años después- para ponerle fin alegando "diferencias irreconciliables".
Para Humphries, aquella mala experiencia derivó en pesadilla en un momento en el que se convirtió en uno de los jugadores más odiados de la NBA. Los aficionados la tomaron con él en cada partido. "No supe cómo manejarlo porque nunca pensé que sería famoso de esa manera", dijo el jugador en The Players' Tribune.
"Recuerdo haber vivido momentos difíciles profesionalmente, como cuando me abuchearon en Philadelphia. Pensé: '¿Por qué me abuchean?, ¿porque soy el tipo que sale por la televisión?, ¿creen que sólo quería ser famoso? ¿creen que no respeté al baloncesto?'. Si es por eso me dolería porque siempre quise ser conocido por el baloncesto", dijo.
"Seré honesto, me enfrenté a mucha ansiedad, especialmente cuando había mucha gente. Estuve un año aproximadamente en un lugar oscuro. No quería salir de mi casa. Sientes que, no sé, todo el mundo te odia, pero ni siquiera saben por qué. Ni siquiera te conocen en absoluto. Simplemente reconocen tu cara y el resto les da igual", añadió. Humphries.
"No quería ser Kris Humphries. Es el sentimiento más loco del mundo, no querer ser tú mismo. Y ni siquiera quería decir nada para defenderme, porque sentía que no podía ganar. No puedes enfrentarte a los tabloides. No puedes enfrentarte a esa máquina. No tiene sentido", concluía el ex NBA.
Tras aquella corta, pero dura experiencia personal, Kris Humphries salió adelante y continuó su carrera como profesional del baloncesto continuando en la franquicia de los Nets hasta su traslado a Brooklyn y, más adelante, en los Boston Celtics (2013-2014), Washington Wizards (2014-2015), Phoenix Suns (2015-2016) y Atlanta Hawks (2016-2017).
En marzo de 2019, después de 13 temporadas en la NBA (las últimas dos, parado), anunciaba su adiós definitivo al baloncesto profesional con un total de 800 partidos a sus espaldas (203 de ellos como titular) y una media de 6,7 puntos, 0,6 tapones, 5,4 rebotes, 0,7 asistencias y 0,4 robos por partido.
Un adiós para dar paso a una nueva vida lejos de las canchas de baloncesto, mucho más tranquila y relajada, convertido en empresario con su propia franquicia del asador ‘Dave's Hot Chicken’ en Minneapolis, alejado de los focos mediáticos que un día provocaron un auténtico terremoto en su vida profesional y personal.
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