La tapa de alcantarilla que le puede costar 1.050 millones a la Fórmula 1
La imagen de la Fórmula 1 tras el GP de Las Vegas ha quedado muy dañada, tras lo ocurrido durante los Libres 1, cuando una tapa de alcantarilla levantada pudo provocar un grave estropicio.
Cabe recordar que el Ferrari SF23 de Carlos Sainz se llevó la tapa de la alcantarilla por delante, destrozando el suelo del coche, en lo que supuso una reparación de más de un millón de euros y cinco horas de trabajo.
A este peligro se suma la inexplicable e injusta sanción de penalizar a Carlos Sainz con 10 puestos en parrilla, pasando del puesto 2 de salida que obtuvo, al 12º, quitándole todas las opciones de victoria.
Ahora, si la FIA pensaba que su dañada imagen era el mayor de los problemas que había dejado este Gran Premio, aún no sabía la demanda milmillonaria que se les venía encima.
Este incidente tuvo lugar cuando tan sólo se llevaban disputados 9 minutos de libres y su reparación llevó el reloj a las 02:30 horas, lo que implicó que los 35.000 aficionados que abarrotaban la grada, tuviera que ser desalojados por seguridad.
Para compensar el mal trago, la organización decidió dar un vale de 200 dólares en la tienda del circuito, a quienes tuvieran entrada solo para ese día. Obviamente, ha sido insuficiente para todos ellos.
Eran multimillonarios pero acabaron retirándose arruinados: campeones que dilapidaros sus fortunas
Pocos días más tarde, el bufete de abogados Dimopoulos ha conseguido unir a todos estos aficionados, interponiendo una demanda colectiva en nombre de los 35.000 espectadores que se sintieron perjudicados aquella noche.
La firma pide 30.000 euros de compensación para cada espectador, lo que implicaría un total de 1.050 millones de dólares en indemnizaciones.
¿Mucho dinero? Muchísimo pero también es cierto que según medio especializados, la cita en Las Vegas habría supuesto más de 1.000 millones en beneficios a la Fórmula 1, por lo que saldrían casi comido por servido.
En la demanda, el bufete alega que el problema de la alcantarilla no fue del público, sino de la organización y reclaman "incumplimiento de contrato, negligencia y prácticas comerciales engañosas", por no asegurar que todo estaba en condiciones.
Conviene señalar que los espectadores habían pagado hasta 1.000 euros por lo que fueron 9 minutos de entrenamientos, a los que se suman "daños y perjuicios por angustia mental", como se especifica en la demanda.
Mientras, la organización, en un comunicado, se agarra a la seguridad y "un ambiente seguro" para defenderse ante el gran público pero no parece que vaya ser suficiente en un juicio que puede ser histórico. Si llega a celebrarse.